Wilbur Schramm: biografía y modelo de comunicación
Wilbur Schramm (1907-1987) fue uno de los pioneros en los estudios sobre comunicación en todo el mundo. Nació en el Estado de Ohio, Estados Unidos, en 1907 y desarrolló un completo estudio teórico sobre el tema. Su vida profesional giró en torno a la docencia, al periodismo y a las investigaciones teóricas sobre la comunicación.
De hecho, se le considera como el creador y gran impulsor de la comunicología en su país. Como parte de su labor en las universidades, influyó para que se crearan departamentos para estudiar la comunicación. Fue también el fundador del primer grado académico sobre la materia.
Su mayor aportación como comunicólogo es el llamado Modelo de la tuba, en el que hace un análisis sobre el proceso comunicativo de los medios de comunicación de masas.
En otro estudio publicado junto con la UNESCO, estableció una teoría que vinculaba el grado de desarrollo socioeconómico de una nación con su tecnología de la información.
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Wilbur Lang Schramm vino al mundo en Marietta, Ohio (Estados Unidos), el 5 de agosto de 1907. En su familia, de origen alemán, abundaban los músicos y él mismo estudió en el Conservatorio de Nueva Inglaterra.
Según cuentan sus biógrafos, Wilbur era un poco tartamudo, lo que siempre le limitó a la hora de hablar en público. De hecho, rehusó a dar el típico discurso durante su ceremonia de graduación en el instituto; en su lugar, dio un pequeño concierto de flauta.
Schramm trabajó durante la década de los 20 como redactor y editor en una publicación de su localidad natal. Al mismo tiempo iba completando con éxito las diferentes etapas de su educación. Así, consiguió graduarse Summa Cum Laude en Historia y Ciencias Políticas en 1929.
También realizó un Master sobre las civilizaciones americanas en la Universidad de Harvard. Durante su estancia en Boston para completar esos estudios, aprovechó para trabajar en el Boston Herald.
Tras terminar su Master, Schramm se trasladó a Iowa. Allí, en 1932, se doctoró en Literatura Americana. Después realizó un curso post-doctorado sobre Psicología y Sociología que le llevó otros dos años.
Al término de sus estudios, Schramm permaneció en la Universidad de Iowa como profesor de inglés. Junto con Norman Foester fundó allí, en 1935, el que se convertiría en uno de los más prestigiosos talleres para escritores de todos los Estados Unidos.
La Segunda Guerra Mundial frenó un poco su carrera, pero no la detuvo por completo. De hecho, colaboró con el gobierno en la propaganda bélica como miembro de la Oficina de Información de Guerra. Esta experiencia le sirvió para interesarse aún más en el concepto de la comunicación de masas como herramienta para influir en la opinión pública.
Después de este paréntesis, el comunicólogo regresó a la Universidad en Iowa, en esta ocasión para ocupar el puesto de director de la Escuela de Periodismo. Estuvo en el cargo durante cuatro años, desde 1943 hasta 1947.
Su siguiente destino fue otro centro universitario, en este caso en Illinois, donde fue el fundador del Instituto de Investigación de las Comunicaciones. Lo mismo hizo en Stanford en 1955. En esta última Universidad se quedó hasta 1973.
No fue Stanford el último lugar en el que trabajó Schramm. Con 66 años se convirtió en el director del Centro Este-Oeste de Comunicaciones en la Universidad de Hawaii.
En los últimos años de su vida se mantuvo en activo, permaneciendo en esas islas estadounidenses. Falleció en su casa a la edad de 80 años, el día 27 de diciembre de 1987.
La principal línea que siguió Wilbur Schramm en sus investigaciones fue sobre los medios de comunicación de masas. De hecho, todas sus publicaciones son sobre la materia comunicativa, los medios y el periodismo.
No solo se limitó a elaborar teorías, sino que su vocación docente lo llevó que dedicara parte de su carrera a la divulgación.
El comunicólogo elaboró varios modelos para explicar y analizar la comunicación interpersonal. En estos estableció el concepto “campo de experiencia”, explicando que cuanto mayor sea la experiencia compartida de emisor y receptores, mejor será la comunicación.
Es, sin duda, la aportación más reconocida de Schramm a la teoría de la comunicación. Está centrada en cómo se desarrolla el proceso comunicativo desde el punto de vista de los medios de comunicación de masas
El modelo propuesto por el autor se explica en lo que denominó “tuba de Schramm”. En resumen, estableció que el proceso empezaba cuando el emisor recoge unos hechos concretos que han ocurrido.
Tras esto, tiene que decodificarlos, interpretarlos y, finalmente, codificarlos de nuevo en forma de noticia para que el mensaje final se distribuya a un público potencial.
Al recibir la noticia (el mensaje) los receptores tienen que decodificarlo y proceder a interpretar lo que se les cuenta. Una vez que han hecho esto, van a comentarla con su entorno y, en muchos casos, establecer un feedback (respuesta al emisor).
Dentro de este modelo, una de las novedades teóricas es la conclusión de cómo selecciona el receptor los mensajes a los que prestar atención. De acuerdo a Schramm, el público recoge los que menos esfuerzo van a suponer para decodificarlos.
A su vez, tiene prioridad los mensajes que pueden afectarle directamente, aunque sea objetivamente menos importantes que otros.
Schramm manifestó su preocupación sobre algunos efectos vinculados a la comunicación de masas. Por ejemplo, se refería a que, cuando un emisor genera un mensaje, es capaz de predecir la reacción de la audiencia. Por lo tanto, lo tiene en cuenta a la hora de seleccionar los hechos que va a relatar.
El autor también dejó una serie de pasos que aseguran que un mensaje va a ser recibido con éxito. Entre ellos se encuentran algunos metodológicos, como que el mensaje debe llamar la atención del destinatario, pero también otros más subjetivos.
Entre estos últimos se pueden destacar algunos como que el emisor tiene que tener en cuenta la ideología y vivencias de sus receptores, así como buscar la forma de despertar necesidades en ellos para luego sugerir cómo satisfacerlas.
Algunas de las conclusiones que se extraen de los trabajos de Schramm son, primero, que cuanto más se acerque el contenido del mensaje a los valores del receptor, mejor va a ser la acogida; y segundo, que hay efectos de la comunicación incontrolables por el emisor, como pueden ser la personalidad del que la recibe o las normas de su grupo social.
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