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Lieralismo social: qué es, origen, características, representantes


¿Qué es el liberalismo social?

El liberalismo social, o socioliberalismo, es una doctrina política que busca encontrar un equilibrio entre las libertades individuales y la justicia social. Esta ideología se fundamenta en la defensa de las iniciativas individuales, al tiempo que busca limitar la influencia del Estado en los temas de la vida social y cultural de los individuos.  

De acuerdo con los postulados del liberalismo social, la función exclusiva del Estado debe ser garantizar la igualdad de oportunidades y fomentar tanto el desarrollo individual como la libertad de todos los ciudadanos. Pero en ningún caso debe intervenir en la toma de sus decisiones.

En este sentido, los seguidores de esta corriente se sitúan en un punto intermedio entre los socialistas y los liberales conservadores. De los primeros critican su afán de socializar la economía. Ellos consideran que ese tipo de política ineludiblemente desemboca en un paternalismo de Estado ineficaz que termina por reprimir a los individuos.

Origen del liberalismo social

El término “liberal”

El término liberal aplicado al ámbito político apareció en las Cortes españolas en 1810. Los miembros “liberales” de este parlamento se rebelaron en contra del absolutismo. En 1812, su esfuerzo se tradujo en la promulgación de una nueva constitución que restringía los poderes de la monarquía.

Entre otros, la Constitución de 1812 requería que el rey cumpliera su labor a través de ministros. Además, se creó un parlamento sin una representación especial de la iglesia o la nobleza, la administración central se reestructuró en un sistema de provincias y municipalidades, y se reafirmó el derecho individual de la propiedad privada.

Sin embargo, el éxito liberal fue de corta duración. En la década de 1823-33, los liberales fueron purgados mientras los conservadores trataban de restablecer el control gubernamental de la economía y el poder de la iglesia y las clases altas.

Primeras ideas liberales contra el absolutismo

En el siglo XIX, el término liberal ganó vigencia en España, pero las ideas centrales del liberalismo son más antiguas. Muchos consideran que se gestaron en Inglaterra durante el siglo de lucha por la libertad política y religiosa que terminó con el derrocamiento de Jacobo II en 1688.

A partir de este siglo, los poderes de la monarquía absolutista se redujeron en gran medida. Este cambio político vino acompañado de una nueva teoría del gobierno constitucional, que afirmaba la naturaleza limitada de la autoridad política.

De acuerdo con los postulados de John Locke, el papel del gobierno era velar por el bien común y proteger la libertad y la propiedad de los súbditos. Estos tenían derechos que existían independientemente de las determinaciones de cualquier autoridad civil.

Incluso podían rebelarse contra cualquier gobierno que comenzara a gobernar tiránicamente.

Argumentos a favor de la tolerancia religiosa

Aparte de desafiar el absolutismo, desde el siglo XVI comenzaron los argumentos a favor de la tolerancia religiosa.

En Francia, el defensor más importante de esta doctrina era Pierre Bayle (1647-1706). Sus escritos marcaron el comienzo de la tradición liberal francesa. Desde Inglaterra, Locke también escribió contra la persecución religiosa.

Incluso antes, en España, Francisco Vitoria (1486-1546) de la Escuela de Salamanca, argumentaba que el papa no tenía derecho a otorgar a los gobernantes europeos el dominio sobre los pueblos del Nuevo Mundo, y que este solo podía determinar dónde podrían continuar su trabajo misionero.

En ese ese sentido, defendía que los “paganos” tenían derecho a su propiedad y a sus propios gobernantes. De ese modo, afirmaba los derechos de la conciencia individual contra los reclamos de la autoridad soberana, así como el principio de igualdad de todos los seres humanos.

El modelo federalista norteamericano

En la tradición británica, el Parlamento afirmó el derecho a controlar el poder del gobierno. Durante los siglos XVIII y XIX el poder de la monarquía estaba casi completamente erosionado.

Pero en la tradición estadounidense, la dispersión del poder entre los Estados en una federación controlaba el poder ejecutivo. Además, existía una separación deliberada de poderes entre las ramas ejecutiva, legislativa y judicial, distintas e independientes del gobierno.

Así pues, el sistema de gobierno estadounidense representó un intento explícito de diseñar un sistema de autoridad política que limitara el poder del gobierno y protegiera la libertad individual.

Pero el gobierno conservaba su capacidad para defender el dominio público contra enemigos externos o para atender al bien común.

Del liberalismo clásico al liberalismo social

Los pensadores de la Europa del siglo XVI y XVII no habrían reconocido el término liberal. No obstante, el liberalismo moderno evolucionó a partir de sus ideas. Esa evolución no fue puramente un desarrollo de la teoría, sino el producto tanto de la investigación filosófica como de la experimentación política.

A fines del siglo XIX, el liberalismo comenzó a dividirse en dos corrientes. El “clásico” buscaba establecer un marco sólido para proteger a las personas del poder del Estado. Su objetivo era controlar su tamaño y promover el libre comercio internacional. Este valoraba las libertades políticas y daba especial importancia a los derechos de propiedad.

Por otra parte, el liberalismo social también valoraba la libertad política, el derecho de los individuos a tomar sus propias decisiones y el libre comercio internacional. Pero además, introdujo la idea de una distribución justa de la riqueza y el poder.

Características del liberalismo social

Postulados del liberalismo clásico

En general, el liberalismo social mantiene los postulados del liberalismo clásico. Como tal, sostiene sus creencias sobre el derecho de las personas a tener libertades civiles y políticas. También cree en el libre comercio internacional.

Distribución justa de riqueza y poder

Pero además, considera que hace falta un compromiso para una distribución justa de la riqueza y el poder.

Para los social liberales, a través del pago de impuesto el Estado puede garantizar el disfrute de educación, sanidad, justicia y seguridad en igualdad de condiciones. Y destacan la importancia de la democracia como una forma de distribución justa del poder.

Intervención moderada del Estado en economía

Por otra parte, postulan que es función del Estado una intervención moderada en la economía para evitar que se formen monopolios económicos privados o públicos.

Por este motivo se declaran en desacuerdo con el socialismo, pues patrocina a los monopolios económicos en manos únicamente del Estado. De esta manera, el socialismo genera ineficiencia económica e injusticia social.

Igualdad de oportunidades

Por otro lado, defienden la igualdad de oportunidades, el desarrollo individual y la libertad de los ciudadanos para tomar decisiones relacionadas con su futuro.

En líneas generales, el liberalismo social defiende el progresismo, la justicia social y la democracia liberal.

Representantes del liberalismo social

Leonard Trelawny Hobhouse (1864-1929)

Fue un sociólogo y filósofo inglés que intentó conciliar el liberalismo con el colectivismo (propiedad colectiva de los medios de producción) para lograr el progreso social.

Esta concepción está basada en su conocimiento de varios otros campos como la filosofía, psicología, biología, antropología e historia de la religión.

Entre las obras donde esbozaba estos pensamientos destacan La teoría del conocimiento (1896), Desarrollo y propósito (1913), La teoría metafísica del Estado (1918), El bien racional (1921), Los elementos de la justicia social (1922) y El desarrollo social (1924).

Léon Victor Auguste Bourgeois (1851-1925)

Fue un político francés, reconocido como padre del solidarismo (nombre francés con el que también se conoce al liberalismo social). En sus desarrollos teóricos hace hincapié en las obligaciones de la sociedad con cada uno de sus integrantes.

Sus publicaciones incluyen Solidaridad (1896) La política de la planificación social (1914-19), El Pacto de 1919 y la Liga de las Naciones (1919) y El trabajo de la Liga de las Naciones (1920-1923).

Francisco Giner de los Ríos (1839-1915)

Fue un filósofo, pedagogo y ensayista español cuyo pensamiento se situó en el centro de la tendencia krausista. Esta tendencia estuvo caracterizada por su intento de combinar y hacer conciliar al racionalismo con la moral.

En su extensa obra destacan Principios de Derecho natural (1875), Estudios jurídicos y políticos (1875), La persona social. Estudios y fragmentos I y II (1899) y Resumen de Filosofía del Derecho I (1898).

Gumersindo de Azcárate y Menéndez (1840-1917)

Pensador, jurista, catedrático, historiador y político krausista​ español. Sus obras principales incluyen Estudios económicos y sociales (1876), Estudios filosóficos y políticos (1877) y Concepto de la Sociología (1876).

También destaca en su obra La legalidad de los partidos (1876).

William Henry Beveridge (1879-1963)

Este economista británico fue un destacado reformador progresista y social. Fue mejor conocido por su informe sobre el seguro social y servicios aliados escrito en 1942.

Su obra está conformada por los títulos Desempleo: un problema de la industria (1909), Precios y salarios en Inglaterra desde el siglo XII hasta el siglo XIX (1939) y Seguro Social y Servicios Afines (1942).

Asimismo pertenecen a su producción los títulos Pleno empleo en una sociedad libre (1944), Por qué soy liberal (1945) y Poder e Influencia (1953).

Diferencias con liberalismo económico

Tanto el liberalismo social como el económico provienen de una construcción teórica común, el liberalismo. Sin embargo, solo el socioliberalismo constituye una ideología formal.

El objetivo de este último es la libertad individual de las personas. El liberalismo económico, por su parte, es el medio para conseguir ese objetivo.

Así pues, el liberalismo social está relacionado con la aplicación de principios liberales a la vida política de los integrantes de una sociedad. El propósito final, de forma general, es el logro de su libertad y bienestar.

Por su parte, el liberalismo económico propugna el desarrollo de las condiciones materiales para así garantizar el logro del mismo objetivo.

Referencias

  1. Martínez Fernández, A. C. (2016). El liberalismo progresista: sus ideas fuerza. Tomado de debate21.es.
  2. Pineda Portillo, N. (2017). Liberalismo social o socioliberalismo. Tomado de latribuna.hn.
  3. González, P. (s/f). Ni socialismo, ni liberalismo: Socioliberalismo. Tomado de camaracivica.com.
  4. Kukathas, C. (2001). Liberalism. The international context. En J. R. Nethercote (editor), Liberalism and the Australian Federation, pp. 13-27. Annandale: Federation Press.
  5. Howarth, D. (2009). What is Social Liberalism? Tomado de socialliberal.net.