Salvador Elizondo: biografía, estilo y obras
Salvador Elizondo Alcalde (1932-2006) fue un escritor, crítico literario y traductor mexicano. Su trabajo en las letras ha sido reconocido como uno de los más importantes e innovadores de las últimas décadas del siglo XX. Además de su reconocido paso por la literatura, se destacó en el cine y la pintura.
La obra literaria de Elizondo abarcó varios géneros, entre ellos la novela, el ensayo, el teatro, y el cuento, entre otros. Se caracterizó por ser diferente a los autores de su tiempo, buscando siempre la originalidad y la creatividad. Como escritor, se vio influenciado por la literatura del irlandés James Joyce.
Algunos de los títulos literarios del escritor mexicano fueron Farabeuf, El grafógrafo, Museo poético, Autobiografía precoz y Pasado anterior. El desempeño de Elizondo en el mundo de las letras le valió varios premios y el reconocimiento de la crítica.
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Salvador nació el 19 de diciembre de 1932 en Ciudad de México. El escritor provino de una familia culta, vinculada con el cine y la política. Se sabe que su padre fue Salvador Elizondo Pani. Parte de su infancia la vivió en Alemania, y desde pequeño estuvo inmerso en el mundo de las letras y la literatura.
Los primeros años de educación de Elizondo se dieron tanto en Alemania, como en su natal México. Luego, durante un periodo de tres años, estudió en Estados Unidos, específicamente en California, en una institución militar. Posteriormente se trasladó a su país a cursar estudios superiores.
A nivel universitario, el escritor se formó en prestigiosas universidades del mundo. En México se preparó en artes plásticas y en literatura en la Universidad Nacional Autónoma. Siguió su preparación en las letras en diferentes instituciones de prestigio, como La Sorbona, Cambridge, Ottawa y Peruggia.
Salvador Elizondo comenzó a abonar el terreno literario desde joven, colaborando en varios medios impresos. Se desempeñó en revistas como Vuelta, del escritor Octavio Paz; Siempre, fundada por José Pagés Llergo; y Plural, entre otras.
El autor también se sintió motivado a crear sus propias publicaciones. Fue así como nacieron Nuevo Cine y SNOB. En cuanto a sus libros, en 1960, cuando tenía veintiocho años, salió a la luz Poemas. Tres años después publicó la crítica Luchino Visconti, y en 1965, apareció su famosa novela Farabeuf.
Salvador Elizondo fue un escritor en constante aprendizaje. Eso lo llevó a formar parte, en 1963, del Centro Mexicano de Escritores. Luego, en 1964, recibió el Premio Xavier Villaurrutia, por su obra Farabeuf. También estudió chino en el Colegio de México, gracias a una beca. Se desempeñó como catedrático de la UNAM.
Durante un tiempo el autor se fue a vivir a Estados Unidos para continuar con su formación. Fue becado por la Fundación Ford para estudiar en San Francisco (California) y Nueva York. Luego, en 1968, fue patrocinado durante un año por la organización Guggenheim.
Si bien los datos sobre la vida personal y matrimonial de Elizondo no son amplios, se sabe que se casó en dos oportunidades. Contrajo primeras nupcias con Michell Alban, con quien tuvo dos hijas: Mariana y Pía. Posteriormente se unió en matrimonio con Paulina Lavista, y tuvieron un hijo llamado Pablo.
El desempeño literario de Salvador le permitió ser reconocido por la Academia Mexicana de la Lengua. Lo nombraron miembro en 1976, y el 23 de octubre de 1980 ocupó la silla XXI. Al año siguiente comenzó a ser parte de El Colegio Nacional, entró con su aclamado discurso “Joyce y Conrad”. De ese año data su comedia en tres actos Miscast.
Elizondo estuvo durante toda su vida dedicado a la escritura. Entre sus últimas obras estuvieron La luz que regresa, Estanquillo,Teoría del infierno y Autobiografía precoz. Desafortunadamente, su vida llegó a su fin a causa del cáncer, el 29 de marzo de 2006, en Ciudad de México.
El estilo literario de Salvador Elizondo se caracterizó por ser vanguardista, cargado de creatividad y particularidad. Su literatura fue universal debido al bagaje cultural que poseía. Eso le permitió diferenciarse de los movimientos que predominaron en su época.
El escritor mexicano desarrolló su obra alejado de la objetividad. Para él era importante la realidad, pero desde el punto de vista subjetivo. La reflexión también formó parte de sus textos. El lenguaje que empleó fue bien elaborado y cuidado, preciso y claro.
Salvador Elizondo fue un escritor que marcó la pauta dentro y fuera de la literatura mexicana, tanto por su forma de escribir, como por el contenido. Tal vez sus obras fueron para lectores selectos, porque en sus historias existieron mundos dentro de otros mundos. Eso le hizo distinto, y le cedió un espacio en la historia.
– Poemas (1960).
– Luchino Visconti (1963). Crítica.
– Farabeuf o La crónica de un instante (1965). Novela.
– Narda o El verano (1966). Cuentos.
– Autobiografía (1966).
– El hipogeo secreto (1968). Novela.
– Cuaderno de escritura (1969). Crítica.
– El retrato de Zoe (1969). Relatos.
– El grafógrafo (1972). Relatos y textos.
– Contextos (1973). Crítica.
– Museo poético (1974). Antología de poesía mexicana.
– Antología personal (1974).
– Miscast (1981). Comedia en tres actos.
– Camera lucida (1983).
– La luz que regresa (1984).
– Elsinore, un cuaderno (1988). Relato.
– Estanquillo (1992).
– Teoría del infierno (1993).
– Autobiografía precoz (2000).
– Pasado anterior (2007).
– Mar de iguanas (2010).
– La historia según Pao Cheng (2013).
Farabeuf o La crónica de un instante (1965)
Fue una de las obras más renombradas de Salvador Elizondo. De acuerdo con anotaciones del propio autor, comenzó a ser concebida a partir de la década de los cincuenta. Con este título ganó el Premio Xavier Villaurrutia, el mismo año de su publicación; además, fue traducida a varios idiomas.
Aunque la obra lleva el nombre del médico Louis Farabeuf, tomado de un texto sobre cirugías, el contenido es otro. Trató sobre el placer, la escritura china, el erotismo, la adivinación, y otros temas similares. La trama no tenía un hilo conductor, por lo que no se consideró una novela; también, para muchos, resultó difícil de comprender por su estructura.
Fragmento
“¿Ve usted? Esa mujer no puede estar del todo equivocada. Su inquietud, maestro, proviene del hecho de que aquellos hombres realizaban un acto semejante a los que usted realiza en los sótanos de la escuela cuando sus alumnos se han marchado, y usted se queda a solas con todos los cadáveres de hombres y mujeres. Sólo que ellos aplicaban el filo a la carne sin método…”.
El hipogeo secreto (1968)
Fue una novela del escritor mexicano en la cual la creatividad y la innovación fueron las características principales. Trató sobre el amor entre una pareja que, desde la pluma de Elizondo, expresó la subjetividad contenida en la mente, en el interior.
La obra fue profunda y reflexiva. En ella la mujer jugó un papel importante: el autor simbólicamente reflejó la necesidad que tenía de ser rescatada, salvada. Al mismo tiempo, los diferentes personajes realizaron una observación entre ellos mismos, y esta los condujo, de alguna manera, a desvelar los deseos de Elizondo.
Fragmento
“Fíjame aquí para que el mundo tenga una eternidad y no una historia. No me cuentes ningún cuento, porque los cuentos siempre tienen un final en el que los personajes se disuelven como el cuerpo en la carroña… necesariamente banal, por ser un desenlace en que lo que yo había sido, simplemente deja de ser”.
El grafógrafo (1972)
Esta obra del escritor mexicano fue una compilación de diferentes relatos sobre temas diversos. Aunque el título de la publicación estuvo relacionado con uno de los cuentos, cuya temática fue la escritura, el texto se caracterizó por estar enmarcado en la línea vanguardista.
Fragmento
“Escribo. Escribo que escribo. Mentalmente me veo escribir que escribo y también puedo verme ver que escribo. Me recuerdo escribiendo ya y también viéndome que escribía. Y me veo recordando que me veo escribir y me recuerdo viéndome recordar que escribía…
También puedo imaginarme escribiendo que ya había escrito que me imaginaría escribiendo que había escrito que me imaginaba escribiendo que me veo escribir que escribo”.
Elsinore (1988)
Con esta obra Salvador Elizondo siguió afianzando su capacidad para el vanguardismo, y reafirmó su particularidad al escribir. El texto se relacionó con sus años de estudio en California, en la institución de Elsinore. En su historia, dos compañeros se escaparon.
Con este relato, Elizondo jugó con el tiempo. Para él la vida eran solo instantes, minutos; estaba reducida, era breve. De tal manera que, dentro de su acostumbrada subjetividad, su historia inició con el sueño de escribirla, para luego darle huida a los jóvenes estudiantes.
Fragmento de La luz que regresa (1984)
“La luz contenida en la cámara de Moriarty se animó de lentas transformaciones; vino entonces, pero en sentido inverso, el sueño de Calpurnia: cómo los fragmentos dispersos en el suelo se reúnen para formar el pináculo que luego asciende por los aires hasta quedar colocado en la parte más alta de la casa y cómo la punta del relámpago retrocede y desaparece…”.
Fragmento de El retrato de Zoe (1969)
“No sé ni siquiera si Zoe era su verdadero nombre. Algunos me dijeron que así se llamaba; pero para qué te voy a decir que estoy seguro de ello si al fin de cuentas lo único que aprendí acerca de ella fue su ausencia. La fui aprendiendo poco a poco; a lo largo de los días primero…
Una lentitud que, que imperceptiblemente, fue comenzando a discurrir dentro de una vertiginosa velocidad de meses…”.
- Gutiérrez, C. (2017). Salvador Elizondo. México: Enciclopedia de la Literatura en México. Recuperado de: elem.mx.
- Gudiña, V. (2015). Salvador Elizondo. (N/a): Poemas del Alma. Recuperado de: poemas-del-alma.com.
- Salvador Elizondo. (2019). España: Wikipedia. Recuperado de: wikipedia.org.
- Elizondo alcalde, Salvador. (2019). (N/a): Escritores Org. Recuperado de: escritores.org.
- Domínguez, C. (2000). Narrativa completa de Salvador Elizondo. México: Letras Libres. Recuperado de: letraslibres.com.