Signo de Piskacek: qué es, anatomía, gestación y embarazo
El signo de Piskacek hace referencia a la asimetría que presenta el útero en un examen físico ginecológico y que alerta al médico sobre la posibilidad de embarazo en la mujer examinada. La asimetría del útero se debe a un cambio de consistencia producida por la implantación del embrión.
Normalmente el útero tiene consistencia firme y su superficie es completamente lisa. Cuando se nota un cambio en estas características puede deberse a efectos fisiológicos de las hormonas durante el embarazo. Es decir que es un signo que indica la probabilidad de que la paciente esté embarazada.
Para notar el cambio en la consistencia y la asimetría uterina, se requiere que el médico examinador tenga experiencia en la palpación del útero a través del abdomen. A pesar de que el signo de Piskacek da una alta sospecha de embarazo, deben hacerse exámenes más profundos que den un diagnóstico definitivo.
Habría que reseñar también que la ausencia de este signo no significa que la paciente no esté embarazada.
Índice del artículo
El signo de Piskacek es la asimetría que siente el médico en el útero de una mujer con sospecha de embarazo, y que corresponde al sitio donde estaría implantado el embrión.
Fue descrito por Ludwig Piskaçek (1854-1932) quien fue un obstetra austríaco, autor de numerosas publicaciones dentro del área de la obstetricia.
La maniobra consiste en palpar el útero por vía abdominal. En condiciones normales, el útero debería sentirse liso y de consistencia firme-elástica. Sin embargo cuando hay un embarazo, el sitio de implantación se encuentra inflamado y crea una ligera asimetría. Además puede notarse un cambio de consistencia en ese lugar.
Para reconocer el signo se debe estar entrenado en la palpación uterina abdominal. Es un signo temprano que se encuentra alrededor de la cuarta semana de embarazo. La ausencia de este signo no excluye la probabilidad de un embarazo.
El útero es un órgano de gran contenido muscular que se ubica en la pelvis femenina y forma parte de los genitales internos de la mujer. Su superficie es lisa y tiene una consistencia firme-elástica que viene dada tanto por su contenido de fibras musculares como por una gran cantidad de colágeno en sus células.
El colágeno, que se encuentra mezclado entre las fibras musculares en el útero, es un elemento de gran importancia para lograr el crecimiento de este órgano durante el desarrollo del feto en el embarazo.
El óvulo fecundado es conocido como embrión. El proceso mediante el cual este embrión se va desarrollando dentro del útero hasta la formación del feto se denomina gestación.
Por su parte, el término embarazo se refiere a todos los cambios fisiológicos que ocurren en una mujer en estado de gravidez y que están destinados a que el feto se desarrolle dentro del útero sin complicaciones.
El desarrollo intrauterino del feto dura entre 38 y 42 semanas. Una vez completado ese tiempo se activan nuevos mecanismos fisiológicos que desencadenan el parto.
El embarazo comienza con la implantación o adherencia del embrión al útero y culmina con el nacimiento.
La implantación es un proceso en el cual el embrión se adhiere a la capa endometrial del útero, e invade las células que lo conforman comenzando a elaborar la complicada red de circulación materno-fetal.
La fase de implantación ocurre únicamente en la llamada ventana de implantación, entre los días 16 a 22 de un ciclo menstrual de 28 días. Es en este período que el endometrio está receptivo al blastocisto o embrión.
Pero además de esto, debe haber una coordinación adecuada entre la parte hormonal, molecular y celular que permitan un proceso de implantación adecuado.
La implantación consta de tres etapas, la etapa de aposición, la etapa de adhesión y la etapa de invasión.
En la etapa de aposición, el embrión se posa sobre el lugar de implantación dentro del endometrio. En la etapa de adhesión comienza la fijación del embrión al endometrio por medio de productos moleculares liberados por él mismo. Finalmente, en la etapa de invasión, el embrión adquiere la capacidad de liberar enzimas que rompen el epitelio del endometrio y penetra la capa celular.
Durante la etapa de invasión puede originarse un pequeño sangrado que, en ocasiones, es confundido con una menstruación normal.
Primeros indicios
Cuando una mujer en edad fértil ha tenido relaciones sexuales sin protección, siempre existe la posibilidad de embarazo.
Lo primero que la mujer nota es la ausencia de menstruación. Sobre todo cuando los ciclos menstruales son regulares este signo cobra importancia y es uno de los principales motivos por los cuales la paciente consulta a un especialista.
Otros signos inespecíficos de embarazo son las náuseas matutinas, cansancio o somnolencia y dolor en los senos. Todos estos son llamados signos de probabilidad, ya que basándose en su presencia, no puede asegurarse el diagnóstico de embarazo.
Cambios hormonales
Durante el examen físico, un médico especialista puede notar otros cambios físicos en la mujer que sospecha de un embarazo. Estos cambios son mediados por procesos hormonales que se activan en el embarazo.
Las hormonas activas durante el embarazo desencadenan mecanismos que aumentan la cantidad de sangre que llega al útero. Este aumento en la vascularización del órgano es la base para casi todos los cambios físicos que se observan.
Los cambios que ocurren en el útero y los órganos genitales internos y externos de la mujer son conocidos como proceso de maduración. Su objetivo es lograr que el feto pueda desarrollarse adecuadamente dentro del útero, durante el tiempo necesario hasta que esté preparado para la vida extra-uterina.
El crecimiento y cambio de consistencia del útero, reblandecimiento del cuello uterino, cambio de color en la mucosa vaginal y en la piel de la vulva, son variaciones fisiológicas que se observan con frecuencia en mujeres embarazadas.
Signos de probabilidad
Así como las náuseas y todos aquellos signos imprecisos que nota la mujer, estas son evidencias que orientan un poco más la posibilidad de embarazo pero que siguen siendo signos de probabilidad.
Los signos de probabilidad solo aportan un grado de sospecha de embarazo, pero orientan al médico para solicitar exámenes más profundos que puedan dar el diagnóstico definitivo de embarazo.
Exámenes médicos
Para diagnosticar un embarazo se debe poner en evidencia la presencia del feto dentro de la cavidad uterina. Esto se logra a través de exámenes como el ultrasonido pélvico o transvaginal y el ultrasonido doppler que es el examen con el que se logra escuchar los latidos del corazón fetal.
Cuando los exámenes muestran la presencia del feto dentro del útero, el diagnóstico de embarazo es seguro. Estas evidencias son conocidas como signos de certeza.
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