Neuropsicología

Feromonas: qué son, tipos


¿Qué son las feromonas?

Las feromonas son sustancias químicas producidas por el organismo para generar comportamientos específicos en individuos de la misma especie. Su existencia ha sido demostrada en animales, pero no del todo en la especie humana, y por ello se continúan las investigaciones.

La palabra “feromona” viene de la palabra griega pherein, que significa llevar o soportar. Esto tiene sentido, ya que las feromonas llevan información consigo. Estas sustancias han sido descritas algunas veces como agentes que alteran el comportamiento.  

Estas sustancias pueden ser secretadas para originar muchos tipos de conductas, como la de crear lazos afectivos entre una madre y su bebé y la excitación sexual.

Se cree que la primera feromona animal fue identificada en 1953 y se denominó bombicol. Esta feromona es secretada por las polillas hembra para atraer a los machos. La señal de esta feromona puede atravesar largas distancias, incluso en concentraciones muy bajas.

Los humanos y otros animales tienen un sistema olfativo diseñado para detectar y discriminar entre miles de compuestos químicos. Existe la creencia de que las feromonas son secretadas por glándulas axilares llamadas “glándulas apocrinas”, que crean un medio nutricional para las bacterias.

Tipos de feromonas

Existen dos tipos principales de feromonas: las liberadoras y las imprimadoras. Algunos científicos han propuesto un tercer y un cuarto grupo de feromonas: las señalizadoras y las moduladoras.

Feromonas liberadoras

Provocan una respuesta inmediata y están normalmente ligadas a la atracción sexual. Las hormigas producen este tipo de hormonas para notificar a otras hormigas y comunicarles que han encontrado comida.

De esta forma, las hormigas del grupo saben cuándo volver al nido para comer. Cuando la comida se acaba, las hormigas producen una feromona distinta que hace saber a las demás del grupo que necesitan buscar más.

Feromonas imprimadoras

Este tipo de feromonas tardan más en obtener una respuesta. Pueden, por ejemplo, influir en el desarrollo de la fisiología de la reproducción, incluyendo los ciclos menstruales en mujeres, la pubertad y tener éxito o no en quedarse embarazada.

También pueden alterar los niveles hormonales. En algunos mamíferos, se ha visto que las hembras que se habían quedado preñadas y eran expuestas a este tipo de feromonas de otro macho, podían abortar espontáneamente el feto.

Feromonas señalizadoras

Proporcionan información. Pueden ayudar a la madre a reconocer a su recién nacido por el olor (los padres no pueden hacer esto).

Feromonas moduladoras

Pueden alterar o sincronizar funciones corporales y normalmente se encuentran en el sudor. Este es el tipo de feromona que altera los ciclos menstruales femeninos.

¿Tienen feromonas los seres humanos?

Según muchas páginas webs que prometen que conseguirás todas las conquistas amorosas que te propongas si compras sus pastillas, las feromonas humanas existen.

Sin embargo, hay muchos estudios científicos más controlados que no han conseguido reunir evidencias convincentes acerca de la existencia en humanos de estas sustancias, o han llegado a diferentes conclusiones al respecto.

Gustav Jäger (1832-1917), un doctor alemán, fue el primer científico en presentar la idea de las feromonas humanas, y las llamó antropinas. Afirmó que eran compuestos asociados a la piel y los folículos que marcaban la firma individual de los olores de cada individuo humano.

Efectos de las feromonas en los seres humanos

A continuación, hablaremos acerca de los resultados de algunas investigaciones que estudian los efectos de las feromonas en los seres humanos.

La sincronización del ciclo menstrual femenino

Este es uno de los resultados más conocidos de la acción de las feromonas. Algunos investigadores de la Universidad de Chicago afirmaron que habían conseguido sincronizar los ciclos menstruales de un grupo de mujeres siguiendo señales olorosas inconscientes.

Cuando se expuso al grupo de mujeres al olor del sudor de otras mujeres, sus ciclos menstruales se aceleraron o ralentizaron, dependiendo de por dónde anduviera el ciclo menstrual de las mujeres de las que se había extraído el sudor: antes o después de la ovulación. Sin embargo, análisis más recientes de este estudio y la metodología con la que se llevó a cabo cuestionan su validez.

Las feromonas masculinas también afectan al ciclo menstrual femenino, acelerándolo e incrementando la fertilidad. Cutler y Preti, del Centro de Sensaciones Químicas de Monell, en Filadelfia, dicen que su investigación habla de lo importante que es la presencia de la “esencia” de los hombres (ahora llamada “feromonas”) para la biología de la mujer.

Encontraron que tener sexo de forma regular disminuye los problemas de fertilidad en las mujeres, regula los ciclos menstruales y se correlaciona con una menopausia más suave.

Efectos en el estado de ánimo

Los efectos de las feromonas en el estado de ánimo tampoco son muy concluyentes. Esto es, al menos, parcialmente debido a que el estado de ánimo tiene un componente subjetivo mayor que, por ejemplo, la activación fisiológica o los niveles de ciertas hormonas en sangre, lo cual lo hace más difícil de medir e identificar.

Denise Chen, por ejemplo, descubrió que los estados de ánimo podían ser comunicados mediante compuestos químicos encontrados en el sudor axilar. Se recogió el sudor de hombres y mujeres mientras veían un vídeo divertido o uno que daba miedo, para reconocerlo después.

Las mujeres diferenciaron con éxito las botellas que tenían sudor de las personas que habían visto el vídeo divertido de aquellas que habían visto el vídeo de terror.

Los hombres consiguieron hacer la distinción de forma significativamente acertada (pero de las feromonas “felices”) solo cuando el sudor procedía de mujeres. Las feromonas asustadas fueron bien identificadas tanto por hombres como mujeres solo cuando procedían del sudor de hombres.

Odile Jacob encontró que se aumentaba la activación fisiológica, pero solo vio un aumento positivo del estado de ánimo y una excitación incrementada en mujeres cuando el que administraba el test era un hombre.

Los hombres no se vieron afectados por el sexo del examinador, pero se vio en general menos efectos en ellos que en las mujeres. En este estudio se concluyó que las feromonas son increíblemente dependientes del contexto. Los humanos debemos integrar muchas funciones cerebrales diferentes para influir en el estado de ánimo.

También se ha encontrado una correlación directa entre los compuestos axilares y la serotonina. La serotonina es un neurotransmisor relacionado con el bienestar, los sentimientos positivos y la felicidad. También mantiene el equilibrio en el estado de ánimo y se sabe que un déficit de este neurotransmisor puede causar depresión.

Compatibilidad sexual

Winnifred Cutler encontró que algunas feromonas sintetizadas, aplicadas tópicamente (en la piel), aumentan la atracción sexual de una persona. En otro estudio, los hombres que llevaron las feromonas sintetizadas informaron que habían tenido mayor actividad sexual con sus parejas, pero no habían notado un aumento en las conductas autoeróticas.

La existencia de sustancias químicas que comunican información acerca de los sistemas inmunes de cada individuo ha sido demostrada, pero no siempre se consideran feromonas, porque no provocan una reacción específica en miembros de la misma especie.

Orientación sexual

Las feromonas humanas son específicas de cada sexo y de cada orientación sexual. En todos los estudios descritos previamente, los sujetos fueron identificados como heterosexuales. Los hombres homosexuales responden a algunas feromonas del mismo modo que las mujeres heterosexuales.

Otros investigadores comprobaron las preferencias entre distintos tipos de sudor procedentes de hombres heterosexuales y homosexuales y mujeres heterosexuales y homosexuales.

Los resultados fueron bastante significativos: los hombres heterosexuales no prefirieron de forma significativa mujeres heterosexuales ni homosexuales, al contrario que las mujeres, que prefirieron a los hombres homosexuales.

El resto de grupos prefirieron a las mujeres heterosexuales antes que las homosexuales. Los hombres gays escogieron más veces el sudor de mujeres heterosexuales que el de hombres heterosexuales.

Es difícil sacar conclusiones específicas de este tipo de estudios tan pronto, pero parece claro que hay diferencias significativas en la forma en que los humanos reaccionan a las feromonas según su orientación sexual.