Adicciones

Genofobia: qué es, síntomas, causas y tratamiento


¿Qué es la genofobia?

La genofobia, o coitofobia, es un tipo de fobia específica en el que el elemento temido es la práctica sexual con penetración. A primera vista, parece poco probable que una actividad como la práctica sexual pueda proporcionar sensaciones de miedo y estados de elevada ansiedad.

Sin embargo, seguro que alguna vez has experimentado nervios o intranquilidad durante los momentos previos a la práctica sexual, o incluso durante la misma. Pues bien, estos nervios o miedos que podemos experimentar todas las personas, pueden acentuarse en algunos casos y originar lo que se conoce como genofobia.

La persona que padece genofobia teme, por encima de todo, las relaciones sexuales, si bien puede besar y acariciar sin problemas. El miedo surge cuando se concreta la posibilidad de penetración sexual, y evitará que suceda siempre que pueda.

La genofobia es un trastorno de ansiedad que forma parte de las erotofobias, o fobias sexuales. Podemos interpretar esta alteración del mismo modo que lo hacemos con la fobia a las arañas o la claustrofobia.

Mientras que en la fobia de las arañas la persona experimenta un miedo intenso y desmesurado cuando tiene cerca uno de estos animales, el individuo con genofobia experimenta las mismas sensaciones cuando se enfrenta al coito.

Síntomas

1. Síntomas físicos de ansiedad

Estos son probablemente los más importantes, ya que son los que originan mayores sensaciones de malestar. Cuando una persona con genofobia se expone a mantener relaciones sexuales, responderá con los típicos síntomas físicos de ansiedad.

Estos se caracterizan por un incremento de la actividad del sistema nervioso central e incluyen signos como el aumento de tasa cardiaca y respiratoria, exceso de sudoración, tensión muscular, palpitaciones, dolores de cabeza o estómago, etc.

2. Pensamientos sobre el sexo

Los síntomas físicos comentados se acompañan de una serie de pensamientos que se retroalimentan con ellos. En la genofobia aparecen una serie de pensamientos catastróficos, tanto sobre la práctica sexual en sí como sobre las capacidades personales para hacer frente a esa situación.

Estos pensamientos pueden adoptar miles de modalidades, pero todas ellas poseen un elevado componente de aversión, miedo y temor. Estas cogniciones, además, se retroalimentan bidireccionalmente con los síntomas físicos.

Esto quiere decir que los pensamientos catastróficos hacen incrementar la sintomatología física y el nerviosismo, y la propia sintomatología ansiosa también hace incrementar este tipo de pensamientos.

3. Evitación

La última manifestación que presenta una persona con genofobia es la alteración de su comportamiento. El elevado temor que padece sobre el acto sexual hace que lo evite por completo, por lo que el comportamiento se modifica notablemente.

El individuo puede empezar relaciones sentimentales e incluso mantenerlas, sin embargo, evitará y rechazará cualquier acción que implique una actividad sexual.

Causas

Los factores que pueden inducir la aparición de fobias son numerosos y, normalmente, no suele ser posible identificar una única causa.

Por lo general, se afirma que el condicionamiento directo, el condicionamiento vicario, la adquisición de información y, en algunos casos, la presencia de componentes genéticos, suelen ser los factores más relevantes.

No obstante, en el caso de la genofobia, la vivencia de experiencias traumáticas con el sexo se eleva como el factor más prevalente y que origina un mayor número de casos de genofobia.

Asimismo, la adquisición de una mala educación sexual y la adopción de mitos o falsas creencias sobre el acto sexual son otra de las causas importantes de la genofobia.

¿Qué mantiene la genofobia?

En la actualidad existe suficiente evidencia científica como para afirmar que independientemente de las causas que originan la fobia, el factor principal que la mantiene es la evitación del estímulo fóbico.

Esto quiere decir que, en el caso de la genofobia, el factor que hace que esta permanezca y no desaparezca es la evitación de las relaciones sexuales.

Para una persona con genofobia, evitar su estímulo fóbico puede resultar más o menos sencillo, ya que simplemente debe limitarse a no mantener relaciones sexuales.

Así pues, el hecho de no exponerse nunca a la práctica sexual hace que la fobia se mantenga y la persona sea totalmente incapaz de mantener relaciones sexuales y de superar el problema.

Tratamiento

La genofobia es un trastorno de ansiedad que debe tratarse por dos razones principales.

En primer lugar, porque padecer fobia al sexo puede repercutir ampliamente en la vida de una persona, limitar su funcionalidad y mermar tanto su calidad de vida como la calidad de sus relaciones.

En segundo lugar, es altamente recomendable tratar la genofobia porque la terapia psicológica ha mostrado ser muy eficaz para intervenir este tipo de trastornos.

De este modo, a pesar de todos los aspectos negativos que hemos comentado hasta ahora sobre la genofobia, el más positivo de todos es sin duda que esta psicopatología puede revertirse.

Así pues, tratar de tomar ansiolíticos para reducir la ansiedad que produce el estímulo fóbico o intentar evitar por completo la práctica sexual para estar bien no es la mejor solución.

La intervención que debería realizar toda persona que padezca genofobia consiste en hacer psicoterapia mediante un psicólogo clínico especializado en este tipo de trastornos (sexóloga/o). 

Y es que el tratamiento cognitivo-conductual ha mostrado ser muy eficaz para las fobias específicas.

Estos tratamientos suelen mezclar intervenciones de exposición en vivo y exposición e imaginación al estímulo fóbico (al sexo) con otras técnicas como los entrenamientos en relajación, la respiración profunda y la terapia cognitiva.

Referencias

  1. Kaplan and Sadock’s Synopsis of Psychiatry (2007). Behavioral Sciences/Clinical. Psychiatry. Lippincott Williams & Wilkins.
  2. Caballo, V.E., Salazar, I.C., Carrobles, J.A. (2011). Manual de psicopatología y trastornos psicológicos. Madrid: Pirámide.
  3. (2002). DSM-IV-TR Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales. Barcelona: Masson.