Medicina

Pentavalente acelular: para qué sirve, dosis, indicaciones, efectos


La pentavalente acelular es una vacuna que inmuniza a quien la recibe contra las enfermedades causadas por el virus de la poliomielitis, el Haemophilus influenzae tipo B, el Coryne­bacterium diphtheriae, el Clostridium tetani y la Bordetella pertussis.

Esta vacuna no contiene células, sino partes de las bacterias, virus o toxinas que contienen los antígenos capaces de inducir, en el organismo en el que se administra, los anticuerpos contra dichas bacterias, virus o toxinas.

Según la OMS se entiende por vacuna “cualquier preparación destinada a generar inmunidad contra una enfermedad estimulando la producción de anticuerpos”. La inmunidad se define como un estado de resistencia natural o adquirido contra algún agente infeccioso o alguna toxina.

Un anticuerpo es una sustancia sintetizada y segregada por los linfocitos (células sanguíneas) para combatir una infección causada por alguna bacteria o virus, o para neutralizar alguna toxina. Estas sustancias son altamente específicas.

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Historia

La historia de las vacunas comienza en el Reino Unido hace aproximadamente unos 200 años. Allí, Edward Jenner observó que algunas mujeres que ordeñaban vacas y que habían sido infectadas por un virus que ocasiona la viruela bovina parecían estar protegidas de la viruela humana.

En 1796, Jenner realizó un experimento: primero raspó el brazo de un niño de 8 años con material de una llaga de viruela bovina tomado de una mujer infectada.

Luego repitió el mismo experimento con el mismo niño, pero esta vez le inoculó material de una pústula de viruela humana. Él esperaba que el procedimiento inmunizara al niño contra la mortal infección de la viruela y, de hecho, lo hizo.

El experimento de Jenner, aunque inmoral, inició la era de las vacunas. Casi 100 años después, el Dr. Louis Pasteur demostró que una enfermedad infecciosa se podía evitar al infectar a los humanos con gérmenes atenuados o debilitados.

En 1885, Pasteur utilizó con éxito una vacuna para prevenir la rabia a un niño que había sido mordido por un perro con rabia. Hacia la mitad del siglo XX, los doctores Jonas Salk y Albert Sabin desarrollaron la vacuna contra la poliomielitis.

La vacuna contra la poliomielitis, denominada también Sabin (oral), ha salvado a un número incontable de niños en todo el mundo contra una enfermedad que con frecuencia deja a los niños en silla de ruedas o utilizando muletas para toda la vida.

¿Para qué sirve?

La vacuna pentavalente acelular protege contra la tos ferina, la difteria, la poliomielitis, el tétano y las enfermedades causadas por el Haemophilus influenzae tipo b como son la meningitis, la epiglotitis, la artritis séptica, la neumonía y la celulitis.

Enfermedades causadas por Haemophilus influenzae tipo B

Haemophilus influenzae tipo B o Hib es una bacteria que se descubrió en 1892 en un grupo de pacientes durante un brote de influenza, antes de que se descubriera que la gripe (influenza) era causada por un virus. Por tanto, en la época se pensó que era causado por el Hib, de ahí lo confuso del nombre.

El Haemophilus influenzae tipo B puede provocar enfermedades invasivas severas en niños peque­ños. Entre estas se incluyen la meningitis, neumonías, artritis séptica (infecciones articulares), epiglotitis (infección e inflamación de la epiglotis que puede provocar cierre de la tráquea) y celulitis (infección de la piel).

Esta bacteria es transmitida por portadores sanos o por personas enfermas por contacto cercano a través de gotas de saliva que salen con la tos. La bacteria no sobrevive en el medio ambiente.

Difteria

Corynebacterium diphtheriae es la bacteria que produce la difteria, una enfermedad muy contagiosa que se transmite a través de las gotas saliva o gotas de “flügge” que se emiten con la tos o los estornudos de una persona infectada o de un portador sano.

La difteria afecta principalmente la nariz y la garganta y en estas zonas genera una seudomembrana grisácea o negruzca, fibrosa y dura que cubre la zona infectada y que puede generar obstrucciones de las vías respiratorias.

La bacteria también produce una serie de toxinas que pueden causar daños importantes en diversos órganos como parálisis de los nervios craneales y miocarditis (inflamación del miocardio o músculo cardíaco).

Tétano

El tétano es una enfermedad infecciosa provocada por una bacteria anaeróbica, Clostridium tetani. Esta bacteria produce una neurotoxina llamada toxina tetánica, que altera la función del sistema nervioso central generando contracciones musculares o espasmos dolorosos.

Estas contracciones se inician en la mandíbula con trismo y luego en los músculos del cuello y de la pared dorsal en la zona torácica y lumbar. Esto causa una posición arqueada característica. También puede provocar problemas para respirar y para deglutir (tragar), irritabilidad, fiebre, entre otras.

La bacteria vive en el suelo, en las heces y en la boca de los animales. Puede permanecer inactiva por décadas en forma de esporas que pueden activarse al contacto con heridas abiertas y así generar la infección.

Era una causa de muerte frecuente para la madre y su recién nacido por transmitirse en el parto sin condiciones higiénicas.

Bordetella pertussis

La bacteria Bordetella pertussis es el agente causal de la tos ferina. Los chinos la llaman “tos de los 100 días”. Es una enfermedad infecciosa bacteriana muy contagiosa que ocasiona ataques intensos de tos que pueden causar dificultad respiratoria.

Los ataques de tos pueden acompañarse de vómitos y coloración roja o azulada del rostro. La enfermedad dura entre 6 y 10 semanas.

Poliomielitis

La poliomielitis o parálisis infantil es una enfermedad contagiosa causada por un virus. Se han identificado tres virus de la poliomielitis que se denominan virus I, II y III. Es una enfermedad que comienza con malestar general, dolor de cabeza y rigidez cervical y dorsal.

En los casos graves produce parálisis de los músculos voluntarios, preferentemente de los miembros inferiores. Cuando la poliomielitis afecta el bulbo raquídeo su mortalidad alcanza hasta el 60% de los pacientes infectados.

Esta enfermedad ocurre en todo el mundo, pero la vacunación masiva ha disminuido considerablemente la casuística. Muchos países no registran casos desde hace por lo menos una década. La pentavalente incluye antígenos de los tres tipos de virus.

Dosis

Normalmente, el esquema básico de vacunación en los niños consta de cuatro dosis administradas por vía intramuscular en el muslo derecho (para menores de 18 meses) o en el deltoides izquierdo (para mayores de 18 meses), siempre que exista suficiente desarrollo muscular.

La primera dosis se administra a los 2 meses, luego a los 4 y a los 6 meses la tercera dosis. A los 18 meses se coloca otra dosis y a los 6 años se coloca un refuerzo. En los adultos que no han sido vacunados se colocan tres dosis.

Indicaciones

Se utiliza para la prevención del tétano, poliomielitis, difteria, tosferina y enfermedades severas producidas por Haemophilus influenzae tipo B. Como vacuna pentavalente está indicada para niños menores de 7 años.

Efectos adversos

Las vacunas pueden ocasionar efectos secundarios igual que cualquier medicamento. Una reacción adversa para una vacuna es un efecto secundario que resulta de la colocación de dicha vacuna.

La mayor parte de los efectos secundarios de la vacunación son leves. Puede aparecer malestar, hinchazón o enrojecimiento en el sitio de la inyección. Algunas veces se presenta fiebre, erupciones en la piel y dolor local.

Los efectos adversos graves son poco comunes, pero pueden incluir reacciones alérgicas severas o convulsiones que ponen la vida en riesgo.

Contraindicaciones

No deben vacunarse:

– Pacientes que han presentado reacciones alérgicas a la vacuna.

– Casos de pacientes con enfermedad neurológica activa.

– Fiebre en el momento en que se va a colocar la vacuna o algún proceso infeccioso con fiebre alrededor de 40 grados en los días previos a la vacunación.

– Pacientes con inmunodeficiencia congénita o adquirida o al que se le esté administrando tratamiento inmunosupresor tal como esteroides o radioterapia. Esto puede disminuir la respuesta inmunológica ante la vacuna. En caso de tratamientos de corta duración se debe posponer la colocación de la vacuna para asegurar una buena respuesta inmunológica.

Referencias

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