Anatomía y fisiología

Arteria maxilar interna: anatomía, consideraciones clínicas


La arteria maxilar interna es una de las dos ramas terminales de la arteria carótida externa. Esta, a su vez, es una de las ramas terminales de la arteria carótida común. Conocida simplemente como arteria maxilar, nace a nivel del cuello del hueso mandibular y tiene un recorrido horizontal y un poco ascendente.

La arteria maxilar aporta muchas ramas de irrigación para los planos profundos de los músculos de la cara. Para la simplificación de su estudio anatómico y quirúrgico, la arteria se divide en tres porciones que están determinadas por su relación con el músculo pterigoideo lateral.

Los traumatismos craneales pueden lesionarla, causando sangrado entre las láminas meníngeas. Esta condición se conoce como hematoma epidural y cuando no se trata a tiempo puede ocasionar graves complicaciones e incluso la muerte.

Índice del artículo

Anatomía

La arteria carótida externa es uno de los vasos sanguíneos más importantes implicados en la irrigación de las estructuras de la cara y el cráneo.

Tiene un recorrido ascendente desde su inicio a nivel de la cuarta vértebra cervical. En su camino da seis ramas colaterales que se encargan del suplemento sanguíneo de las estructuras del cuello y de la cara.

Algunas de sus ramas más importantes son la arteria tiroidea superior y la arteria facial.

La carótida externa completa su recorrido a nivel de la articulación temporo-mandibular y es allí donde se divide dando sus dos ramas terminales, la arteria temporal superficial y la arteria maxilar interna.

Arteria maxilar interna

Anteriormente se conocía como arteria maxilar interna para diferenciarla de la arteria maxilar externa. Más adelante la “maxilar externa” pasó a ser la arteria facial, por lo que ya no es pertinente hacer aquella diferenciación.

Actualmente es de uso común e indiferente los términos “arteria maxilar” y “arteria maxilar interna”. También puede encontrarse en alguna literatura médica con el nombre de “arteria mandibular interna”.

La maxilar interna es una de las ramas terminales de la arteria carótida externa. Sigue un recorrido casi horizontal y se encarga de dar múltiples ramas colaterales que son de importancia en la irrigación de las estructuras de la boca y la cara.

Desde el inicio de su recorrido en la articulación temporo-mandibular, la arteria maxilar entra en la fosa infratemporal del cráneo, un área está formada por los huesos esfenoides, maxilar, temporal y mandibular.

Luego continúa su trayecto hacia la fosa pterigopalatina, donde se relaciona con el músculo pterigoideo lateral, siguiendo un recorrido paralelo a él.

Segmentos de ramas colaterales

Dado que esta arteria aporta una cantidad considerable de ramas colaterales, se divide su recorrido en tres segmentos para simplificar su estudio anatómico.

Esta división se hace según la relación de la arteria con el músculo pterigoideo lateral. Así, se encuentran los siguientes segmentos:

– Segmento 1: también conocido como segmento óseo. Se ubica en el cuello de la mandíbula. En este pequeño trayecto la arteria da cinco ramas que se encargan de nutrir estructuras internas del cráneo.

– Segmento 2: denominado segmento muscular debido a que en esta parte sigue paralelamente al músculo pterigoideo lateral. Esta sección da cuatro ramos vasculares a estructuras bucales y también es la principal irrigación del músculo pterigoideo lateral.

– Segmento 3: llamado segmento pterigopalatino, es la porción que se encuentra anterior al músculo pterigoideo lateral y da ocho ramos vasculares que se encargan de irrigar el paladar, los músculos de la masticación y la región infraorbitaria.

Importancia

La arteria maxilar se encarga de irrigar estructuras vecinas de la cara y el cráneo, a través de sus múltiples vasos colaterales.

Estas ramas nutren estructuras tan importantes como la glándula parótida, los músculos de la masticación, las estructuras bucales, nervios craneales e incluso las meninges.

Además, es la rama terminal de la arteria carótida externa y a través de ella hay una red de comunicación con la carótida interna por medio de arcos que unen ambas vías vasculares.

Varias de las ramas colaterales de la arteria maxilar se encargan de irrigar los órganos de los sentidos, incluyendo la mucosa nasal y la región orbitaria que da pequeños ramos a los ojos.

También otorga múltiples ramas colaterales que viajan dentro del cráneo y nutren algunos nervios de la base del mismo.

Estas ramas crean arcos anastomóticos con ramas de la arteria carótida interna. Es decir, que ambas arterias están comunicadas a través de la unión de sus ramas colaterales, las cuales forman una compleja red vascular en la base del cráneo.

Gracias a estas uniones vasculares, la circulación se encuentra en flujo constante incluso si alguna de las dos arterias se encontrara lesionada.

La red que forman las arterias carótidas a través de sus ramas, en especial con las colaterales de la maxilar interna, aseguran la perfusión sanguínea de las estructuras intracraneanas.

Consideraciones clínicas

A pesar de las ventajas que supone la comunicación entre la circulación de las arterias carótidas externa e interna, esto también provoca que las infecciones de áreas cercanas a la arteria maxilar evolucionen rápidamente causando graves complicaciones.

Un ejemplo de esto son las infecciones bacterianas de piezas dentales, las cuales cuando son lo suficientemente profundas, pueden permitir el ingreso de bacterias al torrente sanguíneo.

Por medio de la red anastomótica arterial, a través de las ramas colaterales de la arteria maxilar, las bacterias ascienden rápidamente a las estructuras cerebrales ocasionando problemas importantes, como la meningitis, que pueden llevar a situaciones de salud tan delicadas como coma e incluso la muerte.

Otra condición clínica que se presenta debido a la lesión de la arteria maxilar interna es el hematoma epidural. En este caso, la afectada es una de las primeras ramas colaterales, llamada arteria meníngea media. Esta rama se encuentra ubicada por encima de la capa fibrosa que recubre el cerebro, la duramadre.

Cuando una persona sufre un traumatismo en el cráneo, específicamente a nivel del hueso temporal, la arteria meníngea media puede lesionarse y sangrar ocasionando un hematoma que aumenta rápidamente la presión dentro del cráneo.

Un hematoma epidural puede causar la muerte en alrededor del 15 a 20% de los pacientes que acuden con esta condición.

Referencias

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