Trastornos mentales/Psicopatología

Síndrome del nido vacío: qué es, síntomas, causas, tratamiento


¿Qué es el síndrome del nido vacío?

El síndrome del nido vacío es una sensación de pérdida y soledad experimentada por algunos padres cuando sus hijos abandonan el hogar familiar por primera vez. Puede darse, por ejemplo, cuando van a la universidad o se independizan.

A pesar de no tratarse de un trastorno clínico, el síndrome del nido vacío puede causar un gran malestar en quienes lo padecen. Suelen presentarlo más las mujeres, aunque puede ocurrir en los dos sexos.

El hecho de que los hijos se independicen es algo normal y sano, pero también se trata de un momento de gran cambio para los padres, especialmente para aquellos que no trabajan y solo se dedicaban a cuidar de ellos.

De no procesarse adecuadamente, los cambios relacionados con este síndrome pueden llegar a provocar problemas más graves en los padres, como por ejemplo, depresión o pérdida de propósito.

Por eso, es necesario aprender a reconocer sus síntomas y desarrollar estrategias para prevenirlos o paliarlos cuando aparezcan.

Síntomas del síndrome del nido vacío

Sensación de soledad

Los padres o madres que experimentan este síndrome han pasado los últimos 18 años o más viviendo en un hogar con hijos. Por eso, el hecho de que de repente estos ya no estén puede hacer que se sientan muy solos.

Falta de propósito

Muchos padres dedican una porción muy importante de su día a preocuparse por sus hijos y a ayudarles en todo lo que pueden.

Entre reuniones escolares, llevar a los pequeños a clase y a sus actividades extraescolares, actividades con otros padres y otras ocupaciones similares, apenas tienen tiempo para sus propias aficiones e intereses.

Debido a ello, cuando los hijos “abandonan el nido”, estas personas pueden sentirse como si ya no tuviesen nada que hacer. Incluso aunque tengan su propio trabajo, aficiones y círculos de amigos, estas personas a menudo dicen encontrarse vacías y sin una dirección clara.

Tristeza

Es otro de los síntomas comunes. No es raro que los padres que lo experimentan lloren a menudo, se sientan decaídos o pierdan interés en aquellas actividades que antes les hacían sentir bien.

Resentimiento hacia los hijos

Algunos padres que experimentan el síndrome sienten que sus hijos son unos ingratos. Al independizarse, lo normal es que los jóvenes busquen tener más privacidad y ya no compartan todo con sus mayores. Para algunos adultos, esto es intolerable.

Así, estas personas se sentirán frustradas al ver que no es posible mantener el mismo nivel de comunicación del que gozaban cuando sus hijos todavía vivían en casa.

Problemas en la pareja

Normalmente, cuando nacen los niños, la vida de los padres cambia drásticamente, el centro son los hijos, por lo que la relación suele dejarse de lado y la conexión se descuida en gran medida.

Debido a ello, cuando los hijos abandonan el hogar, es habitual que los padres descubran que ya no saben convivir como pareja. Esto, sumado al estrés que provoca el síndrome del nido vacío, puede acarrear todo tipo de problemas entre ambos.

Causas del síndrome del nido vacío

Las investigaciones sobre el síndrome del nido vacío sugieren que algunos padres son mucho más susceptibles de sufrirlo que otros. En general, quienes lo padecen tienen algunas características en común.

No se adaptan al cambio

Las personas que creen que los cambios son generalmente negativos tienen más probabilidades de experimentar síntomas desagradables cuando sus hijos se van de casa.

Por el contrario, aquellos que le dan la bienvenida a los cambios normalmente no tendrán tantos problemas para ajustarse a su nueva situación.

Tuvieron problemas al irse de casa

Es habitual que los padres que experimentan el síndrome del nido vacío vivieran su propio proceso de independizarse como algo traumático. Esto hace que se preocupen en exceso por el bienestar de sus hijos, y crean que las cosas van a irles tan mal como a ellos mismos.

Se identifican más con sus roles

Algunas personas extraen gran parte de su autoestima de los papeles que representan. En este caso concreto, algunos individuos se identifican totalmente con su rol de padres, y hacen que su vida gire en torno a él.

Por eso, cuando sus hijos se van de casa y ya no tienen que cumplir esta función, lo pasan muy mal hasta que consiguen ajustarse.

Por el contrario, algunas personas tienen una autoestima fuerte, y son capaces de derivar su sensación de valía de muchas fuentes distintas. Por lo general, estos individuos no suelen tener muchos problemas relacionados con el síndrome del nido vacío.

No confían en sus hijos

Los síntomas de ansiedad y malestar experimentados al irse los hijos de casa se agravan cuando los padres no confían en que estos puedan valerse por sí mismos.

En muchos casos, los adultos creen que los jóvenes no están preparados para desenvolverse en el mundo real, lo que aumenta la prevalencia de los síntomas que ya hemos visto.

Su vida gira en torno a sus hijos

Por último, las investigaciones muestran que el síndrome del nido vacío afecta en mayor medida a aquellos padres cuya principal ocupación era cuidar de sus hijos.

Esto se da, por ejemplo, cuando la persona no trabajaba, no tenía sus propias aficiones, o no había cultivado un círculo social propio.

Tratamientos

Por lo general, los síntomas del síndrome del nido vacío acaban desapareciendo por sí solos al cabo de un tiempo.

Las personas que lo padecen solo necesitan adaptarse a sus nuevas circunstancias, encontrar una nueva afición o propósito con la que llenar su tiempo, y descubrir la mejor manera de mantener la relación con sus hijos.

Sin embargo, en algunos casos es posible que los síntomas sean muy severos, que no desaparezcan por sí solos, o que desemboquen en un problema más grave, como una depresión o un trastorno de ansiedad. Cuando esto ocurre, puede ser una buena idea acudir a un especialista.

Existen muchos enfoques psicológicos que pueden ser eficaces a la hora de combatir el síndrome del nido vacío. El más difundido es la terapia cognitivo-conductual, pero existen otros menos conocidos, como la terapia de aceptación y compromiso (TAC), que pueden ser igual de efectivos.

Por otro lado, formar un grupo sólido de apoyo suele ser un aspecto clave en la desaparición de los síntomas más graves de este síndrome.

Esto puede hacerse buscando la compañía de otras personas que estén pasando por una situación similar, o simplemente pasando más tiempo con familiares y amigos que hagan sentir mejor a la persona.

Prevención

La mayoría de los casos de síndrome del nido vacío pueden evitarse por completo si se toman algunas medidas antes del momento en el que los hijos abandonan el hogar familiar. Las más importantes son las siguientes:

– A pesar de que quieras cuidar lo mejor posible de tus hijos, no olvides llenar tu vida de actividades y experiencias que también te llenen a ti. De esta manera, cuando se vayan de casa, el cambio no será tan drástico.

– Trata de mantener una relación cercana y armoniosa con ellos. Así, cuando se vayan será mucho más probable que puedas seguir manteniendo el contacto.

– Aprende a aceptar los cambios. El hecho de que los hijos se vayan de casa es una parte natural de la vida, y como tal no tiene por qué suponer un hecho traumático.

– Acepta que te sientes mal. Experimentar emociones negativas frente a un cambio tan importante como el abandono de los hijos del hogar familiar es algo muy normal. Si en lugar de luchar contra tus sentimientos los aceptas, estos tendrán mucho menos poder sobre ti.

Referencias

  1. Empty nest syndrome. Recuperado de psychologytoday.com.
  2. 5 Signs and Symptoms of Empty Nest Syndrome. Recuperado de verywellfamily.com.