Psicología

Psicología inversa


La psicología inversa consiste en persuadir a una persona para que haga algo pidiéndole que haga lo contrario. Por ejemplo, se le dice a un niño desobediente que no ordene su cuarto con la intención de que lo ordene.

Esta técnica se basa en el fenómeno psicológico de la reactancia, en la que una persona se niega a ser persuadida y elige la opción contraria a la que se le sugiere. Se suele utilizar en niños debido a su tendencia a responder con reactancia, un deseo de restaurar la libertad de acción.

Otro ejemplo: un padre que sugiere a su hijo adolescente que es tacaño porque no compra a su hermana un regalo de cumpleaños. El chico reacciona comprándole un regalo bastante bonito. Otro ejemplo sería cuando un chico tímido comienza a hablar con chicas cuando le sugieren que no está interesado en ellas.

Principios psicológicos

Si bien es cierto que algunos de los comportamientos negativistas de los niños pueden ser influenciados por las órdenes que se les da, la psicología inversa no se basa en estos principios.

El éxito de la psicología inversa radica en lo que se conoce como resistencia psicológica, es decir, en la dificultad que ponemos a hacer algo que nos es impuesto o que nos mandan, y que interfiere en nuestra autonomía o libertad.

De este modo, si utilizamos la psicología inversa y cambiamos el contenido del mensaje y el estilo comunicativo, la persona puede modificar su actitud ante la conducta latente que debe o que no debe realizar.

Cabe destacar que esta técnica no funciona siempre ni debe utilizarse ante cualquier situación, ya que incluso puede ocasionar efectos negativos. Así mismo, puede resultar algo criticable por tratarse de una técnica que puede involucrar cierta manipulación.

No obstante, mucha gente lo utiliza hoy en día tanto con niño como con adultos, y puede resultar una estrategia comunicativa eficaz si se realiza de una forma adecuada.

¿Cómo aplicar la psicología inversa?

A continuación comentamos 8 pasos a realizar que se deben tener muy en cuenta si se quiere aplicar la psicología inversa de una forma adecuada.

Analiza la persona a quien se lo realizarás

Utilizar la psicología inversa implica una serie de riesgos por lo que previamente a hacerlo es importante que analices la persona a quien se lo aplicarás. Y es que antes de utilizar la psicología inversa tienes que tener muy claro que el uso de esta técnica no ofrece una doble oportunidad.

Por ejemplo, si cuando le dices a tu hijo que estudie para el examen y él no te hace caso, decides utilizar la psicología inversa y decirle que no estudie, ya no podrás desdecirte de lo que le acabas de decir, por lo que tendrás que mantener el mensaje de que no estudie.

Evidentemente, si aplicas esta estrategia en un caso en el que no es adecuado hacerlo, lo que conseguirás es que tu hijo tenga más motivos para no estudiar y deje de tener un estímulo que le incite a hacerlo.

Por este motivo, es importante que analices bien la persona a quien le quieres aplicar la psicología inversa e intentes averiguar si le podría funcionar o no.

¿Cuáles son sus motivos para no hacerte caso? ¿Puede sentir que la realización de la tarea que tiene que hacer se le está siendo impuesta y ve cortada su autonomía o libertad? ¿Podría ser este el motivo por el cual se niegue a hacerlo?

Todas estas preguntas te las tienes que hacer de forma previa a la utilización de la psicología inversa.

Antes de utilizar la psicología inversa tienes que asegurarte de que el hecho por el que la persona se niega a hacer una conducta determinada está motivado por la dificultad que ponemos las personas a hacer algo que nos es impuesto.

Analiza tu relación con ella

Una vez nos hayamos asegurado de que existe una cierta resistencia psicológica en los motivos por los cuales la persona se niega a hacer una actividad determinada, tienes que analizar la relación que tienes tú con esa persona.

Este hecho es importante ya que no podemos aislar la psicología inversa de la relación que tengamos con una persona determinada. De este modo, en el momento que empezamos a realizarla la relación entre ambos se verá afectada.

Para hacerlo, es útil que analices qué patrón de comportamiento tiene la persona en cuestión contigo mismo.

Si denotas que esa persona tiene tendencia a llevarte la contraria en todo y tiende a asociar lo que le dices con obligaciones, directrices y mandamientos, y por lo tanto en la creación de una barrera psicológica, podría ser adecuado utilizar la psicología inversa.

Este hecho sucede muy a menudo con niños y adolescentes, los cuales adoptan un estilo comunicativo con sus padres en los que cualquier mensaje es interpretado como una restricción de su autonomía y libertad.

Así pues, ante relaciones de este tipo, la psicología inversa puede tener resultado al cambiar el marco de relación, y trasladar la responsabilidad y el poder de decisión al adolescente que se niega a ser gobernado y a que los demás decidan por él.

Sin embargo, este análisis no es tan sencillo. Como hemos dicho, la psicología inversa no tiene marcha atrás, por lo que en el momento que empieces a utilizarla no podrás desdecirte de ella.

Así pues, tienes que analizar adecuadamente si la persona (sea niño o no) a quien se lo vayas aplicar reúne unos requisitos mínimos en los que confiar para poder traspasarle el poder de decisión.

Analiza la conducta

Finalmente, debes analizar cuál es la conducta que pretendes modificar a través de la psicología inversa y todo lo que le rodea.

¿Si le doy a la persona la posibilidad de que sea ella quien decida optará por elegir la conducta adecuada? Para poder responder esta pregunta deben analizarse varias, cosas.

Las primeras son las dos que ya hemos comentado anteriormente, pero la tercera es asegurarte de que no existan otras personas que también puedan actuar como barrera psicológica.

De este modo, si decides decirle a tu hijo que no estudie para que sea él quien decida hacerlo, debes asegurarte de que no existan otras personas como familiares, profesores o compañeros que le sigan diciendo que debe estudiar.

Si esto sucede, seguramente el niño siga teniendo barrera psicológica por lo que respecta la conducta a cambiar, y al utilizar la psicología inversa lo único que conseguirás será reducir el número de personas que le molestan al decirle que estudie.

Di lo contrario de lo que piensas de una forma congruente

Una vez tengas los tres puntos anteriores bien analizados, ya puede aplicar la psicología inversa, es decir, ya puedes decir lo contrario de lo que piensas.

Sin embargo, tienes que decirlo de una forma congruente, de tal manera que la otra persona perciba tu mensaje como verdadero y firme.

De este modo, si le dices a tu hijo que no estudie, tienes que hacerlo de una forma seria y creíble, de tal modo que el niño piense realmente que tu mensaje va en serio y que estás dejando de obligarle a estudiar.

Vigilia tu estilo comunicativo

Otro aspecto muy importante es el estilo comunicativo con el que se expresa el contenido de la psicología inversa. De nada sirven los comentarios “pues muy bien, no estudies” con tono despectivo, de enfado y reproche.

El objetivo no tiene que ser decirle que no estudie pero expresando que tú sigues obligándolo a hacerlo, sino que tienes que expresar la idea de una forma tranquila y firme para que él se dé cuenta de que a partir de ahora las decisiones respecto a ese tema serán sólo suyas.

Evita la discusión

Otro aspecto muy relacionado al punto anterior es el hecho de evitar cualquier discusión al respecto. Cuando decides aplicar la psicología inversa tienes que cumplir dos objetivos para que esta sea eficaz.

El primero consiste en que la persona a quien se le apliques deje de ver cortada su liberta de decisión respecto a una conducta determinada y la segunda consiste en conseguir que esta conducta deje de ser un tema de conflicto y discusión.

Reafirma tu decisión

Una vez hayas aplicado la psicología inversa tienes que mantenerte firme en tu decisión para que esta pueda causar efecto. Suele ser necesario que después de expresar el mensaje, lo repitas en otras ocasiones para reafirmar tu postura.

Así mismo, es importante que sigas manteniendo el mismo estilo comunicativo cuando expreses estas ideas.

Por lo tanto, no debes utilizar el mensaje de la psicología inversa de la misma forma que utilizabas el mensaje “original”. Es decir, no le repitas constantemente el mensaje “no estudies” como sustituto del mensaje “estudia”.

Sé congruente

Para finalizar, el aspecto más importante para que el mensaje de psicología inversa sea eficaz es que mantengas una postura totalmente congruente respecto a ella.

Este hecho implica que no debes ser coherente sólo con el mensaje, diciendo siempre lo mismo, sino que debes serlo sobre todo con tu actitud respecto al tema.

El objetivo consiste en brindarle a la persona una marco diferente al anterior en el que no vea cortada su capacidad de decisión y en el que pueda tomar sus resoluciones de forma autónoma y con el apoyo de otras personas.

Así pues, del mismo modo que Frankl utilizaba el motivo que encontraba el paciente para no vivir como parte del tratamiento, tú puedes utilizar los motivos que encuentre tu hijo de implicarse en algún tema escolar para motivarle a estudiar.

Referencias

  1. Hamilton, G.G.; Woolsey Biggart, N. (1985). Why People Obey. Theoretical Observations on Power and Obedience in Complex Organizations. Sociological Perspectives (núm. 28, vol. 1, pàg. 3-28).
  2. Sherif, M. (1936). La formación de las normas sociales. El paradigma experimental”. A: H. Proshansky; B. Seidenberg (ed.) (1965). Estudios básicos de Psicología Social. Madrid: Tecnos.
  3. Turner, J.C. (1987). El análisis de la influencia social. A: J.C. Turner (ed.) Redescubrir el grupo social. Madrid: Morata, 1990.