Trastornos mentales/Psicopatología

Paruresis: qué es, causas, síntomas, consecuencias, tratamiento


¿Qué es la paruresis?

La paruresis es un trastorno psicológico que impide o dificulta la micción en baños públicos o privados, especialmente si hay otras personas cerca. Es una forma de fobia social que se desarrolla en la adolescencia. 

Puede tener distintos niveles de gravedad, desde esperar un lapso más o menos largo para la micción, no poder vaciar la vejiga completamente o la imposibilidad absoluta de orinar. 

Es un trastorno que, a pesar de haber sido reportado en 1954, es poco conocido, incluso por quienes lo sufren, que alcanza alrededor de un 5% de la población mundial. A este trastorno también se le llama síndrome de la vejiga tímida.

Causas de la paruresis

Se pueden dividir en causas físicas y psíquicas.

– La causa física suele ser tensión en los esfínteres que impide la micción, y se acentúa en los baños públicos pues normalmente la persona tarda más en orinar. Eso hace, al mismo tiempo, que se estrese por lo que los demás puedan pensar.

Las causas psíquicas son más numerosas e importantes:

– La paruresis puede comenzar por un evento traumático, una mala experiencia tenida en la pubertad que detona el trastorno (un familiar que le haya hecho sentir vergüenza ante el acto de orinar, por ejemplo, o acoso escolar en los baños del colegio).

– Algún complejo de inferioridad.

– Abuso sexual.

– Situaciones cotidianas estresantes.

– Problemas familiares.

– Extrema timidez.

Síntomas

Estas son algunas de las conductas frecuentes en personas con paruresis:

– Evitan orinar en baños públicos.

– También evitan orinar en baños privados o en su propia casa, si hay otras personas cerca.

– Evitan beber líquidos cuando tienen que salir de casa.

– Los ruidos, olores y falta de privacidad visual les inhiben la micción.

Consecuencias negativas

Las personas que sufren paruresis comienzan a evitar una serie de situaciones, como las que siguen:

– Evitan realizar viajes largos.

– Comienzan a dejar de ir a reuniones sociales, salidas a restaurantes o cines.

– Dejan de beber líquidos para no tener la necesidad de ir al baño. 

– Se aguantan las ganas, lo que puede producir cistitis y otras infecciones urinarias.

Tratamientos

Afortunadamente, la paruresis se puede curar en la mayoría de los casos. Estos son los dos tratamientos más efectivos.

Terapia cognitivo-conductual

Algunos estudios indican que 8 o 12 sesiones de esta terapia, o un taller de una semana, ayuda a 4 de cada 5 personas con paruresis. La terapia cognitivo-conductual es un tratamiento que combina dos aspectos.

El primero es el aspecto cognitivo del problema. La persona que tiene paruresis muchas veces cree que otras personas les observarán o se burlarán de ellos mientras orinan.

No hay que olvidar que esta afección es considerada una forma de fobia social. Los fóbicos sociales son muy sensibles a los ruidos y los olores que ellos mismos producen y cuando tienen que orinar cerca de otras personas, temen ser criticados por esto.

Durante las sesiones del tratamiento cognitivo-conductual, el terapeuta intenta eliminar o minimizar estos miedos irracionales y sustituir los pensamientos negativos por ideas positivas más racionales.

El segundo aspecto es el conductual. Se trata de modificar la conducta de la persona por medio de la exposición gradual, para que logre dominar la ansiedad y orinar en un baño público, como se explica a continuación.

Terapia de exposición gradual

Algunas personas no necesitan la terapia cognitiva, especialmente si la paruresis que sufren es leve.

Simplemente, con exponerse gradualmente al objeto de su miedo y ver que tienen éxito al orinar cerca de otras personas y que nada malo sucede, los síntomas comienzan a desaparecer.

Lo ideal es que esta exposición sea guiada por un psicoterapeuta, especialmente en los casos de paruresis severa.

Pero si los síntomas no son demasiado intensos, tal vez se puede vencer la ansiedad sin ayuda de otra terapia adicional, para lo que son ideales los siguientes consejos:

– En primer lugar, bebe abundantes líquidos antes de empezar, preferentemente agua.

– Cuando sientas muchas ganas de orinar, será el momento de comenzar con la exposición gradual.

– Comienza intentando orinar en un baño privado, en tu casa o la de un familiar, sabiendo que hay otras personas cerca de la puerta del baño (necesitarás la ayuda de un amigo o familiar para esto).

– Trata de orinar durante al menos tres o cuatro segundos.

– Si no puedes hacerlo, pídele a la otra persona que se aleje un poco de la puerta del baño.

– Trata de relajarte respirando profundamente.

– Date tiempo. A veces la micción puede demorar en comenzar. Si pasan más de cuatro minutos, entonces sal del baño, descansa un poco y luego vuelve a intentarlo.

– Si logras orinar, trata de hacer el mayor ruido posible, porque el ruido es lo que muchos paruréticos temen que otras personas escuchen. No abras el grifo del lavamanos para ocultar tus ruidos.

– Cuando tienes éxito orinando en un baño privado sabiendo que hay una persona del otro lado de la puerta, es hora de dar el siguiente paso. Lo siguiente puede ser intentar orinar con tu amigo o familiar más cerca de la puerta o incluso estando dentro del baño contigo, según lo vayas tolerando.

– Si no tienes a nadie que te pueda ayudar, también puedes comenzar tu tratamiento en baños públicos no muy concurridos, para luego pasar, a medida que vas teniendo éxito, a baños públicos con más gente.

Debes practicar este tratamiento con frecuencia, preferiblemente varias veces por semana y durante el tiempo necesario.

Lo ideal es que cada “sesión” dure cerca de una hora y que incluya 15 o 20 intentos de orinar con personas cerca. Por eso al principio te aconsejamos beber abundantes líquidos antes de empezar.

También puedes beber líquidos durante cada sesión, para tener siempre la sensación de querer orinar con urgencia. Si un día tienes éxito y al día siguiente no consigues o te cuesta mucho orinar, no te preocupes, los vaivenes en los resultados son normales.

Un consejo más antes de terminar esta sección: no avances demasiado rápido, ve exponiéndote lentamente a la cercanía de las personas y a baños públicos más concurridos.