Zoótropo: historia, cómo funciona, cómo hacer uno casero
El zoótropo es una máquina estroboscópica (instrumento que permite ver un objeto como si estuviese desplazándose) fabricada en 1834. Está compuesta por una especie de tambor que posee unos cortes por los que el espectador puede observar una serie de dibujos superpuestos en tiras que, cuando giran, generan sensación de movimiento.
Esta máquina tiene influencias notorias del fenaquistiscopio; sin embargo, el zoótropo se diferencia de este porque permite que varias personas puedan contemplar la misma figura en movimiento de manera simultánea (el fenaquistiscopio solo puede ser empleado por un único individuo).
El nombre original del zoótropo fue daedaleum, ya que se le asociaba con las creaciones del arquitecto griego Dédalo, de quien se presume que logró crear imágenes con movimiento de animales y personas. Al zoótropo también se le conoció con otros nombres más populares, como por ejemplo “tambor mágico”, “rueda del diablo” o “rueda de la vida”.
Este invento no solo fue un juguete muy popular a mediados del siglo XIX, sino que también trajo como consecuencia una serie de avances tecnológicos que sirvieron de inspiración para el cine. Esto se debe a que esta invención mantiene el mismo principio: se trata de una sucesión de objetos o imágenes que narran una historia a través del movimiento.
Índice del artículo
- 1 Historia: ¿quién lo inventó?
- 2 ¿Cómo funciona?
- 3 Cómo hacer un zoótropo casero: materiales
- 4 Referencias
Basándonos en la mayoría de las fuentes disponibles, se puede establecer que el creador del zoótropo fue William George Horner, un matemático inglés. No obstante, algunos arqueólogos e historiadores han encontrado ciertos artefactos antiguos que pueden considerarse versiones primerizas de este juguete.
Por ejemplo, en Irán se encontró un bol que podría ser un predecesor del zoótropo. Dicho bol fue fabricado en cerámica y tiene unos cinco mil años de antigüedad.
Se trata de un artefacto decorado con un conjunto de pinturas de una cabra que salta hacia un arbusto y se alimenta de hojas. La manera en la que están distribuidas estas imágenes le hace creer a los arqueólogos que, si la cerámica girara con rapidez, se podría percibir movimiento.
Actualmente, todavía se desconoce si quien construyó y moldeó este bol tuvo la intención de otorgarle a las imágenes una sensación de movimiento.
Cuando se fabricaron los primeros zoótropos estos debían ser activados por los usuarios, quienes tenían que hacer rotar con sus propias manos al tambor.
No obstante, con el desarrollo tecnológico de principios del siglo XX se logró que el zoótropo se activara a través de una cuerda que era movilizada por una manija ubicada a los costados del artefacto.
El zoótropo es un cilindro móvil que tiene la capacidad de girar sobre su propio eje; además, consta de una serie de ranuras a lo largo de todo su cuerpo. En el interior de este cilindro o tambor se colocan unas imágenes que están superpuestas en una tira.
Generalmente, se trata de imágenes que mantienen una secuencia o están relacionadas unas con las otras. De esta manera se garantiza la ilusión de movimiento o desplazamiento de los objetos dentro del tambor.
Cuando el cilindro comienza a girar, los espectadores perciben una sensación de movimiento a través de las ranuras debido a la persistencia de la retina humana: esta vincula las imágenes que contempla convirtiéndolas en una sola.
Para fabricar un zoótropo, en primer lugar se debe contar con papel acartonado de color negro, que será utilizado como borde del tambor y al que se le abrirán posteriormente las ranuras. También se debe tener a la mano papel blanco, rotulador (preferible de color negro), cinta adhesiva de tipo grueso y tijeras.
Además, se puede usar un cuchillo de manualidades o un cúter para que los cortes se realicen con mayor precisión; también será necesario un tornillo (solo para ser usado como referencia del diámetro) y una caja de borde circular que cuente con una parte superior o una tapa. Para propiciar el movimiento se puede utilizar una cuenca de cristal o una metra.
En primer lugar se deben cortar algunas piezas de la cinta adhesiva en forma rectangular; cada una de las piezas debe medir entre 3 o 4 centímetros.
Después de esto se realiza un agujero en el fondo de la tapa de la caja circular. Este orificio debe ser más grande que el diámetro del tornillo que se ha seleccionado; además, el agujero debe estar centrado.
Posteriormente se pega la cinta adhesiva encima del agujero en la parte exterior, para luego ser cortada de manera radial en la parte interior. A continuación se coloca una cuenca de cristal en el orificio donde quedó cortada la cinta adhesiva; es decir, en la parte interior.
La cuenca debe sobresalir un poco del borde de la caja, por lo que la cinta se abrirá levemente. Los pedazos que sobren de la cinta deben ser retirados con una tijera.
Luego se trazan las imágenes en una tira de papel blanco, que debe ser del mismo largo de la circunferencia de la caja. Es decir, la tira debe rodear el interior de la caja sin que falte o sobre papel blanco.
Culminado el paso anterior, se toma la cartulina o papel negro y se le recorta una cinta; esta debe llevar las rendijas por las que se visualizarán las imágenes.
Dicha tira debe ser un poco más pequeña que la caja o contenedor. Además, se debe procurar que exista simetría en la distancia de las ranuras (estas deben estar separadas dependiendo de la cantidad de imágenes).
La cinta o tira negra debe situarse alrededor del interior de la caja, por lo que se debe visualizar como una especie de corona. En medio de esta debe permanecer la cuenca que fue anteriormente colocada.
Ahora se debe introducir la cinta de las imágenes en el interior de la tira negra. Las ranuras se deben contemplar por encima de la tira blanca y las imágenes deben estar debajo de las rendijas.
Finalmente, ya se puede hacer girar el zoótropo: este se moverá gracias a la cuenca de cristal. Para poder disfrutar del efecto animado se debe mirar a través de las rendijas cortadas en el papel negro. El giro de la caja debe ser similar al de una peonza.
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