Ansiedad

Batofobia: qué es, síntomas, causas y tratamientos


¿Qué es la batofobia?

La batofobia es un trastorno de ansiedad en el que la persona experimenta un miedo extremo e irracional a las profundidades, o a esas situaciones en las que no puede ver la parte inferior de su cuerpo por la profundidad o la oscuridad.

Asimismo, siente un profundo miedo cuando no puede ver el final de un túnel, y la persona tendrá sensaciones de angustia y ansiedad muy elevadas, por lo que intentará evitar este tipo de espacios a toda costa, con el objetivo de no padecer la reacción de ansiedad extremadamente desagradable que le provoca.

Cuando el individuo se expone a estas situaciones, padecerá reacciones tanto físicas como cognitivas y conductuales, y todas ellas irán acompañadas de un más que elevado malestar.

¿Cómo podemos identificar la batofobia?

En primer lugar, hay que tener en cuenta que el miedo, temor o reparo hacia los espacios muy profundos puede ser una reacción totalmente normal y no tiene por qué siempre ser un trastorno fóbico.

Esas situaciones en las que hay elementos que no podemos controlar (como los espacios muy profundos), pueden activar de forma automática nuestras respuestas de ansiedad. El cuerpo se activará con el objetivo de estar más atento y poder vigilar los posibles peligros que no se controlan.

Mientras esta reacción de ansiedad no sea exageradamente elevada y el temor experimentado se pueda controlar, no estamos hablando de batofobia y estamos haciendo referencia a una reacción totalmente normal.

Por tanto, el aspecto principal para identificar correctamente la batofobia radica en el tipo de temor o miedo que se experimenta.

¿Cómo es el temor de la batofobia?

El temor y el miedo que experimentan las personas con batofobia posee una serie de características. No cualquier experiencia de temor es válida para afirmar la presencia de este trastorno de ansiedad.

En primer lugar, hay que tener en cuenta que para poder hablar de batofobia, el miedo experimentado tiene que ver con la situación específica de profundidad. Si el miedo no aparece de forma específica ante un espacio en el que se interprete la sensación de profundidad de una forma concreta, no podemos hablar de batofobia.

Además, para poder relacionar el miedo a la profundidad con la batofobia, este miedo debe tener otra serie de características.

No congruente

El miedo experimentado por la persona con batofobia es totalmente desproporcionado.

La situación o espacio que transmite profundidad no representa ningún peligro real para el individuo, pero este lo interpreta como altamente angustioso, peligroso y dañino, y responde con ansiedad exageradamente elevada.

No racional

El miedo experimentado es totalmente irracional, ya que el individuo reacciona con elevada ansiedad ante una situación neutra que no implica ningún peligro. Además, la irracionalidad del temor experimentado no solo es observable o identificable por los demás, sino que el propio individuo es capaz de interpretarlo como tal.

La persona con batofobia coincide en afirmar que su fobia es totalmente ilógica y no es capaz de racionalizar por qué la padece ni qué elementos de los espacios profundos le producen tanto temor.

No controlable

A los dos puntos anteriores se le debe añadir un claro componente de incontrolabilidad.

La persona con batofobia es incapaz de controlar su respuesta de ansiedad y cuando esta aparece se apodera totalmente tanto de sus emociones como de sus pensamientos y conductas.

No soportable

La persona con batofobia es incapaz de soportar una situación en la que se manifieste una clara sensación de profundidad.

Cuando el individuo se encuentra en espacios como túneles o pozos profundos, intentará escapar cuanto antes para evitar su malestar y la elevada respuesta de ansiedad.

Síntomas

El temor que produce la profundidad a una persona con batofobia le genera una elevada respuesta de ansiedad.

En la batofobia se observa un claro predominio de los síntomas físicos relativos de la ansiedad, aunque los componentes cognitivos y conductuales también están presentes y pueden jugar un papel importante.

Los síntomas principales de la batofobia son:

– Aumento del ritmo cardiaco.

– Aumento de la respiración.

– Incremento exagerado de la sudoración.

– Presión arterial alta.

– Rigidez muscular.

– Náuseas y vómitos.

– Dolor de estómago.

– Sensación de escalofrío.

– Sensación de ahogo.

– Pensamientos catastróficos.

– Pensamientos de que algo malo va a ocurrir.

– Sensación de falta de control.

– Necesidad de escapar.

– Conducta de evitación.

– Conducta de escape.

Por lo general, los más intensos y angustiosos son los síntomas físicos, los cuales pueden aparecer de forma automática cuando el individuo se expone a un espacio con profundidad.

Asimismo, en algunos casos la respuesta de ansiedad puede aparecer simplemente con la imaginación de espacios profundos, sin ser necesario exponerse a una de estas situaciones reales.

Causas

Encontrar el origen de las fobias suele ser una tarea complicada, por lo que si intentas encontrar algún elemento o alguna vivencia de cuando eras pequeño que permita explicar por qué tienes batofobia, muy probablemente no lo consigas.

De hecho, se considera que la batofobia no tiene un origen único y que lo más habitual es que sea la unión de una serie de factores lo que dé lugar al trastorno.

En algunos casos sí que se puede observar una relación entre la exposición a situaciones profundas y traumáticas durante la infancia y el desarrollo de batofobia durante la etapa adulta.

Asimismo, en algunos casos, la exposición a historias o visualizaciones aterradoras sobre espacios profundos también puede jugar un papel importante en el desarrollo de batofobia. 

No obstante, en la mayoría de casos no se observan relaciones tan directas, por lo que se sustenta también la participación de factores genéticos. De hecho, tener cautela o respeto ante espacios profundos es una reacción normal.

Tratamiento

El tratamiento principal para la batofobia consiste en psicoterapia, con un psicólogo experto en este tipo de trastornos. La psicoterapia se ha mostrado como el tratamiento más eficaz para intervenir las fobias y consigue muy buenos resultados.

La intervención psicológica que mayor eficacia muestra para revertir la batofobia es el tratamiento cognitivo-conductual. Mientras que otras terapias pueden aportar también aspectos positivos, a la hora de intervenir este trastorno es recomendable acudir a un psicoterapeuta que lleve a cabo este tipo de tratamientos.

El tratamiento cognitivo-conductual para fobias suele incorporar los siguientes elementos:

Exposición en vivo

Es un paso fundamental para superar la batofobia y consiste en exponer al paciente a sus estímulos fóbicos, es decir, a los espacios con profundidad.

Se ha demostrado que la evitación de los estímulos temidos es el factor principal que mantiene las respuestas de ansiedad, por lo que exponerse de una forma guiada y controlada permite ir reduciendo las experiencias de pánico e ir superando los miedos.

Desensibilización sistemática

En esos pacientes en los que no se puede realizar exposición porque el temor experimentado es demasiado intenso, se realiza la desensibilización sistemática, una aproximación que irá exponiendo al paciente poco a poco a sus estímulos fóbicos.

Técnicas de relajación

Suelen realizarse de forma previa a la exposición con el objetivo de reducir la ansiedad del paciente y aportarle un estado de tranquilidad que facilite la aproximación al estímulo fóbico.

Terapia cognitiva

En los casos en que existen fuertes pensamientos y creencias negativas acerca del estímulo temido, se utiliza la terapia cognitiva para modularlos y conseguir que no interfieran en el día a día del individuo.

Referencias

  1. American Psychiatric Association (1994). Diagnostic and statistical manual of mental disorders. Washington.
  2. Anthony, M.M., Craske, M.G. & Barlow, D.H. (1995). Mastery of your specific phobia. Albany, New York: Graywind Publications.
  3. Warren, R. & Zgourides, G.D. (1991). Anxiety disorders: a rational emotive perspective. New York: Pergamon Press.