Historia

Pacto de Ostende: causas, firmantes, pacto, consecuencias


¿Qué es el Pacto de Ostende?

El Pacto de Ostende fue un acuerdo firmado en agosto de 1866 en la ciudad del mismo nombre (hoy en Bélgica) entre el Partido Demócrata español y el Partido Progresista del mismo país. El objetivo del pacto era deponer a la reina Isabel II de España y crear un régimen más democrático.

La situación política española a partir de la invasión napoleónica se había caracterizado por la inestabilidad y el enfrentamiento entre los conservadores y los grupos más liberales. La reina Isabel II, de la Casa Borbón, había optado por aliarse con los sectores más moderados para mantenerse en el trono.

Una insurrección en un cuartel de la capital española, en junio de 1866, provocó que la reina destituyera al presidente Leopoldo O’Donnell, de la Unión Liberal. En su lugar, Isabel II eligió a Narváez, quien instauró varias medidas represivas.

Esto, unido a la crisis económica, llevó a los partidos opositores a firmar el Pacto de Ostende. La Unión Liberal se sumó al mismo en 1868. La primera consecuencia fue el estallido de La Gloriosa, una revolución que derrocó a Isabel II en septiembre de ese mismo año. Con esto dio comienzo la etapa histórica llamada Sexenio Democrático.

Contexto histórico

La Casa Borbón española, entonces en el trono, había sufrido contratiempos como la invasión napoleónica, entre 1808 y 1813, y la pérdida de la mayoría de sus posesiones en América.

Para poder mantenerse en el poder, los borbones trataron de llegar a acuerdos con los sectores moderados de la política española.

Isabel II

Fernando VII falleció a finales de septiembre de 1833. Su sucesora, Isabel II, era aún una niña, por lo que fue su madre, Cristina de Borbón-Dos Sicilias, quien asumió la regencia.

En esos momentos, la regente contó con el apoyo de los liberales en la guerra que estalló contra los partidarios de Carlos María Isidro de Borbón, hermano de Fernando VII que pretendía acceder al trono.

Finalmente, Isabel II asumió el trono cuando tenía solo 13 años, en 1843. Esta reina, de acuerdo con los historiadores, no estaba demasiado preparada para asumir el poder y fue muy presionada por su madre y por varios generales, entre los que se encontraban Narváez y O’Donnell.

Estas circunstancias provocaron que España no abandonara las instituciones propias del absolutismo. Isabel II se alió con los sectores moderados, lo que le aseguró unos años de relativa tranquilidad. Sin embargo, a partir de 1863, la Unión Liberal, formada por moderados y progresistas y que apoyaba a la reina, comenzó a dividirse.

El presidente Leopoldo O’Donnell, de la Unión Liberal, fue acusado de ejercer el gobierno de manera personalista y de influir demasiado en la reina. Ante esto, pidió disolver el parlamento, pero Isabel II se negó y lo destituyó del cargo.

Inestabilidad política

Durante los meses siguientes se sucedieron varios presidentes con breves mandatos. La causa principal de la inestabilidad era la negativa a que el Partido Demócrata y los sectores más liberales entraran en el gobierno.

Leopoldo O’Donnell regresó en junio de 1865 a la presidencia tras la sangrienta represión de una protesta universitaria, conocida como la Noche de San Daniel. El responsable de esa represión había sido el presidente Narváez, del Partido Moderado.

O’Donnell intentó convencer a los progresistas de Juan Prim para que lo apoyaran. A pesar de que Prim estaba de acuerdo, el resto de su partido se negó. A partir de entonces, buscó una alianza con otros movimientos políticos para derrocar a Isabel II.

En junio de 1866, estalló un levantamiento armado en Madrid que buscaba el objetivo de derrocar a la reina.

Causas del Pacto de Ostende

Los últimos años del reinado de Isabel II se caracterizaron por la inestabilidad social, política y económica. Esa inestabilidad fue la causa principal de la firma del Pacto de Ostende.

Crisis financiera

A comienzos de 1866, España empezó a sufrir una importante crisis financiera en su historia. El sector que primero la sufrió fue el de las compañías ferroviarias, pero pronto afectó también a los bancos y a las sociedades de crédito. Al mismo tiempo, una serie de malas cosechas provocaron problemas de abastecimiento.

Insurrección en Madrid

El 22 de junio de 1822, tuvo lugar una insurrección por parte de los sargentos de artillería del Cuartel de San Gil de Madrid. Su objetivo principal era derrocar a Isabel II.

El levantamiento acabó en fracaso, pero la reina volvió a destituir a O’Donnell, quien intentó convencerla de que el castigo a los sublevados no fuera demasiado duro. Finalmente, 66 militares fueron fusilados.

La reina volvió a recurrir a Narváez para que se hiciera cargo del gobierno. Ante eso, la Unión Liberal de O’Donnell decidió no participar en la vida política. El propio líder del partido se exilió a Francia, aunque no quiso participar en la conjura que ya estaban preparando los progresistas de Prim.

En España, mientras, Narváez inició una campaña de represión contra la oposición. El Partido Demócrata y el Progresista tomaron la decisión de aliarse para hacer frente a sus enemigos comunes.

Firmantes

El Pacto de Ostende fue firmado por 45 representantes del Partido Demócrata y el Partido Progresista. Casi todos ellos eran políticos y militares que habían tenido que salir al exilio. El impulsor del acuerdo fue el general Juan Prim.

Más adelante, en 1867, la muerte de O’Donnell propició que la Unión Liberal se uniera al acuerdo.

Pacto

El acuerdo se firmó el 16 de agosto de 1866 en la ciudad belga que le da nombre. Su contenido formal era muy breve, de tan solo dos puntos:

  1. Destruir lo existente en las altas esferas del poder;
  2. Nombramiento de una asamblea constituyente, bajo la dirección de un Gobierno provisorio, la cual decidiría la suerte del país, cuya soberanía era la ley que representase, siendo elegida por sufragio universal directo.

El primer punto era tan ambiguo que permitió que varias fuerzas políticas se adhirieran al mismo. Entre ellas, la Unión Liberal tras el fallecimiento de O’Donnell.

Desarrollo del pacto

Las conversaciones posteriores aclararon buena parte de los objetivos de los firmantes del pacto. Así, quedó claro que su finalidad principal era derrocar a Isabel II y establecer unos derechos fundamentales. Entre estos destacaba el sufragio universal masculino y la convocatoria de unas Cortes Constituyentes.

El acuerdo, sin embargo, no establecía si el país iba a convertirse en una república o si seguiría siendo una monarquía.

Por otra parte, los firmantes del pacto afirmaron la necesidad de establecer una libertad de prensa absoluta, al igual que el derecho de reunión.

El general Prim fue nombrado jefe del movimiento que debía derrocar a la reina y se le concedió libertad para utilizar todos los medios necesarios para ello.

Consecuencias del Pacto de Ostende

La primera respuesta del gobierno de Narváez al pacto fue endurecer aún más la represión. Las Cortes quedaron disueltas y se convocaron elecciones para comienzos de 1867.

Esas elecciones dieron una mayoría casi total a la fuerza gobernante. Las Cortes resultantes, con solo cuatro diputados opositores, libraron al gobierno de toda responsabilidad sobre lo ocurrido durante el tiempo en el que la Cámara estuvo disuelta.

Revolución Gloriosa

En septiembre de 1868, el Pacto de Ostende desembocó en el estallido de la Revolución Gloriosa. Militares y civiles se levantaron en armas para derrocar a la reina y al gobierno de Narváez.

A finales de ese mismo mes, los insurrectos derrotaron a las tropas gubernamentales en la batalla de Alcolea. El día 30, la reina recibió la noticia de la victoria rebelde. Su respuesta fue abandonar el trono y huir a Francia.

A pesar de eso, la monarquía no desapareció, ya que varios de los militares rebeldes apoyaron su continuidad, aunque con carácter de monarquía constitucional. Los liberales, por su parte, eran partidarios de instaurar la república.

Estas diferencias provocaron la división entre los líderes de la revolución, lo que debilitó su proyecto.

Sexenio Democrático

A pesar de la imposibilidad de llegar a un acuerdo sobre el modelo de estado, los revolucionarios sí pudieron crear un gobierno liberal y democrático. Este periodo, denominado Sexenio Democrático, estuvo dividido en tres fases:

  • La primera etapa estuvo comprendida entre 1868 y 1870. Tras la salida al exilio de Isabel II, Prim y Serrano establecieron un gobierno temporal. Después, en 1869, se aprobó una constitución que recogía el sufragio universal para los hombres, la división de poderes, la tolerancia religiosa y otros derechos para los ciudadanos.
  • La segunda fase se inició en 1871 y se prolongó durante dos años. En este periodo, España proclamó a Amadeo de Saboya como rey dentro de un sistema monárquico constitucional. Sin embargo, el monarca abandonó el trono en febrero de 1873 ante los continuos enfrentamientos entre las fuerzas políticas españolas.
  • La última etapa duró hasta 1874 y se corresponde con la existencia de la Primera República española. La falta de estabilidad provocó que la presidencia fuera ocupada hasta por cuatro personajes diferentes. Finalmente, el general Serrano acabó imponiendo una dictadura, y el 29 de diciembre de 1874, el general Martínez Campos devolvió la corona a la Casa Borbón.

Referencias

  1. Montagut, Eduardo. El Pacto de Ostende. Obtenido de nuevatribuna.publico.es
  2. Segovia, José. ¿Por qué España echó a la reina Isabel II?. Obtenido de xlsemanal.com
  3. Proyecto ambulante. El Pacto de Ostende de 1866: objetivos y resultados del tratado. Obtenido de proyectoambulante.org
  4. Best of Spain. The Glorious Revolution. Obtenido de bestofspain.es
  5. The Editors of Encyclopaedia Britannica. Prim, Juan. Obtenido de britannica.com