Historia

Papel económico de Iglesia y fortunas mineras en Nueva España


El papel económico de la Iglesia y las grandes fortunas mineras y comerciales marcaron un hito en la consolidación del virreinato de Nueva España, debido a su trascendencia en el auge de la región. Desde la Conquista, la Corona española concedió a las órdenes religiosas un rol fundamental.

Estas eran actuaban de forma directa en el proceso de transculturización de los nativos mexicanos y en la asignación de terrenos para su administración y cuidado. Por su parte, la minería y el comercio repuntaron como las dos actividades económicas de mayor envergadura en toda la región.

Las minas de Zacatecas, Guanajuato, Pachuca y Real del Monte daban a la Corona oro, plata, hierro, cuarzo, zinc, mercurio, cobre y otros recursos no metálicos.

A su vez, el crecimiento de la población hizo necesario suplir requerimientos alimenticios, por lo que el comercio interno se extendió a través de la construcción de los caminos reales.

Índice del artículo

Papel económico de la Iglesia y las grandes fortunas mineras y comerciales en Nueva España

La Iglesia, como institución, prosperó paulatinamente en el virreinato. El proceso de cristianización abrió las puertas para afianzar la legitimidad del poder de la Corona sobre los nativos mexicanos.

Por ende, la Iglesia católica jugó un rol fundamental durante todo el proceso de colonización, y la posterior consolidación económica de Nueva España.

Cristianización de los indígenas nativos

El proceso de cristianización de los indígenas mexicanos fue uno de los más importantes cimientos de la Conquista española en la región.

El poder ejercido por los reyes católicos solo sería legítimo en el territorio conquistado si los habitantes de la zona reconocían el concepto espiritual que había detrás de esta investidura.

Así, se instauró (y se aceptó) la figura del rey como impartidor de justicia, y los indígenas y sus antiguos señoríos quedaron a merced de un nuevo marco jurídico y normativo, al cual debieron ceñirse rápidamente.

Manejo del poder económico de la Iglesia

La Iglesia secular dirigida por los obispos, la cual figuraba como mentora de los reyes católicos en lo referente a la preservación de la fe, adquiría cada vez más poder en el virreinato.

Luego de cristianizar a los indígenas, el clero se avocó hacia la atención de los colonos españoles más poderosos del virreinato. Sucesivamente, estos feligreses correspondieron transfiriendo una buena porción de sus bienes a la Iglesia.

Así, a principios del siglo XVIII, la Iglesia manejaba la administración de más del 50 % de las haciendas de Nueva España, y aproximadamente un 60 % del activo circulante de la Corona española en el virreinato eran fondos provenientes de la Iglesia.

Las haciendas regidas por el clero se destacaron por su extraordinaria administración, y la producción eficiente con base en el cuidado de las condiciones climáticas óptimas para cada producto.

A su vez, la Iglesia utilizó los fondos obtenidos de la producción y las haciendas, así como las donaciones de las personas más influyentes de la región, para construir nuevos conventos y santuarios en el virreinato.

Simultáneamente, la Iglesia también invirtió en nuevas propiedades, tales como haciendas y edificios urbanos. Además, esta institución se consolidó como prestamista de los mineros y comerciantes más acaudalados de Nueva España.

Reformas borbónicas

Sin embargo, las reformas borbónicas dictadas en 1713 afectaron considerablemente  las libertades económicas de la Iglesia, ya que estas medidas estaban orientadas hacia el control total del virreinato en el ámbito económico, político y social.

En 1767 la Iglesia católica expulsó de todos los territorios españoles a la orden de los jesuitas, quienes fueron reemplazados por misioneros franciscanos.

En este caso, las órdenes mendicantes (Santo Domingo, San Francisco, San Agustín, entre otros) sufrieron una afectación considerable en el gremio. Sin embargo, el clero secular hacía grandes esfuerzos por mantenerse en el poder.

La fortuna minera en el virreinato de Nueva España

El auge de la actividad minera ocurrió a partir de la segunda mitad del siglo XVII y fue en ascenso considerablemente luego de las reformas borbónicas.

Gracias a ello, las autoridades virreinales impulsaron considerablemente la explosión de minerales en toda Nueva España. La monarquía absoluta borbónica absolvió a la industria minera del pago de impuestos por la explotación de todo tipo de vetas en Nueva España.

En consecuencia, el virreinato tuvo un considerable aumento en las actividades del comercio exterior, especialmente enfocado en la exportación de metales y piedras preciosas, para suplir exclusivamente los requerimientos de España.

La actividad minera tuvo un repunte importante en sus tres principales minas, las cuales se detallan a continuación.

Las minas de Zacatecas

Zacatecas era una de las zonas con mayor explotación minera en toda Nueva España. Sus tierras eran ricas en oro, plata, cobre, mercurio, zinc, cobre, hierro, cadmio, plomo y bismuto, entre otros minerales.

Según fuentes oficiales, entre los años 1548 y 1867 de las minas de plata de Alvarado se extrajo en metales el equivalente a 800 millones de dólares.

Las minas de Guanajuato

La mina más importante de Guanajuato fue la mina de la Valenciana, descubierta en 1548, la cual cuenta con significativos yacimientos de plata.

Aunado a esta, existían varias minas a lo largo y ancho de todo el estado. Los principales minerales extraídos de las minas de Guanajuato fueron: oro, plata, sílice, fluorita y feldespato.

Las minas de Pachuca y Real del Monte

Gran parte de las minas de Pachuca fueron descubiertas en la década de 1550. Alonso Rodríguez de Salgado, quien era el pastor principal de una pequeña estancia ganadera,  lideró este proceso.

De igual manera, las minas de Real del Monte, propiedad del adinerado y poderoso conde Pedro Romero de Terreros, fueron conocidas por la extracción de importantes volúmenes de minerales.

El conde Romero de Terreros contaba con haciendas, salinas e incluso una flota marítima, todos esos recursos dedicados a optimizar el proceso de extracción de las minas de Real del Monte.

La fortuna comercial en el virreinato de Nueva España

A finales del siglo XVIII la Corona española autorizó la apertura de puertos marítimos en Yucatán y en Campeche, además de promover el libre comercio. 

El dominio comercial más significativo del virreinato fue el ejercido por los representantes del consulado de la ciudad de México.

Este ente era el encargado de controlar las rutas de circulación del comercio interno. Además, el consulado de la ciudad de México también regía el monopolio del comercio externo.

Por su parte, las reformas borbónicas implicaron para el resto de los comerciantes, burgueses españoles y hacendados en general, la cancelación de importantes sumas de dinero en impuestos con la finalidad de sopesar la exoneración del pago de impuestos de la cual gozaba la industria minera.

Referencias

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  3. Mayer, E. (2012). Spain in the Americas. Recuperado de: emayzine.com
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  6. Wikipedia, La Enciclopedia Libre (2017). Consolidación de Nueva España. Recuperado de: es.wikipedia.org
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