Biología

Opsonización: en qué consiste, tipos y funciones


La opsonización es un fenómeno celular que incrementa la eficiencia de la fagocitosis. Para lograrlo, es necesaria la presencia de elementos especiales llamadas opsoninas, que son anticuerpos u otras moléculas que tienen capacidad adherente a la superficie de la célula del microbio que debe ser destruido.

Siendo así, la presencia de las opsoninas en superficie del patógeno o del agente microbiano hace más eficiente y más rápido el proceso de fagocitosis, fomentando el reconocimiento y la destrucción del microbio. Como consecuencia, aumentan también el número de microbios fagocitados.

Existen diferentes tipos de opsoninas. De hecho, este grupo de moléculas está integrando por una serie bastante amplia y heterogénea de entes biológicos pertenecientes al sistema inmune o al sistema del complemento.

Cuando el cuerpo experimenta procesos inflamatorios, el número de células fagocíticas aumenta significativamente, si se compara con los residentes habituales del tejido. Además, existen otra serie de cambios: las células son muchos más activas a los estímulos quimiotácticos. Con la presencia de las opsoninas, todos estos procesos potencian su eficiencia.

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¿Qué es la opsonización?

Es el proceso de unión de moléculas llamadas opsoninas a los patógenos, que incrementan la eficacia de la fagocitosis. La opsonización es un proceso de gran importancia en el campo de la inmunología, ya que participa activamente en el control de infecciones.

La fagocitosis ocurre por medio de los monocitos y los macrófagos, células que son parte del sistema fagocítico mononuclear. Las células mencionadas son capaces de consumir o ingerir elementos provenientes de un medio que experimenta un proceso inflamatorio. Estas células son abundantes en la sangre y en diversos tejidos.

La fagocitosis es un proceso que se divide en varias etapas: la activación, la quimiotaxis, el reconocimiento y adherencia, la ingestión, la muerte y digestión, y la expulsión.

La opsonización es clave en la etapa de reconocimiento, ya que las opsoninas permiten la formación de un puente entre el fagocito y la bacteria que será fagocitada.

Las opsoninas

Las opsoninas son las moléculas implicadas en el proceso de opsonización. Bioquímica y estructuralmente están formadas con una inmensa variedad de moléculas del sistema inmune y del sistema del complemento.

Las más importante se denominan inmunoglobulinas G, en su porción Fc, la porción del complemente C3b activada y las lectinas. También están la tufsina, la proteína amiliode P sérica, entre otros. Más adelante aclararemos el uso de estos términos.

Tipos de opsonización

La opsonización se divide en dos tipos principales: la inmune y la no inmune. Esta clasificación se basa en el tipo de opsinas que participan.

Opsonización inmune

Para comprender este tipo de opsonización, debemos conocer ciertos aspectos relacionados con la respuesta inmune. El sistema del complemento es uno de los componentes esenciales de la respuesta inflamatoria frente a la presencia de algún microorganismo o patógeno.

Está integrado por un juego de moléculas plasmáticas que participan en vías bioquímicas que potencias la inflamación y facilitan la fagocitosis. Específicamente está formada por unos 30 glucoproteínas.

Los fagocitos, como los macrófagos, los monocitos y los neutrófilos, poseen en sus membranas celulares una serie de receptores (denominados CR1) para C3b y Fc para el anticuerpo.

C3b es un componente del sistema del complemento mencionado más arriba. Fc (fragmento cristalizable), por su parte, es una porción del anticuerpo formado por dos o tres dominios de las cadenas pesadas.

Un anticuerpo típico está formado por una estructura básica. A su vez, esta se encuentra formada por las llamadas cadenas pesadas y cadenas ligeras, dos de cada tipo.

En caso de que el sistema inmune haya activado el sistema del complemento, los receptores Fc y CR1 existentes en el fagocito se acoplan a las regiones Fc del anticuerpo y C3b se une al complejo inmune, facilitando la fagocitosis. Como participan elementos de anticuerpo y del complemento se denomina opsonización inmune.

Opsonización no inmune

Este tipo de opsonización es similar a la descrita anteriormente, con la única excepción de que el componente del proceso es solamente la opsonina C3b. La vía alternativa puede ser activada por bacterias en la sangre y generan C3b, la cual rodea a la bacteria.

C3b se acopla a los receptores CR1 localizados en los fagocitos, facilitando así la fagocitosis. Los distintos complejos que se encuentran solubles, los virus y las células con características tumorales son también opsonizados y removidos por este mecanismo.

Órganos involucrados

La opsonización ocurre en el sistema inmune y los órganos involucrados son dependientes del mecanismo utilizado.

El sistema linfático es el responsable del transporte y la filtración de los fluidos linfáticos que contienen los linfocitos y los anticuerpos. El sistema cardiovascular es el responsable de orquestar la circulación de la sangre por el cuerpo, lo cual es necesario para la vía del sistema de complemento.

El sistema de lectinas requiere la participación adicional de hígado, órgano que es parte del sistema gastrointestinal. Todos los sistemas mencionados trabajan juntos para luchar contra las bacterias, virus y otros invasores que tratan de atacar al cuerpo.

Función de la opsonización

El cuerpo humano está siendo atacado continuamente por agentes externos. Afortunadamente, los intentos por parte de los patógenos de secuestrar la maquinaria celular son contrarrestados por los elementos del sistema inmune. Existen distintos mecanismos encargados de contrarrestar estos ataques, y uno de ellos es la opsonización.

La opsonización es un proceso que facilita la fagocitosis de agentes patógenos o externos (como bacterias o parásitos, por ejemplo) que ingresan al organismo y que pueden tener consecuencias negativas potenciales. Por esto, es un fenómeno de importancia en la respuesta inmunológica.

Para entender su función, debemos conocer la estructura de la superficie del patógeno. Generalmente, las capsulas de varias bacterias están cargados negativamente, lo que impide enormemente la interacción con la célula que lo fagocitará.

Cuando el agente patógeno sufre la opsonización, el acercamiento entre la célula del sistema inmune y la bacteria se ve favorecido creando una conexión muy cercana entre ambos.

Si la opsonina no se encontrara presente, las cargas negativas de la pared celular del patógeno y del fagocito se repelerían mutuamente. De esta forma, el patógeno sería capaz de evadir la destrucción y podría continuar la invasión del cuerpo humano.

Así, las opsoninas ayudan a superar las fuerzas electrostáticas, permitiendo la eliminación del microbio.

Referencias

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