Filosofía

Hedonismo de Epicuro: qué es, fundamentos y ética


El hedonismo de Epicuro era una doctrina filosófica que asociaba al placer con la calma y la paz. Su importancia radicaba en encontrar una manera de reducir el deseo sin la necesidad de obtenerlo inmediatamente.

En la Antigüedad sobresalieron dos escuelas filosóficas morales que se calificaron como hedonistas. Esta doctrina proviene del griego hedone que significa “placer”.

Su carácter es puramente individualista y afirma, según su ética, que el único bien es el placer y el único mal es el dolor. Epicuro también explica que a través del placer podemos encontrar el fin último de la vida: la felicidad.

Esta doctrina ética puede separarse en dos ramas dependiendo del sentido que se obtenga al analizar el concepto de placer.

El primero correspondería al hedonismo absoluto, donde yace el placer sensible o inferior. El segundo sería el hedonismo mitigado o eudemonismo, que representaría al placer espiritual o superior.

Según se sabe, Demócrito fue el primer filósofo hedonista de la historia. Decía que “la alegría y la tristeza son la marca distintiva de las cosas beneficiosas y perjudiciales.”

Una de las escuelas que desarrolló más a profundidad esta idea fue la los Cirenaicos, quienes enseñaron que el placer no solo significaba ausencia de dolor, sino también sensaciones placenteras.

Epicuro

Epicuro (341 a. C. – Atenas, 270 a. C.) fue un filósofo griego nacido en la isla de Samos, Grecia, creador del epicureísmo.

Su filosofía sostiene una tendencia hedonista mitigada, en donde el placer espiritual es el bien supremo del hombre sobre el placer sensible.

Esta propuesta hedonista ha sido considerada una de las más importantes en la historia de la filosofía. El filósofo considera utilizar la razón para evaluar detenidamente el beneficio o el daño que pueda causarnos cada una de nuestras acciones.

Es decir, ser prudente con nuestras acciones para evitar el dolor futuro y así satisfacer la tranquilidad del espíritu. Entre sus obras destacan poco más de 300 manuscritos sobre el amor, la justicia, la física y otros temas en general.

En la actualidad solo se conservan tres cartas escritas por él y transcritas por Diógenes Laercio; estas son: Carta a Heródoto, Carta a Pitocles y Carta a Meneceo.

Principales fundamentos del hedonismo de Epicuro

Epícuro creía que el conocimiento y una vida virtuosa llena de placeres simples, eran el secreto de la verdadera felicidad.

La defensa de la vida simple, como una vía para ser feliz, separa esta corriente del hedonismo tradicional.

Originalmente, el epicureísmo se enfrentó al platonismo, pero terminó siendo una corriente opuesta al estoicismo. El epicureísmo resulta, entonces, en un hedonismo moderado en el que la felicidad es más tranquilidad que placer.

De hecho, Epicuro advierte que aspirar o experimentar un placer sensorial resulta en una preparación para el dolor físico y/o mental.

Epicuro aconsejaba evitar espacios como ciudades o mercados para evitar el deseo de cosas innecesarias y difíciles de satisfacer.

Decía que, eventualmente, los deseos humanos superarían los medios que poseen las personas para satisfacerlos y eso terminaría con la tranquilidad y la felicidad de la vida. Es decir, desear lo básico garantiza la tranquilidad de la persona y, por tanto, su felicidad.

La muerte de Epícuro, no fue el fin de su escuela sino que persistió en las épocas helenística y romana.

También estuvo presente durante el cristianismo medieval, pero era acusada de ir en contra de los principales valores cristianos: evasión del pecado, temor de Dios y virtudes cardinales (fe, esperanza y caridad).

En el siglo XVII, gracias a los trabajos de Pierre Gassendi. Los cristianos, Erasmo y Sir Tomás Moro, decían que el hedonismo comulgaba con el deseo divino de que los seres humanos fuesen felices.

El libertinismo y el utilitarismo del siglo XIX, también se llegaron a relacionar con el hedonismo.

Fundamentos básicos

Los fundamentos básicos del hedonismo de Epicuro eran:

– El placer no puede catalogarse como bueno o malo, simplemente existe.

– Hay diversos tipos de placeres, más allá de la gratificación sexual.

– Existen placeres que, con el paso del tiempo, traen insatisfacción e infelicidad, como por ejemplo la fama.

– Se recomienda sobreponer el placer espiritual sobre el placer sensible.

– Es sabio evitar cualquier tipo de dolor actual que a la larga no produzca un placer más intenso.

– Una vez separadas las clases de placeres, la persona debe esforzarse en disminuir sus deseos.

– Aceptar el placer actual, siempre y cuando este no produzca un dolor ulterior.

– Lidiar con el dolor actual, siempre y cuando con el tiempo se atraiga un placer más intenso.

– Dejar las preocupaciones y los sufrimientos intangibles a un lado, como la enfermedad y la muerte.

Desde el punto de vista del placer, el hedonismo mitigado —en especial el hedonismo de Epicuro— está basado en una elevación moral que prioriza lo espiritual por encima de lo material.

Sin embargo, por mucho que el hombre intente disminuir sus principios racionales siempre estará regulado por ellos.

Algunos de los filósofos que pertenecieron a la escuela epicúrea fueron Metrodoro, Colotes, Hermarco de Mitilene, Polistrato y Lucrecio Caro.

Barreras del epicureísmo

La doctrina de Epícuro se encontró con algunos inconvenientes en la naturaleza del ser humano de su tiempo. Por ejemplo: el miedo a los dioses y el miedo a la muerte.

Ante ambos miedos, Epícuro planteaba un argumento: el hombre no debe sufrir por cosas que no existen en la realidad.

En el caso de la muerte, esta no existe mientras el ser humano vive, y cuando llega la muerte, esa persona deja de existir.

En el caso de los dioses, Epicuro admite la posibilidad de su existencia, pero considera que su naturaleza implicaría un total desinterés en los asuntos humanos. La misión de una persona sabia, según Epícuro, era evitar el dolor en cualquiera de sus formas.

Ética Epicúrea

La ética desarrollada por Epícuro se fundamentó en dos disciplinas básicas:

Doctrina del conocimiento

La mayor fuente del conocimiento es la percepción sensible. Esto significa que no hay una explicación sobrenatural para los fenómenos en la naturaleza.

Doctrina de la naturaleza

Esta doctrina es, básicamente, la evolución del atomismo de Demócrito, y defiende la posibilidad de que los átomos podrían desviarse de su trayectoria ocasionalmente y colisionar entre sí.

Para Epícuro, el hombre siempre busca aumentar su propia felicidad y las instituciones solo serían útiles si lo ayudan en ese cometido. El sistema de normas sociales debe ser ventajoso para el hombre. Solo así el ser humano lo respetará.

Para un epicureísta, no existe la justicia absoluta y el Estado solo es una conveniencia.

Referencias

  1. Bieda, Esteban. (2005). El placer de ser feliz, notas sobre los posibles antecedentes peripatéticos Del hedonismo epicúreo.
  2. Fundación UNAM (2015). Como alcanzar la felicidad, según Epicuro. La Filosofía de Epicuro.
  3. Kelman, M. (2005). Hedonic psychology and the ambiguities of welfare. Philosophy and Public Affairs
  4. MarKus, H. R y Kitayama, S. (1991). Culture and the self: Implications for cognition, emotion and motivation. Psychological Review.
  5. Vara, J. (2005). Epicuro o el destino del hombre es la felicidad. Obras completas. Madrid, Cátedra.