Biología

Hallucigenia: características, hábitat y morfología


Hallucigenia es un género marino extinto que habitó la Tierra hace aproximadamente 500 millones de años. Su forma era similar a la de un gusano de tamaño pequeño, pero con 14 espinas ubicadas en pares sobre su dorso. En el vientre tenía siete pares de tentáculos que utilizaba para desplazarse.

En su gran mayoría, los registros fósiles de este animal provienen de un yacimiento paleontológico localizado en Canadá, el Burgess Shela. Aunque su descubrimiento ocurrió a principios del siglo XX, algunas investigaciones posteriores fueron las que lograron dilucidar ciertas incógnitas sobre las enigmáticas estructuras de su cuerpo.

Dadas las características muy particulares de su cuerpo, inicialmente existieron planteamientos que sugirieron que era un taxón único ya extinto, por lo que no guardaba relación alguna con los animales modernos.

Posterior a esto fueron identificados algunos órganos que tentativamente guardaban relación con las especies del filo Lobopodia, lo que hizo que se ubicara al Hallucigenia  dentro de ese grupo taxonómico.

Recientemente un equipo de especialistas descubrió un relevante vínculo entre el Hallucigenia y los gusanos modernos, pertenecientes al superfilo Ecdysozoa. Ambas especies comparten estructuras morfológicas (como las pequeñas garras), lo que sugiere que estas pudieran ser un rastro evolutivo que vislumbre el origen del grupo Ecdysozoa.

Índice del artículo

Descubrimiento

En los inicios del siglo XX el científico Walcott encontró un registro fósil en Burgess Shale, en las montañas canadienses. Medía alrededor de 30 milímetros de largo; lo describió como un gusano con espinas y lo llamó Canadia sparsa.

Posteriormente, en 1977, el paleontólogo Conway-Morris reseñó nuevamente este fósil. Lo caracterizó con siete pares de espinas, ubicadas en un cuerpo que tenía túbulos en la espalda.

En uno de los extremos observó una mancha, que identificó como la cabeza del animal.  El científico cambió el nombre de la especie, llamándola Hallucigenia.

Este modelo se mantuvo hasta 1991, cuando un grupo de investigadores descubrió un error en la descripción hecha por Conway-Morris, dado que este había observado al fósil boca abajo. Las espinas no estaban en el vientre sino en la espalda del animal y los tubos eran realmente las patas.

En 1992 el investigador Ramskold propuso la idea que la mancha en uno de los extremos podría ser algún fluido producto de la descomposición del cuerpo del animal.

No fue sino hasta el año 2014 cuando se pudo identificar la cabeza del animal gracias al uso del microscopio electrónico. Destacaban los ojos y una placa con las piezas bucales.

Características

El Hallucigenia era un organismo tubular que medía entre 10 y 35 milímetros de largo. Tenía una cabeza pequeña y alargada, con dos ojos y una abertura rodeada de dientes radiales. Además de estas estructuras dentarias en la boca, también tenía dientes faríngeos.

La cabeza se localizaba en un extremo redondeado del animal y se extendía hacia las piernas. Los investigadores sugieren que esta posición les facilitaba el alcance de los alimentos del sustrato en donde se localizaban.

En su espalda se observan 14 espinas rígidas y el vientre cuenta con 7 pares de tentáculos blandos terminados en una especie de uñas fuertes. El extremo caudal finaliza en un tubo abierto ligeramente curvado hacia abajo; allí se encuentran tres pequeños pares de tentáculos.

Alimentación

Hay distintas hipótesis relacionadas con el tipo de alimento que formó la dieta de este animal. Algunos piensan que se alimentaba de carroña de animales; esto se fundamenta en el hecho de que varios fósiles de Hallucigenia fueron encontrados junto a restos de animales de mayor tamaño.

Por otra parte, también se les representa aferrados a esponjas. Sus patas eran muy delgadas, largas y endebles como para caminar largas distancias; debido a esto, se estima que se sujetaban fuertemente con sus garras a una esponja, para así chupar trozos y digerirlos.

Hábitat

El mayor yacimiento fósil de esta especie se encuentra en Burgess Shale, en Canadá. También existen algunos reservorios fósiles en China.

El Hallucigenia habitó en los fondos marinos poco profundos. Por las características de sus patas —que implicarían un lento desplazamiento—, posiblemente se encontraba entre las rocas con frecuencia.

Vivió durante el período evolutivo conocido como el estallido cámbrico. Este evento natural implicó no solo una evolución hacia seres vivos más complejos, sino un notable cambio en la naturaleza de los ecosistemas marinos.

La radiación cámbrica ocurrió principalmente en el enorme océano que conformaba la Tierra en período Cámbrico. La gran cantidad de nutrientes y las condiciones químicas, así como la presencia de oxigeno, favorecieron el desarrollo de las especies en ese medio acuático.

Aumento de oxígeno

Gracias a  la fotosíntesis realizada por las algas y las cianobacterias marinas, el oxígeno atmosférico alcanzó niveles adecuados para el desarrollo de animales multicelulares.

Aunado a esto, el ascenso del nivel del mar trajo como consecuencia la inundación de las tierras bajas. De esta manera se crearon hábitats poco profundos con fondos recubiertos de sedimentos calcáreos y silíceos, bacterias y algas.

Estas zona fróticas y las plataformas continentales reunieron las condiciones ideales para el desarrollo del Hallucigenia.

Morfología

La cabeza estaba situada en uno de los extremos del cuerpo, era redondeada y allí se encontraban los ojos. Este par de órganos sensoriales carecían de una estructura compleja, lo que implica que tal vez solo podían distinguir luces y sombras.

El Hallucigenia sparsa tenía una doble estructura dentaria. Una de estas se localizaba en la boca, era circular y estaba rodeada de numerosos dientes.

En la zona del cuello (lo que pudo haber sido la garganta) también tenía varias filas de dientes pequeños y afilados, orientados hacia el intestino del animal. Esta característica morfológica probablemente tenía la función de evitar la devolución de la comida a la boca.

De esta manera, las piezas dentarias contribuían con el proceso digestivo, garantizando que el alimento llegara al intestino.

Se presume que la dentadura que se encuentra alrededor de la boca no era utilizada para masticar los alimentos. Más bien funcionaba como una válvula de succión, que permitía al animal ingerir agua y capturar a sus presas.

Una vez en la boca, la comida era transportada hasta un intestino primitivo que terminaba en un ano, en la región posterior del cuerpo.

Tentáculos y espinas

En la parte superior del tronco presentaba siete pares de espinas, y a los lados de la zona ventral tenía siete pares de tentáculos. Las espinas estaban formadas por uno o cuatro elementos anillados y se encontraban cubiertas por unas diminutas escamas de forma triangular.

Dichas estructuras contaban con unas placas en la base que las hacen inflexibles. Debido a esto, se estima que fueron utilizadas como órganos de defensa ante el ataque de cualquier depredador que se encontrara en el área.

Los tentáculos ventrales eran delgados y blandos; en su extremo distal cada uno tenía una garra retráctil de tamaño pequeño. Se piensa que estos apéndices tubulares eran utilizados para desplazarse, para lo cual se ayudaban con las garras.

El espacio que existe entre las espinas y las patas no presenta ninguna variación significativa. Aquellas que se encuentran en la columna vertebral están desplazadas hacia adelante, de manera tal que el par de patas traseras no tenía sobre sí un par correspondiente de espinas.

En la zona ventral anterior, en la parte superior del tórax, tenía otros pares de tentáculos. Estos eran de menor tamaño y más delgados que las patas, además de carecer de garras. 

La Hallucigenia probablemente los utilizó para agarrar los alimentos u otras partículas y llevarlos a la boca. También se planteó la hipótesis de que servían para fijar su cuerpo a las superficies blandas en donde vivía.

Referencias

  1. Smith, Martin (2011). Fossil Focus – Hallucigenia and the evolution of animal body plans. Palaeontology Online. Recuperado de palaeontologyonline.com.
  2. Becky Ferreira (2015). Massive Spikes, Neck Tentacles, and Two Mouths: Hallucigenia, Everybody. Motherboard. Recuperado de motherboard.vice.com
  3. Martin R. Smith, Javier Ortega-Hernández (2014). Hallucigenia’s onychophoran-like claws and the case for Tactopoda. Recuperado de core.ac.uk.
  4. Burgess shale (2011). Hallucigenia sparsa. Royal Ontario Museum. Recuperado de burgess-shale.rom.on.ca.
  5. Arielle Duhaume-Ross (2015). After 50 years, scientists discover head of the insane Hallucigenia ‘worm’. Recuperado de theverge.com
  6. Stephanie Pappas (2015). 500-Million-Year-Old ‘Smiling’ Worm Rears Its Head. Lives cience. Recuperado de livescience.com.
  7. Cienna Lyon (2015). Paleontology’s Strangest Fossil Finally Explained.The evolution institute. Recuperado de evolution-institute.org.