Santa María Eufrasia Pelletier: quién fue, biografía, citas conocidas
¿Quién fue santa María Eufrasia Pelletier?
Rosa Virginia Pelletier (1796-1863) fue una monja católica que desarrolló su vida en la Francia de finales del siglo XVIII y mitad del XIX, tiempo durante el cual fundó la congregación de Hermanas del Buen Pastor, que en la actualidad tiene más de 20.000 monjas y novicias alrededor del mundo.
Proveniente de una familia numerosa y muy católica, creció en un ambiente de persecuciones y guerras, pero con grandes valores religiosos y con una profunda convicción católica.
Marcada por pérdidas familiares y personales, ingresó a un convento de novicias en la ciudad de Tours, en Francia, y antes de cumplir los 29 años ya había sido nombrada Madre Superiora.
En vida, logró ver el avance de su congregación con la fundación de numerosos monasterios guiados por sus propios preceptos.
Fue una figura muy respetada en vida por la Iglesia católica. Tras su muerte, en 1868, se convirtió en una figura referente para la religión. Fue canonizada por la Iglesia católica en 1940.
Biografía de santa María Eufrasia Pelletier
Nacimiento y juventud
Rose Virginie Pelletier Mourain nació el 31 de julio de 1796 en Noirmoutier-en-I’lle, al norte de Francia.
Fue la octava de nueve hermanos, perteneciente a una familia de profunda formación católica, asentada en Souillers, pero que había decidido mudarse a un sitio más remoto y seguro debido a las persecuciones y guerras provocadas por la Revolución francesa.
Sus padres fueron Julius Pelletier, médico local que gozaba de gran fama, y Anne Mourain, quien perteneció a una rica familia francesa. Se casaron en Souilliers el 7 de agosto de 1781.
En esa localidad nacieron sus primeros 7 hijos antes de que migraran a Noirmoutier en 1793.
Ya en la isla nació Rosa Virginia, quien fue bautizada el mismo día que nació en un ritual privado hecho por su propio padre en casa, dado que no había sacerdotes en la isla.
En 1805 falleció su hermana mayor, Victorie Emilie, y al año siguiente falleció su padre, tras una corta enfermedad, a los 54 años. Para ese momento Rosa Virginia tenía 10 años.
Estudios
Inicialmente, sus padres contrataron a una institutriz, que enseñó en casa a Rosa y a sus hermanos las primeras lecciones y materias básicas.
Pero inició formalmente sus estudios en una institución creada en Noirmoutier por las hermanas ursulinas, a los 12 años. Rosa Virginia demostró una aguda inteligencia y gran caridad y vocación de ayuda hacia los demás.
Anne Mourain, muy preocupada por la educación y el futuro de sus hijos, decidió enviar a Rosa, de 14 años, a Tours, donde ingresó a una institución educativa cristiana.
Cerca de la nueva escuela se localizaba un convento de la Orden de Nuestra Señora de la Caridad, fundado por san Juan Eudes en 1641, y que tenía como objetivo impartir educación y cobijar a mujeres sin hogar.
Quedó inmediatamente conectada con esa institución.
Vida religiosa
Decidió ingresar a la congregación de Tours en 1814 como postulante. Tras el tiempo reglamentario, en 1816 se convirtió en novicia.
Según la tradición de dicha congregación, en ese momento se debía elegir un nuevo nombre. Según relatan algunos autores, Rosa Virginia escogió inicialmente el nombre de Teresa, inspirada por santa Teresa de Ávila.
Sin embargo, la madre superiora no estuvo de acuerdo, porque era un nombre muy significativo para que lo llevara una simple novicia. Rosa decidió cambiarlo por Eufrasia.
Durante su noviciado demostró su gran vocación de servicio y ser una trabajadora incansable. En 1817 fue nombrada maestra del grupo de jóvenes penitentes, que aspiraban a ingresar como novicias al convento.
Su severidad para la enseñanza de la religión contrastaba con su bondad y alegría en el trato hacia las otras novicias y monjas.
En 1825 fue elegida por los miembros de su propia comunidad religiosa como Madre Superiora, con apenas 28 años de edad.
Principales logros religiosos
Fundó la congregación de Hermanas Magdalenas, ahora conocida como Hermanas Contemplativas del Buen Pastor.
En 1829, las hermanas de Tours fueron invitadas a crear un nuevo convento y refugio en la ciudad de Angers. En ese momento nació su congregación de Hermanas del Buen Pastor.
Su mayor motivación fue mantener la obra caritativa de ayuda al prójimo, pero sin la severidad en el trato y en los principios que regían su congregación de origen.
Para santa María Eufrasia, esto ayudó a aumentar el ingreso de novicias, mejorar las vocaciones y a dispersar el evangelio y sus obras de caridad.
En 1833 se dio apertura a un monasterio en la ciudad de Le Mans. Sería el primero de un gran número de conventos y refugios creados bajo sus instrucciones y disposiciones alrededor del mundo.
En principio, tuvo mucha oposición de obispos locales y otras autoridades de la iglesia, porque vieron su infatigable labor e ideas innovadoras como una amenaza para el catolicismo.
Luchó vehementemente por convencer a todos los obispos e incluso a la Santa Sede de la verdadera misión de su trabajo pastoral.
El 3 de abril de 1835, el papa Gregorio XVI declaró a María Eufrasia Pelletier de Angers como Madre Superiora de todos los monasterios de la congregación de Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor, dando el definitivo impulso y aceptación general por parte de la Iglesia católica.
Últimos años
Su trabajo pastoral y educativo continuó hasta el final de su vida. Al momento de su muerte su congregación había fundado más de 110 monasterios con 20.000 novicias y monjas.
En 1867 su salud comenzó a debilitarse. Sufrió una severa neumonía que la debilitó notablemente. Quedó a los cuidados de sus hermanas de la congregación hasta que falleció el 24 de abril de 1868 en Angers.
Sus restos fueron inhumados en el convento principal de las Hermanas del Buen Pastor en Angers.
El 11 de diciembre de 1897, el papa Leo XIII la nombró Venerable de la Iglesia católica. El papa Pío XII la beatificó el 30 de abril de 1933. El mismo papa Pío XII la canonizó como santa el 2 de mayo de 1940.
Citas conocidas
“Como he dado a luz a mis hijas en la cruz, las quiero más que a mí misma. Mi amor tiene sus raíces en Dios y en el conocimiento de mi propia miseria, pues comprendo que a la edad en que hacen la profesión, yo no hubiese sido capaz de soportar tantas privaciones y un trabajo tan duro”.
“Aunque las estrellas viejas se queman y mueren, mira hacia lo nuevo y más allá”.
“Ir tras las ovejas perdidas sin otro descanso que la cruz, otro consuelo que no sea el trabajo, otra sed que no sea por la justicia”.
“Tienes que adaptarte a todas las circunstancias. Haz lo mejor que puedas, mientras recuerdas que, según el espíritu de nuestro llamado, debemos ser todo para todos”.
Referencias
- Clarke, A. M. (1895). Life of reverend Mother Mary of St. Euphrasia Pelletier. Editado por Benziger brothers.
- Cawley Boardman, A. (1955) Good Shepherd’s Fold. A Biography of St Mary Euphrasia Pelletier.