Psicología

Falacia narrativa: qué es y relación con la suerte


¿Qué es la falacia narrativa?

La falacia narrativa es un fenómeno psicológico que explica cómo los seres humanos, de forma innata, tendemos a formar historias y dar explicación a unos hechos. Este fenómeno lo describe Nassim Taleb en su libro El cisne negro y Kahneman en Pensar rápido, pensar despacio.

Por ejemplo, un día te pones una camisa negra y al salir por la noche ligas. Puede que a partir de ese momento la llames “tu camisa de la suerte”. Sin embargo, hay muchos otros factores que pueden dar explicación a tu “éxito”.

Por ejemplo: que el chico/a estuviese desesperado/a, podías haber acudido a otro lugar y no haber ligado, la otra persona también podía haber elegido ir a otro lugar…

Esto ocurre también con la superstición y con la bolsa. Las personas creen que pueden entender el pasado y predecir el futuro aunque normalmente nos equivocamos. Piensa en esto: ¿hace 5 años te hubieras imaginado que tu vida ha transcurrido como lo ha hecho? ¿Hubieras predicho algo de lo que te ha ocurrido?

Otros hechos determinados por el azar.

  • Los fundadores de Google son hoy en día de las personas más ricas del mundo. Sin embargo, en su día tuvieron la idea de vender su empresa por un millón de dólares, aunque el comprador no aceptó la oferta. Hoy en día está entre las 10 empresas que más valor tienen en el mundo.
  • Hitler tuvo un 50% de probabilidades de haber nacido niña, por no hablar de las probabilidades que tuvo su espermatozoide de llegar al óvulo. También pudo haber muerto en muchas ocasiones antes de llegar al poder y después. De hecho, acudió a la Primera Guerra Mundial y tuvo más de 20 intentos de atentado. Incluso pudieron aceptarlo en la Escuela de Bellas Artes de Viena.
  • Hubo una mallorquina que ganó 126 millones de euros con el sorteo Euromillones.
  • Un hombre inglés de 69 años encontró un tesoro romano de 15 millones de dólares mientras buscaba un martillo.

Y en tu misma vida también han podido ocurrir muchas cosas por suerte:

  • Tus padres podían no haberse conocido por cualquier motivo.
  • Podías haber elegido otra carrera.
  • Una simple decisión determinó toda tu vida. Y la tomaste en segundos o indeciso.
  • Conociste a alguien que ha influido mucho en ti por casualidad y hubo muchas probabilidades de no haberlo hecho.

Por supuesto, no todo en la vida ocurre por suerte, pero muchos acontecimientos importantes se dan por puro azar y no se pueden predecir.

¿Existe la suerte?

Es posible que seas de las personas que creen que todo en la vida queda determinado por la suerte. O puede que seas lo contrario; crees que todo depende de nuestras acciones, que cada uno tiene lo que se merece.

También puede que estés en un punto intermedio. En nuestra opinión, lo que nos ocurre en la vida depende de nuestras creencias y de nuestra forma de actuar.

Aunque también creemos que existe el azar y, por tanto, es posible que te ocurran cosas positivas sin buscarlas, aunque también negativas.

Consideramos que sí es posible atraer la buena suerte, aunque no a través de amarres, hechizos, pociones u oraciones. Más bien se trata de que actúes de forma que aumentes las probabilidades de que te ocurra ese golpe positivo del azar.

Aquí nos gustaría referirnos a un fenómeno psicológico curioso:

A qué se puede llamar suerte

Se puede decir entonces que la suerte es lo que uno se ha encontrado por azar pero trabajando duro.

Pensamos que hay sucesos que en gran parte pueden ser explicados por la suerte, otros que no dependen nada de la suerte y otros que dependen en parte.

No es suerte:

  • Aprobar un examen después de 10 horas de estudiar.
  • Estar en forma si entrenas varios días por semana.
  • Hablar bien en público después de ensayar mucho.

Estos son por suerte:

  • Sales a pasear por la playa y te encuentras una moneda de oro.
  • Te toca la lotería.

Y estos podrían deberse en parte por ti y en parte a la suerte. Son los más interesantes porque son los que no se pueden predecir aunque podemos intervenir en sus probabilidades de ocurrencia, resultando, por tanto, en una posible sorpresa.

  • Marta emprende y se hace millonaria.
  • Dani va a una convención y conoce a alguien que le da un buen trabajo.
  • Sales a la calle y conoces al padre/madre de tus futuros hijos.

En el ejemplo de Marta por ejemplo, podían haber ocurrido muchas cosas que no le hubiesen hecho millonaria. ¿Y si hubiese nacido en otra época sin oportunidades? ¿Y si tuvo un competidor que murió por un accidente inesperado? ¿Y si tuvo la idea por casualidad o se la comunicó alguien?

Lo que está claro también es que si Marta no se hubiera arriesgado no se hubiera hecho millonaria. Simplemente con intentarlo aumentó por miles la probabilidad de hacerlo, comparado con alguien que nunca intentó nada.

Si Dani no se hubiera informado por convenciones, haber acudido a ella y haber tenido la cara de hablar con gente, no le hubieran contratado. Y en cada paso, sus probabilidades aumentaron por miles, comparado con alguien que estaba viendo un partido de fútbol.

Si no sales a la calle y te hubieras quedado en casa viendo la tele, no hubieras conocido a nadie. Solo por salir ya tienes muchas más probabilidades.

Acuérdate también de la parte sin suerte

Un error común que ocurre por prestar demasiada atención a los medios de comunicación es que nos centramos en los sucesos y no pensamos en todo lo demás que ha pasado.

Un millonario se hizo rico por trabajar 10 años en lo mismo. ¿Y cuántas personas hay que han trabajado 10 años y son pobres?

A una persona le tocó la lotería en la casa de apuestas de “El gato negro”. ¿Y a cuántas personas no les ha tocado?

Cómo tener suerte: ponla a tu favor

Mucho será azar y tienes muchas probabilidades de que no te toque la lotería.

Pero piensa de esta forma: cuanto más hagas, más probabilidades tendrás de que ocurra algo. En la vida puedes hacer tantas cosas que si actúas te puede llegar el golpe de suerte de un momento a otro.

Pero debes hacerlo actuando inteligentemente:

1. Crea recursos (opciones) sociales, personales y económicos

Si tienes buenas relaciones familiares, no estarás solo. Si construyes tu autoestima no dejarás “a la suerte” el que te puedan hacer daño. Si trabajas para alguien y a la vez creas tu propio negocio, tienes menos probabilidades de “tener la mala suerte de perder el trabajo”.

2. Crea oportunidades puntuales

Los recursos a los que nos referíamos anteriormente se crean más a largo plazo.

Con oportunidades nos referimos a participar en eventos puntuales que no te suponen un gran esfuerzo ni riesgo, pero que te pueden dar una gran ganancia.

Por ejemplo:

  • Echar los papeles para una beca.
  • Invertir poco dinero (ni el 5% de lo que tienes) en una empresa que se pueda convertir en el próximo Amazon.
  • Conocer todas las personas que puedas en un curso. Quizás conozcas a alguien que te dé acceso a otras oportunidades.

3. Persiste

Intentarlo una vez y no tener suerte es normal. Pero intentarlo 100 veces multiplica por 100 las probabilidades de “tener suerte”.

4. No arriesgues demasiado a una sola carta

Nunca arriesgues tu dinero, tu familia, tu trabajo o lo que sea a algo de lo que no estés seguro, pero que crees que puedes predecir o de lo que tienes un presentimiento.

Por ejemplo, puede que creas que el partido de Brasil-Alemania está igualado. Juegas tus únicos 2.000 euros a que llegarán a la tanda de penaltis o que la diferencia al final será de menos de un gol. Sin embargo, Alemania gana 1-7. Lo hubieras perdido todo.