Hueso alveolar: características, histología, funciones
¿Qué es el hueso alveolar?
El huesoalveolar es uno de los tres tipos de tejidos que sostiene los dientes en el hueso maxilar o mandibular. Los otros dos tipos de tejidos que comparten esa función junto con el hueso alveolar son el cemento y el ligamento periodontal. Este hueso se forma con el diente, lo sostiene y desaparece al perderse este. Por ello, se dice de esta estructura que es “odonto dependiente”.
El hueso alveolar se encuentra ubicado en una estructura de los huesos maxilares (superior e inferior) que se denomina “proceso alveolar” o “alveolo”. El alveolo es el compartimento óseo que aloja la raíz del diente, una continuación ósea de la mandíbula o del maxilar que forma una cavidad cónica.
El alveolo es, entonces, la cavidad cónica donde se aloja la raíz del diente dentro del maxilar. El alveolo está formado por tres regiones óseas que, de adentro hacia afuera, son: las placas corticales, el hueso esponjoso y el hueso alveolar propiamente dicho, cuya forma semeja la raíz suspendida en él.
El hueso alveolar está perforado y a través de esas perforaciones pasan las ramas de las arterias nutricias que pasan de la esponjosa al ligamento periodontal; también pasan las venas, los vasos linfáticos y las fibras nerviosas. Estas perforaciones reciben el nombre de conductos de Volkmann.
El hueso alveolar, que limita directamente al alveolo, junto con el ligamento periodontal y el cemento, es lo que se conoce con el nombre de “articulación alveolo dentaria” o “aparato de fijación del diente”.
El hueso cortical, cercano al ligamento periodontal o hueso alveolar propiamente dicho, se observa radiológicamente como una línea densa blanca alineada con una línea oscura, correspondiente al ligamento periodontal.
Características del hueso alveolar
El hueso alveolar forma parte de los huesos maxilares, tanto del superior como del inferior. Junto con el cemento y el ligamento periodontal, forma parte del periodonto de inserción.
Los huesos maxilares están constituidos por dos partes:a) la porción basal o cuerpo del maxilar o del hueso mandibular b) y los llamados procesos alveolares. Después de perder un diente o después de una extracción, este hueso, que compone los procesos alveolares, se va reabsorbiendo y desaparece.
En los procesos alveolares, los bordes alveolares forman las paredes de los alvéolos y siguen la curvatura de la cavidad cónica que se ajusta a la curvatura de los arcos dentarios. Los alvéolos pueden ser simples o compuestos, dependiendo de la presencia o no de tabiques internos o interradiculares.
Si el diente tiene una sola raíz, el alveolo que lo aloja es simple y no tiene tabiques interradiculares. Si el diente tiene dos o más raíces, el alveolo tendrá varios tabiques, dependiendo del número de raíces. Entre un alveolo dentario y otro existe un tabique que se denomina “tabique interdentario”; estos tabiques están formados por hueso alveolar.
En respuesta a las demandas funcionales, el hueso alveolar se renueva constantemente, proceso que recibe el nombre de remodelación ósea. Este hueso alveolar tiene un periodo de recambio de 45 días. Durante este proceso, las trabéculas óseas son continuamente resorbidas y reformadas y la masa de hueso cortical se disuelve y se reemplaza por hueso nuevo.
Durante la degradación del hueso cortical se forman conductos de resorción por la proliferación de vasos sanguíneos. Esos conductos, que en el centro contienen un vaso sanguíneo, son rellenados más tarde con hueso nuevo por la formación de laminillas dispuestas en capas concéntricas en torno del vaso sanguíneo.
Histología
El hueso alveolar es la parte del maxilar superior e inferior que soporta los dientes. Consiste en dos placas de hueso cortical compacto separadas por una capa de hueso esponjoso. En algunas zonas el hueso alveolar es muy delgado y no presenta hueso esponjoso.
Los espacios entre las trabéculas del hueso esponjoso están llenos de médula ósea que es, en etapas tempranas de la vida, un tejido hematopoyético, pero que más tarde es reemplazado por tejido graso. La forma y la estructura de las trabéculas es un reflejo de los requerimientos de soporte de tensión de la zona.
La superficie de la parte inorgánica del hueso está tapizada por osteoblastos, que son responsables de la formación del hueso. Aquellos que van quedando incorporados en el mineral óseo reciben el nombre de osteocitos, manteniendo contactos unos con otros a través de los canalículos. Los osteoclastos son los responsables de resorción ósea.
Lámina compacta o lámina dura
La lámina compacta o lámina dura del hueso alveolar se forma a partir de dos fuentes:
- El tejido periodontal.
- El tejido medular.
La que se genera a partir del ligamento periodontal crece por aposición a partir de regiones osteogénicas del ligamento periodontal. La que procede de la médula se forma a expensas de los osteoblastos del tejido medular adyacente.
La lámina dura está constituida por laminillas que corren paralelas a la superficie alveolar y atravesadas por numerosas fibras procedentes del ligamento periodontal. Estas fibras reciben el nombre de fibras de Sharpey. Cada fibra se acompaña de una arteriola y una o más fibras nerviosas.
El hueso es un tejido dinámico que continuamente se está formando y resorbiendo de acuerdo con los requerimientos funcionales. Además de responder a las necesidades locales, el metabolismo del hueso está bajo el control hormonal.
Funciones
El hueso alveolar cumple varias funciones, entre ellas se pueden nombrar las siguientes:
– Alojar y sostener a los dientes incrustados en cada alveolo y fijarlo por medio del cemento y del ligamento periodontal al hueso compacto o hueso alveolar propio.
– Fijar los tejidos de revestimiento.
– Sujetar a los dientes durante las acciones de masticación, fonación y deglución de los alimentos. Disipa las fuerzas generadas por estas acciones.
– Protege a los nervios y a los vasos.
– Al contener calcio y otras sales minerales funciona como un reservorio para las mismas sobre todo para el calcio.
– En la infancia, la médula ósea del hueso esponjoso alveolar participa en las actividades hematopoyéticas participando en la formación de células sanguíneas que se suministran al torrente circulatorio y que sirven a todo el organismo.
Referencias
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