Neurosis depresiva
La neurosis depresiva es un trastorno psicopatológico que se caracteriza por la presencia de un estado de ánimo constantemente triste; puede considerarse como un caso leve y permanente de depresión.
Las personas que presentan esta alteración tienen un estado de ánimo bajo durante largos periodos de tiempo. Así mismo, experimentan una elevada inactividad física y un letargo generalizado.
Además, la neurosis depresiva suele cursar con alteraciones somáticas y trastornos del sueño. Los sujetos con este trastorno puede preservar un mínimo grado de funcionamiento, sin embargo, el bajo estado de ánimo les origina un elevado malestar y una nefasta calidad de vida.
Síntomas
La neurosis depresiva se caracteriza por la tríada de síntomas típicos: disminución de la vitalidad, estado de ánimo deprimido y pensamiento y habla enlentecidos.
Estas tres manifestaciones resultan las más importantes del trastorno y se presentan en todos los casos. Sin embargo, la sintomatología de la neurosis depresiva es mucho más extensa.
En este trastorno pueden aparecer diferentes síntomas tanto emocionales como cognitivos y conductuales. Los más prevalentes son:
- Pérdida de interés en las actividades diarias.
- Sentimientos de tristeza.
- Desesperación.
- Falta de energía.
- Fatiga o falta de energía.
- Baja autoestima.
- Dificultad para concentrarse.
- Dificultad para tomar decisiones.
- Autocrítica.
- Rabia excesiva.
- Disminución de la productividad.
- Evitación de actividades sociales.
- Sentimientos de culpa.
- Falta o exceso de apetito.
- Problemas para dormir y trastorno del sueño.
La neurosis depresiva en niños puede resultar ligeramente distinta. En estos casos, aparte de las manifestaciones anteriormente comentadas, se suelen presentar otros síntomas como:
- Irritabilidad generalizada durante todo el día.
- Bajo rendimiento escolar y aislamiento.
- Actitud pesimista.
- Falta de habilidades sociales y poca actividad relacional.
Causas según el psicoanálisis
Según las corrientes psicoanalíticas, que fueron quienes acuñaron el trastorno de neurosis depresiva, esta psicopatología es causada por la condición psicógena del individuo. En este sentido, la aparición de la neurosis depresiva está relacionada con circunstancias traumáticas o experiencias desagradables externas.
Las teorías psicoanalíticas postulan que, por regla general, los factores externos que pueden originar la neurosis depresiva resultan particularmente importantes para el sujeto.
En referencia a las situaciones de estrés que conducen a la neurosis depresiva, se tienen dos grupos principales.
El primero de ellos se relaciona con el desempeño de la propia persona. Numerosos fallos producidos en diferentes ámbitos de la vida del sujeto conducen a un interpretación de “autofallo” o “vida fallida”.
El segundo grupo en cambio está formado por los llamados hechos de privación emocional. En este caso, cuando el individuo se ve obligado a separarse de sus seres queridos y no posee la capacidad para hacer frente a la situación, puede desarrollar una neurosis depresiva.
Diagnóstico
En la actualidad, el diagnóstico de neurosis depresiva ha sido desahuciado. Esto quiere decir que ya no se utiliza el término de neurosis para la detección de esta alteración del estado de ánimo, sin embargo, no significa que el trastorno no exista.
Más bien, la neurosis depresiva ha sido reformulada y renombrada por el trastorno depresivo persistente o distímia. Las semejanzas entre ambas patologías son muchas, por lo que pueden considerarse como trastornos equivalentes.
Dicho de otra forma, los sujetos que años atrás eran diagnosticados de neurosis depresiva, actualmente reciben el diagnóstico de distímia.
La clínica y la sintomatología son prácticamente idénticas, y hacen referencia a la misma alteración psicológica. Los criterios establecidos para el diagnóstico de trastorno depresivo persistente (distímia) son:
1-Estado de ánimo deprimido durante la mayor parte del día, presente más días que los que está ausente, según se desprende de la información subjetiva o de la observación por parte de otras personas, durante un mínimo de dos años.
2-Presencia, durante la depresión, de dos (o más) de los síntomas siguientes:
- Poco apetito o sobrealimentación.
- Insomnio o hipersomnia.
- Poca energía o fatiga.
- Baja autoestima.
- Falta de concentración o dificultad para tomar decisiones.
- Sentimientos de desesperanza.
3-Durante el período de dos años (un año en niños y adolescentes) de la alteración, el individuo nunca ha estado sin los síntomas de los Criterios 1 y 2 durante más de dos meses seguidos.
4-Los criterios para un trastorno de depresión mayor pueden estar continuamente presentes durante dos años.
5-Nunca ha habido un episodio maníaco o un episodio hipomaníaco, y nunca se han cumplido los criterios para el trastorno ciclotímico.
6-La alteración no se explica mejor por un trastorno esquizoafectivo persistente, esquizofrenia, trastorno delirante, u otro trastorno especificado o no especificado del espectro de la esquizofrenia y otro trastorno psicótico.
7-Los síntomas no se pueden atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancia (p. ej., una droga, un medicamento) o a otra afección médica (p. ej., hipotiroidismo).
8-Los síntomas causan malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento.
Tratamiento
El tratamiento actual de la neurosis depresiva resulta complejo y polémico. Los sujetos con esta alteración suelen requerir medicación, aunque no resulta siempre satisfactoria. La intervención de esta psicopatología suele incluir tanto psicoterapia como tratamiento farmacológico.
Tratamiento farmacológico
El tratamiento farmacológico de la neurosis depresiva está sujeto a una cierta controversia. En la actualidad no existe un fármaco que sea capaz de revertir, por completo, la alteración.
No obstante, los inhibidores selectivos de recaptación de serotonina (ISRS) son los antidepresivos más eficaces y, por lo tanto, el tratamiento farmacológico de primera elección. De entre ellos, los medicamentos más utilizados son la fluoxetina, la paroxetina, la sertralina y la flovoxamina.
Sin embargo, la acción de estos fármacos es lenta, y los efectos no suelen aparecer hasta las 6-8 semanas de tratamiento. A su vez, la eficacia de los fármacos antidepresivos resulta también limitada en el tratamiento de la neurosis depresiva.
Varios estudios muestran que la eficacia de estos fármacos resultaría inferior al 60%, mientras que la toma de placebo alcanzaría un 30% de eficacia.
Tratamientos psicológico
La psicoterapia adquiere una especial relevancia en el tratamiento de la neurosis depresiva debido a la baja eficacia que presenta la faramacoterapia. Más de la mitad de sujetos con esta alteración no responden bien a los medicamentos, por lo que los tratamientos psicológicos resultan claves en esos casos.
En la actualidad, el tratamiento cognitivo conductual es la herramienta psicoterapéutica que se ha mostrado más eficaz en el tratamiento de los trastornso del estado de ánimo.
Las técnicas cognitivo conductuales más utilizadas en la neurosis depresiva son:
- Modificación del entorno.
- Incremento de la actividad.
- Entrenamiento en habilidades.
- Reestructuración cognitiva.
Referencias
- Gureje O. Dysthymia in a cross-cultural perspective. Curr Opin Psych. 2010;24:67‑71.
- . Guadarrama L, Escobar A, Zhang L. Bases neuroquímicas y neuroanatómicas de la depresión. Rev Fac Med UNAM. 2006;49.
- Menchón JM, Vallejo J. Distimia. En: Roca Bennasar M. (coord.). Trastornos del humor. Madrid: Panamericana, 1999.