Falofobia: qué es, síntomas, causas, tratamientos
¿Qué es la falofobia?
La falofobia es un tipo de miedo irracional al órgano sexual masculino, causando incluso una pérdida de control inmediata. Puede producirse tanto en hombres como en mujeres.
Algunas personas se consideran asexuales, en el sentido de que se sienten incapaces de experimentar atracción sexual alguna. Muchos pueden considerar esto como un síntoma de falofobia, pero no es lo mismo.
Las personas falofóbicas experimentan terror extremo, incluso con el simple pensamiento, o viendo algún vídeo o fotografía.
El concepto de fobia en sí mismo hace referencia a un miedo irracional que manifiestan algunas personas hacia algo (a volar, al agua, a insectos, etc.), a pesar de ser conscientes de que no es una amenaza real. Y es uno de los motivos recurrentes de las visitas a los psicólogos.
Síntomas de la falofobia
La persona falofóbica puede llegar a evitar por completo las relaciones sexuales, pero también puede presentar episodios de ansiedad ante situaciones como ser vista desnuda, un beso profundo o incluso ante la idea de un embarazo.
De esta forma, al enfrentarse con el órgano sexual masculino, o con una imagen del mismo, comienza a experimentar una serie de síntomas de malestar:
– Falta de deseo sexual
– Sudoración excesiva
– Episodios de ansiedad
– Temblores
– Ataque de pánico
– Pérdida de conocimiento
Causas
Del mismo modo que los síntomas, las causas de la falofobia pueden variar de una persona a persona. Sin embargo, las fobias de esta naturaleza son causadas por algún tipo de trauma. Este trauma se produce normalmente durante la infancia, cuando las personas son más susceptibles al miedo y más vulnerables emocionalmente.
Abuso sexual
Una causa muy común es el abuso sexual, y específicamente el abuso por parte de un hombre mayor. Los hombres que abusan de los niños son por lo general personas que los mismos niños conocen de cerca, como amigos o familiares.
Este hecho, aparte de causar el temor hacia el pene, también produce una falta grave de confianza en los varones, lo que a la larga puede desembocar en una severa dificultad a la hora de entablar relaciones con el género masculino.
Relaciones sexuales dolorosas
Muchas personas sufren trastornos sexuales como consecuencia de un coito extremadamente doloroso.
De este modo, la asociación entre el dolor físico del momento y el miembro viril, puede generar un miedo incontrolable hacia el pene y hacia la posterior pérdida de deseo sexual.
Baja autoestima
El bajo nivel de deseo sexual puede producirse, en determinadas ocasiones, en aquellas personas con poca seguridad en sí mismas (baja autoestima).
En un caso extremo de inseguridad, puede producirse en el sujeto un sentimiento de temor/pánico frente al sexo opuesto y su órgano sexual.
Consecuencias
El alcance de esta fobia puede llevar a una persona a mantenerse virgen durante toda la vida. Es más, rechaza la idea de compromiso, evitando las relaciones estables o estrechar lazos con otras personas de su entorno, derivando en fobias sociales y aislamiento.
Este miedo injustificado incide sobre la vida cotidiana de la persona, de tal manera que invade el ejercicio normal de sus relaciones interpersonales, como por ejemplo, la ruptura de las relaciones de pareja o matrimonio.
Un individuo falofóbico puede experimentar también episodios de pánico, dificultades para respirar con normalidad, ritmo cardíaco acelerado e incluso incapacidad para hablar o pensar racionalmente.
Cabe destacar que podemos encontrarnos con el caso de un carácter fóbico permanente. Esto quiere decir que se detecta una inestabilidad en el comportamiento, convirtiéndose en un estado de alerta permanente hacia el entorno. Para el fóbico, la relación con el otro significa estar expuesto de forma constante a un peligro inminente.
Tratamiento
Existen diferentes tipos de tratamientos para aquellas personas que se encuentran en esta situación:
Medicación
Normalmente, la medicación se recomienda para controlar los ataques de ansiedad y pánico derivados de la fobia.
Terapia
A largo plazo, y en estos casos, la terapia es la opción más recomendable. A través de la terapia se logra llegar al punto de partida de la fobia, comprendiendo las causas de la misma y tratándola para que deje de condicionar el día a día.
Dentro del tratamiento terapéutico, se derivan 3 tipos de terapia diferentes para tratar al sujeto según la naturaleza de su fobia:
– Terapia de shock cognitivo-conductual: se trata de una terapia de corto plazo que se encarga de realizar una intervención psicológica mediante pequeños experimentos con el paciente. Es decir, se centra en modelar las interpretaciones o creencias que la persona tanga sobre un hecho en sí, consiguiendo reconducir su comportamiento.
– Terapia de exposición: este tipo de terapia es recomendable a la hora de ayudar al paciente a reaccionar de forma diferente ante un estímulo determinado, exponiéndolo gradualmente al mismo.
– Terapia social: es de gran utilidad para poder ayudar a los pacientes a recuperar la confianza en sí mismos y en las personas de su entorno, haciéndoles comprender que no todos los que están a su alrededor quieren dañarlo.