Historia

Crisis Económica Después de la Guerra de Independencia de México


La crisis económica después de la guerra de Independencia de México, se debió principalmente a que los comerciantes españoles retornaron a España con su dinero, desbancando al país.

Después de alcanzar la independencia, México afrontó muchas dificultades económicas. Independizarse de España trajo consecuencias para las que los mexicanos no estaban preparados.

Además, muchas de las minas de plata productivas fueron destruidas durante la insurgencia y perdieron a España como un proveedor de mercurio.

La mayoría de los patrones de riquezas en la era colonial continuaron en la primera mitad del siglo XIX, agudizando la crisis social y económica mexicana. Estos conflictos empeoraron la crisis.

Las desigualdades en la sociedad solo se profundizaron durante la época de la crisis económica. La falta de una buena administración ante tantas necesidades en el país solo agudizó todo el problema.

Al terminar la guerra, los españoles habían sacado todo su dinero del país. La lucha también tuvo como resultado la muerte del 10% de la población productora de esa época; la producción era casi inexistente.

También, el nuevo gobierno tuvo que reconocer y afrontar una deuda externa de unos 45 millones de pesos. Adicionalmente a esto, la crisis solo se profundizó luego de las guerras civiles que ocurrieron entre los federalistas y centralistas.

La crisis económica post independentista

Antecedentes

En vez de que la insurgencia se convirtiera en una revolución social, al final esta permitió que las fuerzas conservadoras en el ya independiente México permanecieran al tope del sistema económico y social.

Para poder financiar la guerra de independencia, se decidió implementar varios impuestos antes inexistentes. Entre estos nuevos impuestos se encontraba la regla de que los productos importados debían tener un impuesto de 15%. Esta situación tuvo como resultado varias quiebras y bancarrotas.

Aunque la independencia pudo haber traído un gran crecimiento económico en México ya que la corona española no era soberana, la posición económica de México en 1.800 era mejor de la que sería en los próximos 100 años.

Al final de la era colonial no existía un mercado nacional, solo mercados pobremente diseñados y regionales. La mayoría de la población era pobre y campesina que trabajaba parcelas pequeñas para subsistir o trabajaba por salarios muy bajos.

El otro resto de la población eran residentes urbanos, de los cuales la mayoría estaba desempleada o trabajaba en un pequeño sector artesano.

Una gran parte de los militares que actuaron en la independencia se convirtieron en bandidos; robaban ganado, asaltaban las vías y sembraban terror en los habitantes.

Aunque Nueva España había sido un gran productor de plata y la mayor fuente de ingresos para la corona española, México dejó de producir plata en cantidades significativas por un largo tiempo, incluso hasta finales del siglo XIX.

El pobre transporte y falta de infraestructura, la desaparición de una fuente lista de mercurio proveniente de España, y el deterioro y la destrucción de las grandes minas significaron que el motor de la economía mexicana fuera frenado inmediatamente.

El periodo post independencia mexicano fue organizado como una República Federal. Éste Estado mexicano era una institución pobre, con luchas regionales entre el federalismo y un gobierno central bastante pobre. Por este motivo, la situación de esta nueva República no pudo promover el desarrollo y el crecimiento económico.

Los gobiernos republicanos post independentistas nunca lograron controlar y rectificar los desórdenes y la inseguridad que fueron consecuencia de los problemas y tensiones sociales ocurridos en el pasado.

Problemas en los principales sectores económicos

Las industrias de la minería y de la agricultura fueron la que más sufrieron las consecuencias de la lucha armada. Estos sectores fueron abandonados económicamente por completo. Prácticamente todos los ingresos y la gran mayoría de las riquezas de México provenían de la minería y de la plata.

Para propiciar la explotación de plata en esta área, se tomó la decisión de bajar los impuestos y permitir la libre importación para la producción del mineral. Los impuestos de los artículos importados fueron eliminados para promover la inversión extranjera.

Después de la desaparición de España en este sector, los ingleses mostraron un gran interés en esta industria mexicana.

Sin embargo toda la infraestructura necesaria para realizar la explotación era muy precaria; además de que no estaba en buenas condiciones como consecuencia de la lucha armada. Esta inversión inglesa fue una pérdida que no funcionó.

El sector agricultor también sufrió las consecuencias de la guerra. Los campos más productivos fueron destrozados por ambos bandos durante la lucha.

En esta época se destruyeron los canales de riego, se saquearon los almacenes y graneros, se robaron los ganados y se quemaron las cosechas.

Añadido a la destrucción de los campos, se encontraba una falta de maquinaria bastante grave. Toda la crisis por la que estaba pasando la nación hizo imposible la tan necesitada inversión en esta área.

Cuando se alcanzó la independencia, los españoles fueron los que perdieron sus tierras, ya que los criollos y el clero pudo conservar sus propiedades.

En esta época predominaba la hacienda como única forma de propiedad; sus fuentes de crédito eran hipotecas con la iglesia, que cobraba intereses y generalmente se quedaba con las tierras.

Población disminuida

Otra de las consecuencias de la guerra fue la disminución de la población. Esto fue más notable en las ciudades más grandes e importantes como la Ciudad de México, Guadalajara y Puebla; su población fue prácticamente diezmada.

La población urbana que se dedicaba el pequeño sector artesano, así como también los trabajadores de la industria minera, y de la industria textil quedaron desempleados como consecuencia de la guerra.

La demanda de los productos agrícolas bajo considerablemente ya que la población también había disminuido en cantidades desmedidas. Esta situación también contribuyó al completo abandono del sector agrícola.

Otra situación que empeoró la crisis fueron las epidemias de enfermedades en México en el siglo XIX. Enfermedades como la peste, el paludismo, el tifo, y el cólera causaron estragos en la sociedad y en la población durante este periodo.

Referencias

  1. Economic history of Mexico. Recuperado de wikipedia.org.