Biografías de personajes históricos

Bernardino Rivadavia: biografía, presidencia, muerte


Bernardino Rivadavia (1780-1845) fue el primer presidente de las Provincias Unidas del Río de la Plata entre los años 1826 y 1827. Luego de la Revolución de Mayo, este personaje ocupó otros cargos importantes. Entre estos destacan ministro, diputado, secretario del Primer Triunvirato y diplomático.

Fue considerado centralista: su política consistía en que Buenos Aires decidiera los intereses políticos de la nación sobre el resto de las provincias del Río de la Plata. Durante su mandato estableció leyes que reforzaron el control económico, y aplicó los primeros pasos para la instalación del libre comercio en todas las provincias bajo este dominio.

Bernardino Rivadavia participó activamente en la política de su país y en la guerra contra el Imperio del Brasil. Luego renunció a su cargo y se exilió en España hasta 1845, año en el que fallece.

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Biografía

Rivadavia nació en el seno de una familia culta. Fue hijo de Benito Bernardino González de Rivadavia. Su padre se desempeñó como abogado del Imperio español. Su madre se llamó María Josefa de Jesús Rodríguez de Rivadavia y Rivadeneyra.

A los 18 años de edad inició sus estudios en el Colegio San Carlos. Los mismos fueron interrumpidos a partir de 1803, cuando Rivadavia decidió participar como parte del Tercio de Voluntarios de Galicia.

Este grupo tenía como objetivo la defensa de Buenos Aires, ya que las tropas inglesas pretendían invadir el territorio. Durante la contienda, Rivadavia obtuvo el grado de teniente.

En los años que van de 1803 a 1810, Rivadavia se dedicó a actividades comerciales que lo llevaron a defender ante el consulado a personajes como Guillermo White.

El 14 de diciembre del año 1809 contrajo nupcias matrimoniales con la señorita Juana del Pino. Ella era  hija del exvirrey Joaquín del Pieno. De esta unión nacieron 4 hijos.

Vida política

Rivadavia tuvo una preponderante participación durante la Revolución de Mayo, que terminó con la independencia de Argentina.

El 22 de mayo de 1810 participó en la sesión de cabildo abierto, donde manifestó su rechazo al virrey que para ese entonces era Baltasar Hidalgo de Cisneros.

En septiembre de 1811 ocurrieron diversos acontecimientos que pusieron en peligro a la Revolución de Mayo. En ese ambiente Rivadavia fue designado por el cabildo abierto como representante de Buenos Aires. En la votación obtuvo un total de 360 votos.

A partir de esta designación, Rivadavia se destacó como secretario del triunvirato creado en 1811. Durante ese momento Rivadavia comenzó su larga carrera política, llevando sobre sí las decisiones más importantes del gobierno.

Algunas de las decisiones emprendidas por Rivadavia está la sentencia a los 30 españoles. Este grupo de europeos pretendieron conspirar para desembarcar más de 500 soldados y tomar el control sobre Buenos Aires y el resto del territorio.

Desempeño en Europa

Tras la caída del Segundo Triunvirato, Rivadavia es designado a Europa. Se le da la misión de lograr el reconocimiento de la independencia de las provincias por parte de las potencias europeas. Este objetivo no fue conseguido debido a las dificultades diplomáticas entre ambas partes.

Tras este fracaso, Rivadavia retornó a Buenos Aires en 1820. A pesar de ello, durante su visita a Europa mantuvo participación activa en diversos círculos de intelectuales.

En Europa tuvo varios encuentros con personajes como el conde de Tracy, quien era experto en temas liberales y seguidor de Benjamín Constant. También conoció a filósofos de la talla de Jeremy Benthaum y Antoine Destutt.

Regreso a Argentina

Cuando Rivadavia regresó se encontró a una naciente república en completo caos y con una grave crisis política. A partir de entonces se le designó como primer ministro.

Es así como empezó a poner en práctica las diversas doctrinas políticas y económicas aprendidas en el Viejo Continente. Con esto logró mantener la estabilidad y prosperidad para Buenos Aires.

Desde entonces fue conocido por la aplicación de sus destrezas liberales en el manejo de la economía, la educación, las rentas, la milicia, la minería, las ciencias y la política.

Características de su presidencia

A finales de 1824 la necesidad de crear un gobierno unitario se hacía inminente debido a los conflictos con Brasil. Es por eso que, a partir de este año, se redactó una nueva Constitución donde se creó la figura de un presidente.

Este cargo lo ocupó Rivadavia en febrero de 1826. Inmediatamente a su designación comenzó una serie de reformas liberales. Entre estas destacan la Ley de capitalización, que decretaba a la ciudad de Buenos Aires como capital del Estado.

Esta normativa generó mucho más descontento del bando de los federalistas, puesto que con ello se eliminaba cualquier tipo de pretensión independentista de las provincias más pequeñas.

Reformas

Otra de las reformas implementadas fue la nacionalización del ejército y de las tierras. Con este decreto buscó poner fin a los terratenientes y hacendados, quienes habían sido dueños de gran parte de las tierras de la república desde la Conquista.

Dentro de las reformas que repercutieron de forma directa en la economía nacional está la creación del Banco Nacional a partir de 1826.

El mismo le permitió al gobierno obtener un capital que sobrepasaba los 10 000 000 pesos; también permitió la capacidad para emitir billetes y monedas.

La libertad comercial y la nacionalización de los puertos permitieron el control absoluto de la principal arteria comercial a la vieja clase portuaria. La misma se había visto fuertemente golpeada por las anteriores políticas económicas de la Corona española.

Esta y otras reformas liberales significaron un avance al nuevo Estado, pero también generaron fuertes disputas internas. Todo esto llevó a que Rivadavia adoptara la decisión de renunciar al cargo. Esto sucedió el día 27 de junio del año 1827.

Exilio y muerte

Luego de dejar la presidencia, partió al exilio hacia España. Luego de un tiempo planeó el retorno a su país natal, pero por órdenes de Juan José Viamonte, quien era gobernador de Buenos Aires, no se le permitió desembarcar.

Por ello, regresó a España a finales de 1842. Rivadavia murió el 2 de septiembre del año 1845 en la ciudad de Cádiz.