Ansiedad

Cromofobia: síntomas, causas y tratamiento


La cromofobia, cromatofobia o crematofobia es un persistente miedo irracional o aversión a los colores. Se trata de un tipo de fobia específica y se caracteriza por la experimentación de un temor irracional y excesivo hacia los colores. Su forma de presentación puede variar en cada caso, por lo que los colores temidos pueden resultar distintos en cada individuo.

La cromofobia no resulta un tipo de fobia específica muy común, y los datos acerca de su prevalencia indican que solo una minoría de la población mundial podría padecer esta alteración.

Los colores más comúnmente temidos en la cromofobia suelen ser el rojo y el blanco, aunque ciertos estudios apuntan que una persona con cromofobia puede desarrollar miedo fóbico a cualquier color.

Los datos acerca de su etiología son escasos hoy en día, no obstante, se sustenta que la cromofobia es usualmente una respuesta condicionada.

Características

La cromofobia es un trastorno de ansiedad. Concretamente es una alteración que se engloba dentro de las fobias específicas.

El elemento temido de la cromofobia puede resultar, en ocasiones, difícil de delimitar. Sin embargo, se sustenta que el estímulo fóbico de este trastorno son los colores.

Es decir, una persona con cromofobia presenta un temor excesivo, irracional, incontrolable y persistente hacia los colores.

Suele ser habitual que el temor típico de la cromofobia no se presente como respuesta hacia todos los colores, sino que se desarrolle de forma particular hacia alguno o algunos colores determinados. En este sentido, el rojo y el blanco parecen ser los colores más temidos en este trastorno.

Las personas con cromofobia experimentan elevadas sensaciones de ansiedad siempre que se exponen a sus estímulos temidos, es decir, el color o a los colores que temen de forma fóbica.

Para poder determinar un miedo hacia los colores como perteneciente a la cromofobia, es necesario que este sea:

  1. Irracional.
  2. Excesivo.
  3. Incontrolable.
  4. Persistente.
  5. Que conduzca a la evitación el elemento temido.

Síntomas

La sintomatología de la cromofobia se caracteriza por ser ansiosa. Esta aparece como parte de la respuesta de miedo que origina el color temido y suele resultar altamente desagradable y angustiosa para la persona.

Las manifestaciones de ansiedad de la cromofobia suelen ser intensas. Así mismo, se caracterizan por afectar negativamente a la calidad de vida del sujeto y reducir su funcionalidad.

De forma general, los síntomas típicos de la cromofobia pueden dividirse en: físicos, cognitivos y conductuales.

Síntomas físicos

Los síntomas físicos son probablemente las manifestaciones más desagradables para el sujeto con cromofobia. Se caracterizan por producir una serie de modificaciones en el funcionamiento normal del organismo.

Estos síntomas están causados por un incremento de la actividad del sistema nervioso autónomo de la persona. Este incremento de actividad es generado por las sensaciones de temor, por lo que las manifestaciones físicas aparecen cuando el sujeto se expone a su color temido.

De forma general, una persona con cromofobia puede experimentar cualquiera de los siguientes síntomas cuando se expone a su estímulo temido.

  1. Incremento de la tasa cardíaca.
  2. Incremento de la tasa respiratoria.
  3. Sudoración excesiva.
  4. Tensión corporal.
  5. Dolores de cabeza y/o estómago.
  6. Boca seca.
  7. Náuseas, mareos y/o vómitos.

Síntomas cognitivos

La sintomatología física de la cromofobia aparece como consecuencia de la elaboración de una serie de pensamientos irracionales e incongruentes acerca del color temido.

Los colores no constituyen ningún riesgo real para las personas, pero el sujeto con cromofobia interpreta su color temido como altamente amenazante.

Síntomas conductuales

Finalmente, la cromofobia se caracteriza por producir dos síntomas conductuales: la evitación y el escape.

La evitación hace referencia a todos los comportamientos que el sujeto desarrolla con el objetivo de evitar el contacto con su color temido. Esta manifestación puede reportar amplias consecuencias negativas para la persona, ya que los espacios evitados pueden ser múltiples.

Por su parte, el escape es la conducta que el sujeto pone en marcha cuando está en contacto con su color temido debido al temor y al malestar que este le origina.

Diagnóstico

Para poder establecer el diagnóstico de cromofobia, es necesario que se cumplan los siguientes criterios:

-Miedo o ansiedad intensa por uno o varios colores específicos (elemento fóbico).

-El elemento fóbico casi siempre provoca miedo o ansiedad inmediata.

-El elemento fóbico se evita o resiste activamente con miedo o ansiedad intensa.

-El miedo o la ansiedad es desproporcionado al peligro real que plantea el elemento fóbico y al contexto sociocultural.

-El miedo, la ansiedad o la evitación es persistente, y dura típicamente seis o más meses.

-El miedo, la ansiedad o la evitación causa malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento.

-La alteración no se explica mejor por los síntomas de otro trastorno mental.

Causas

En la actualidad se considera que la cromofobia es una respuesta condicionada. Es decir, este trastorno aparece debido a la asociación de un color determinado con unos atributos negativos específicos.

Lo más común es que el condicionamiento se realice a través de la vivencia de experiencias negativas o traumáticas relacionadas con el color temido. No obstante, también se puede desarrollar de forma vicaria (visualizando imágenes) o informativa.

Tratamiento

El tratamiento de primera elección para la mayoría de fobias específicas (incluyendo la cromofobia) suele ser la psicoterapia. Concretamente se suelen aplicar tratamientos que incluyen la técnica de exposición o desensibilización sistemática.

Estos tratamientos se basan en exponer el sujeto a sus colores temidos de una forma controlada y progresivas, con el objetivo de que se habitúe a ellos, aprenda a gestionar su respuesta de ansiedad en esos momentos y consiga superar su temor fóbico.

Para facilitar el proceso suele ser útil incorporar técnicas de relajación, ya que estas permiten reducir el estado de tensión y ansiedad del sujeto.

Referencias

  1. Muris P, Schmidt H, Merckelbach H. The structure of specific phobia symptoms among children and adolescents. Behav Res Ther 1999;37:863–868.
  2. Ost LG, Svensson L, Hellstrom K, Lindwall R. One-session treatment of specific phobias in youth: a randomized clinical trial. J Consult Clin Psychol 2001;69:814–824.