Risoterapia: historia, técnicas, beneficios
La risoterapia es una forma de terapia psicológica alternativa que se basa en el uso de la risa y el humor para mejorar el estado de ánimo de los pacientes y aliviar los síntomas de diferentes patologías mentales. A pesar de ser un tipo de terapia relativamente desconocido, existe una evidencia bastante sólida que apoya su efectividad.
El humor se ha utilizado prácticamente a lo largo de toda la historia para mejorar el estado de ánimo de las personas. Sin embargo, se cree que la risoterapia como tal apareció en los años 70 del siglo pasado en los Estados Unidos, cuando Norman Cousins publicó su experiencia superando los efectos de la artritis utilizando la risa como principal arma.
A partir de este momento, el uso del humor de forma terapéutica comenzó a ganar cada vez más seguidores, y multitud de expertos comenzaron a investigar sobre sus aplicaciones. Hoy en día existen distintas formas de risoterapia, basadas en todo tipo de técnicas destinadas a mejorar la salud física y mental de los pacientes.
La risoterapia sigue siendo todavía una práctica relativamente desconocida, pero en algunos países como los Estados Unidos o la India ha logrado un gran reconocimiento. En este artículo veremos con detalle en qué consiste.
Índice del artículo
- 1 Historia
- 2 ¿En qué se basa la risoterapia?
- 3 Ejercicios/actividades de risoterapia
- 4 Beneficios
- 5 Referencias
La idea de que la risa podría ser beneficiosa para mejorar el estado de ánimo ha sido popular a lo largo de toda la historia. Sin embargo, hubo que esperar hasta la segunda mitad del siglo XX para que a algunos investigadores se les ocurriese la idea de utilizar esta medicina natural para mejorar también nuestra salud física.
Uno de los primeros científicos en interesarse por este tema fue el doctor William Fry, un profesor de psicología de la universidad de Stanford que en 1964 propuso la creación de un grupo de estudio sobre las propiedades curativas de la risa. A pesar de la falta de fondos que había en ese momento debido a la guerra de Vietnam, Fry empezó a investigar sobre el tema por su cuenta.
Aún así, el tema quedó relegado a un segundo plano hasta los 70, momento en que un editor del Saturday Review llamado Norman Cousins decidió contar su historia. Desde 1964 este escritor sufría de espondilitis anquilosante, una versión poco común de la artritis degenerativa, que habitualmente es mortal para quienes la sufren.
Sin embargo, cuando Cousins contó su historia su salud no había hecho más que mejorar. Su secreto era el siguiente: el uso del humor para mejorar su estado físico. Según él, 10 minutos de risa profunda al día le ayudaban a dormir mejor de lo que podía hacerlo incluso la morfina, la droga sedante más poderosa que existe.
Debido a la fama que alcanzó su historia, y su libro Anatomía de una enfermedad (1979), a partir de este momento comenzaron a realizarse experimentos científicos sobre el poder de la risa y el humor para mejorar el estado de salud de pacientes con diferentes enfermedades.
En las décadas posteriores fueron muchos los estudios que se llevaron a cabo sobre la risa y su poder curativo, todos ellos desde diferentes enfoques. Así, hoy en día campos tan distintos como la neurociencia, la medicina o la psicología clínica han tratado de aplicar los descubrimientos de la risoterapia, consiguiendo resultados sorprendentes para muchos.
La premisa más importante en la que se basa la risoterapia es la siguiente: la risa, sin importar si está causada por motivos reales o si es forzada, tiene efectos muy beneficiosos sobre nuestra salud física y mental. Por este motivo este tipo de terapia busca fomentar el humor dentro de lo posible, y en caso de no poder alcanzar la risa de formas naturales se enseña al paciente a imitarla.
Basándose en esta idea, la risoterapia puede tomar formas muy diferentes en función del contexto.
Básicamente podemos encontrar tres versiones diferentes: la que se basa en el humor verdadero, la que se centra en fingir la risa de la manera más realista posible, y la que intenta crear un espacio seguro para que aparezca el humor naturalmente.
La primera forma de risoterapia busca hacer que los pacientes se rían mediante el uso de recursos humorísticos clásicos. Así, en las sesiones (que pueden ser individuales o en grupo) los participantes pueden escuchar espectáculos cómicos, actuar en obras humorísticas o incluso ver películas o series que les lleven a reírse a carcajadas.
Por otro lado, el segundo tipo de risoterapia busca obtener los beneficios de este fenómeno natural sin tener que usar el humor para ello. También conocido como “yoga de la risa”, en este tipo de terapia se enseña a los pacientes a imitar este suceso utilizando diferentes técnicas corporales y de relajación.
Por último, la risoterapia también puede implicar el uso de técnicas de relajación y de ejercicio físico, que mezcladas con la creación de un espacio seguro y el uso de distintos tipos de terapia hablada pueden ayudar a los pacientes a ser capaces de reírse con mayor facilidad durante su día a día.
Las técnicas de risoterapia más utilizadas son:
Esta técnica se realiza mediante un globo y existen diversas variantes. El sujeto debe inflar un globo; cuando termine lo soltará, dejando que se desinfle, y tendrá que decir algo que desea que desaparezca de su vida o entorno.
En este caso, el paciente ata el globo con los cordones del zapato. El terapeuta pone música y los participantes deben empezar a bailar arrastrando el globo, intentando que este explote antes de que finalice la canción.
En esta técnica los pacientes deben contraer los músculos y caminar rápido, recorriendo la habitación de punta a punta. Así mismo, deben intentar verbalizar su nombre sin aflojar la musculatura. Finalmente, se va destensionando el cuerpo poco a poco.
Los pacientes se tumban al suelo y el terapeuta va instruyendo ejercicios para inducir distintos tipos de risa de forma directa.
Finalmente, aunque no resulta posible en todos los casos, algunos terapeutas optan por inducir la risa de forma directa a través de las cosquillas.
Todos hemos experimentado en nuestra propia piel los beneficios más inmediatos de la risa: mayor sensación de bienestar, emociones más positivas, y en general una mayor alegría. Sin embargo, los defensores de la risoterapia afirman que los efectos de este fenómeno van mucho más allá.
Así, según algunas investigaciones reír de manera profunda habitualmente podría aliviar los síntomas de muchas enfermedades mentales graves, como la depresión, la ansiedad o incluso la esquizofrenia. Esto ocurriría debido a que con la risa se liberan gran cantidad de endorfinas y neurotransmisores, regulando así la actividad del cerebro.
Por otra parte, parece ser que la risa también tiene un efecto muy positivo sobre nuestro cuerpo. Los efectos de la risoterapia en este sentido afectan a dolencias de todo tipo, desde las más comunes hasta otras mucho más graves.
Así, la risa continuada incluye beneficios como la normalización de la tensión en personas que la tenían muy elevada, la reducción de todo tipo de dolores y malestares, la reducción en el riesgo de sufrir enfermedades como el cáncer o problemas cardiovasculares, o la mejora del insomnio y otros problemas físicos relacionados con el estrés.
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