Medicina

Amigdalitis pultácea: qué es, síntomas, causas, tratamientos


¿Qué es la amigdalitis pultácea?

La amigdalitis pultácea es la inflamación de las amígdalas con presencia de placas blanquecinas en las criptas de las amígdalas o en toda la superficie amigdalina. Se identifican con este término los procesos inflamatorios de aparición brusca, localizados en las amígdalas palatinas.

Las amígdalas son los dos ganglios linfáticos situados a cada lado de la parte posterior de la garganta. Funcionan como mecanismo de defensa previniendo infecciones en el organismo. Cuando las amígdalas se infectan, el diagnóstico es amigdalitis.

Este estado es contagioso y puede ser causado por una variedad de virus y bacterias comunes, como las estreptocócicas (Streptococcus).

Este cuadro puede provocar complicaciones graves si no se trata convenientemente. La amigdalitis es fácil de diagnosticar, y con tratamiento, los síntomas suelen desaparecer entre siete y diez días.

Causas de la amigdalitis pultácea

Las amígdalas son la primera línea de defensa ante enfermedades porque combaten las bacterias y los virus que entran a través de la boca. Estos dos ganglios linfáticos producen glóbulos blancos para combatir la infección.

Pero las amígdalas son también vulnerables a las infecciones por virus y bacterias. 

– Virus: un cuadro de amigdalitis puede ser causado por un virus, como el del resfriado común.

– Bacterias: también puede producirse por una infección bacteriana, como la faringitis estreptocócica.

Según la Academia Americana de Médicos de Familia (AAFP), entre un 15% y un 30% de los casos de amigdalitis son debidos a la infección por bacterias. La mayoría, estreptocócicas.  

Síntomas

Según el tipo de amigdalitis, los síntomas pueden ser:

– Dolor de garganta intenso
– Dificultad y dolor al tragar
– Ronquera
– Mal aliento
– Fiebre
– Dolor de oídos
– Dolor de estómago
– Dolor de cabeza
– Rigidez en el cuello
– Sensibilidad en la mandíbula y el cuello debido a hinchazón de los ganglios linfáticos
– Amígdalas: se ven rojas e hinchadas
– Amígdalas: con manchas blancas o amarillentas
– En niños pequeños: irritabilidad, falta de apetito, babeo excesivo.

Tipos de amigdalitis

Amigdalitis recurrente: múltiples episodios de amigdalitis aguda al año.

Tonsilitis crónica: los episodios duran más que la amigdalitis aguda, con síntomas que incluyen: a) dolor de garganta crónico, b) mal aliento (halitosis), c) nódulos linfáticos sensibles en el cuello.

Cuándo consultar con el médico

Puede ocurrir que la garganta se inflame tanto que cause dificultad para respirar. Consultar a un médico de inmediato si, además, aparecen los siguientes síntomas: 

– Fiebre superior a 39 °C – 103 °F.
– Debilidad muscular.
– Rigidez en el cuello.
– Dolor de garganta que se intensifica después de dos días.

Diagnóstico

El diagnóstico se basa en un examen físico de la garganta. El médico puede optar por tomar un cultivo de garganta, frotando suavemente la parte posterior de la garganta con un hisopo.

El material extraído se envía a un laboratorio para identificar la causa de la infección.

Tratamiento

En casos benignos, no necesariamente se requiere tratamiento, especialmente si es causado por un resfriado. En casos más severos, los tratamientos pueden incluir antibióticos y hasta una amigdalectomía (extracción de las amígdalas).

Actualmente, las amigdalectomías solo se recomiendan en pacientes que experimentan amigdalitis crónica o recurrente.

Los antibióticos se prescriben para combatir una infección bacteriana. Es importante que se complete el esquema de tomas en su totalidad. Es posible que el médico le pida al paciente que programe una visita de seguimiento para asegurar los resultados del tratamiento.

Si una persona se deshidrata debido a la amigdalitis, puede necesitar suero intravenoso. Los analgésicos para aliviar el dolor de garganta pueden ayudar mientras dura el tratamiento.

Consejos para aliviar el dolor de garganta 

– Beber mucho líquido.

– Descansar.

– Hacer gárgaras con agua tibia, sal gruesa y jugo de limón varias veces al día.

– Chupar pastillas para la garganta.

– Mantener húmedo el ambiente mediante un humidificador.

– Evitar el humo.

– Tratar de no automedicarse con medicamentos de venta libre. Consultar siempre al médico antes, sobre todo por los niños.

Complicaciones

Las personas con amigdalitis crónica pueden experimentar apnea obstructiva del sueño. Cuando las vías aéreas superiores se inflaman, la respiración se torna dificultosa y esto hace que la persona no duerma bien.

También es posible que la infección empeore y se extienda a otras áreas del cuerpo. Esto se conoce como celulitis tonsilar.

La infección también puede causar acumulación de pus detrás de las amígdalas o absceso peritonsilar en el tejido circundante. Esto puede requerir drenaje o cirugía.

Los síntomas de amigdalitis causados por una infección bacteriana generalmente mejoran días después de comenzar a tomar antibióticos. La infección por estreptococo se considera contagiosa hasta que comienza la toma de antibióticos por un período de 24 horas.

Si una persona no completa el esquema de antibióticos o estos no eliminan las bacterias, se corre el riesgo de desarrollar fiebre reumática y glomerulonefritis postestreptocócica.

Prevención

La amigdalitis es altamente contagiosa. Para disminuir los riesgos, hay que mantenerse lejos de las personas que cursan la infección, lavarse las manos con frecuencia, especialmente después de entrar en contacto con alguien que tiene dolor de garganta, tose o estornuda.   

Referencias

  1. Ann Pietrangelo and Rachel Nall. Tonsillitis. Recuperado de healthline.com.
  2. A.D.A.M. Editorial team. Recuperado de medlineplus.gov.