Ansiedad

Microfobia: qué es, síntomas, causas y tratamientos


¿Qué es la microfobia?

La microfobia es el miedo irracional y excesivo a las cosas muy pequeñas. Un buen ejemplo de este tipo de fobia es el miedo a los gérmenes. El hecho de que los gérmenes sean tan pequeños que es imposible verlos juega un papel importante en la ansiedad que sufren estas personas.

La microfobia no se restringe a solo tener miedo a las bacterias y los virus, sino que puede comprender un miedo a cualquier cosa que sea de tamaño diminuto. 

Aunque muchas de las personas que padecen este tipo de fobia se dan cuenta y admiten que sus miedos son irracionales, muchas veces no pueden evitar una ansiedad extrema o incluso una crisis de ansiedad al enfrentarse a los estímulos temidos, o incluso simplemente al pensar en ellos.

Cuando un tipo de trastorno serio como este tiene lugar, no solo afecta a la persona que lo padece, sino también a quienes lo rodean.

La persona que padece microfobia puede ser incapaz de ejecutar las tareas cotidianas efectivamente, de forma que puede necesitar una ayuda extrema por parte de quienes viven con él o ella. También puede dejar de hacer actividades que antes realizaba por el temor extremo que siente.

Síntomas de la microfobia

Síntomas fisiológicos

Algunos síntomas que las personas con microfobia pueden experimentar incluyen:

– ansiedad intensa,

– miedo,

– escalofríos,

– aumento de la tasa cardiaca,

– pérdida de control,

– sudoración,

– mareos,

– náuseas,

– dificultad para respirar.

Un síntoma conductual de estas personas es la evitación, típica de todas las fobias.

Estas personas evitan muchas cosas que son de tamaño pequeño. El miedo puede ser tan intenso que la persona con microfobia puede llegar a no querer salir de su casa para evitar cualquier riesgo de tener contacto con estas cosas a las que teme.

Síntomas cognitivos

Algunos síntomas mentales pueden ser:

– pensamientos obsesivos,

– dificultad para pensar en otras cosas que no sean el objeto temido,

sentimientos de irrealidad o de estar separado de uno mismo (desrealización/despersonalización),

– miedo de desmayarse.

También se incluyen síntomas emocionales, como la ansiedad anticipatoria, que consiste en una preocupación persistente acerca de eventos que están por llegar y que implican objetos pequeños.

Estas personas también sienten un miedo incapacitante y un deseo de escapar de las situaciones en las que pueda haber objetos a los que temen.

Las personas que padecen este trastorno sufren de una incapacidad para funcionar normalmente en su vida cotidiana debido a su ansiedad. Suelen ser conscientes de que los miedos que tienen son completamente exagerados o irrazonables, pero sienten que no pueden controlarlos.

Los síntomas de la microfobia pueden ocurrir de forma comórbida con otras fobias.

Causas

La mayoría de los expertos cree que las causas de esta fobia se encuentran en una combinación entre un desequilibrio bioquímico en el cerebro, que puede ser genético, y factores ambientales.

Factores ambientales

Un ejemplo de un factor ambiental puede ser una experiencia aterradora con el objeto o los objetos temidos, de forma que se haya producido una asociación entre la experiencia y el objeto.

El temor propio de la microfobia también puede haber sido aprendido mediante observación. El miedo a algún objeto puede producirse después de observar a alguna otra persona que tiene ese temor.

La posibilidad de que se desarrolle la fobia suele depender de la confianza que uno tiene en la persona que teme el objeto que sea. Si se tiene mucha confianza en esa persona, hay más posibilidades de que se adopte su punto de vista respecto a qué cosas temer y qué cosas no temer.

El miedo a las cosas pequeñas o casi imperceptibles, visiblemente, podría ser un reflejo del miedo a lo desconocido que sufrimos la mayoría de los seres humanos.

Tratamientos

Antes de someterse a algún tipo de terapia, es conveniente ir a ver a un psicólogo. Este podrá aconsejar sobre el mejor tipo de terapia que se ajuste al paciente y sobre el pronóstico del trastorno.

Algunos de los profesionales que pueden ayudar a tratar las fobias son, aparte de los psicólogos, los psiquiatras y los hipnotistas.

Estos profesionales pueden ayudar a las personas que sufren microfobia a lidiar con ella y a entender qué es lo que causa el problema, de forma que pueda ser resuelto.

Terapias conductuales-cognitivas

La terapia de exposición es un tipo de tratamiento conductual-cognitivo que se utiliza para tratar muchos trastornos de ansiedad. El procedimiento implica exponer gradualmente al paciente a una situación estresante y permitirle sentir la ansiedad.

El objetivo es que la persona se desensibilice, es decir, que deje de sentir la emoción tan intensa que es el miedo, después de un período de alta exposición al estímulo temido. Este tratamiento se utiliza para muchos tipos de fobias.

En este caso, para tratar una fobia a algún objeto pequeño, se pide primero al paciente que imagine estar cerca del objeto temido. Después, se le enseñan imágenes o modelos del objeto y, finalmente, tendrá contacto con el objeto de verdad.

Hipnoterapia

La hipnoterapia es un tipo de terapia en la que una persona, con la asistencia de un especialista entrenado en el asunto, abre su mente subconsciente a la sugestión, con el propósito de cambiar uno o más patrones de comportamiento.

Cuando se habla directamente con el subconsciente, puede que sea posible encontrar lo que esté causando la fobia, así como introducir nuevas ideas y sugestiones positivas. Estas sugestiones positivas pueden ser utilizadas para ayudar a hacer los cambios que la persona con microfobia desee.

Enseñar a la persona a asociar sentimientos y emociones distintas a las cosas que son temidas normalmente puede conseguirse después de unas pocas sesiones de hipnoterapia.

Algunas personas encuentran desagradable saber que alguien esté jugando con su mente. Sin embargo, la hipnoterapia, también conocida como hipnoanálisis, es considerada como segura y funciona bastante rápido.

Este tipo de terapia ha sido aprobada como método de terapia desde 1958 por la American Medical Association.

Programación Neurolingüística (PNL)

La Programación Neurolingüística es básicamente el estudio y la práctica de cómo cada uno creamos nuestra realidad. La premisa más básica de la PNL es que las palabras que utilizamos reflejan una percepción inconsciente, interna, de nuestros problemas.

Si estas palabras y percepciones no son precisas, pueden crear un problema subyacente siempre y cuando continuemos utilizándolas y creyéndolas. Nuestras actitudes son, en cierto sentido, una profecía autocumplida. Una profecía autocumplida es una predicción que, una vez hecha, es en sí la misma causa de que se haga realidad.

En este tipo de terapia, un terapeuta neurolingüístico analizará cada palabra y frase que utilices cuando describas tus síntomas o preocupaciones sobre tu salud. Él o ella examinará tus expresiones faciales y movimientos corporales.

Después de determinar los problemas que existan en tu percepción, el terapeuta te ayudará a comprender el origen de los mismos. El terapeuta te ayudará a remodelar tus pensamientos y asociaciones mentales para arreglar o mejorar tus nociones preconcebidas. Estas nociones preconcebidas pueden estar impidiendo que consigas el éxito que mereces.

Psicología energética

La psicología energética es un tipo de terapia que utiliza varias técnicas, como la acupuntura, el yoga, el taichí, prana y la medicina energética, que enseñan a las personas a dar pasos simples para hacer grandes cambios en sus vidas.

Estas técnicas estimulan puntos de energía en la superficie de la piel que, cuando se emparejan con ciertos procedimientos psicológicos, pueden cambiar la electroquímica del cerebro. Este tipo de terapia está todavía en un área de bastante controversia, pero, por lo visto, puede ayudar bastante a la hora de lidiar con las fobias.

Psicofármacos

Además de todos los tipos de terapia descritos anteriormente, existen psicofármacos que si bien no “curan” este trastorno, mitigan la intensidad de los síntomas. Es imprescindible que la persona combine el tratamiento farmacológico con algún tipo de terapia.

Para tratar los síntomas de la ansiedad que produce la microfobia, se pueden recetar recaptadores de serotonina. Algunos antidepresivos ayudan a aliviar los pensamientos obsesivos que pueden producir las fobias. Los compuestos medicinales no tratan la enfermedad, sino los síntomas, y solo deben ser utilizados en casos extremos de ansiedad.

Las benzodiacepinas son fármacos que ayudan a calmar el sistema nervioso. De este modo, son útiles para prevenir o aliviar los ataques de pánico, así como sus síntomas, como el mareo, las dificultades para respirar y el dolor de pecho. También pueden reducir las preocupaciones que la persona sufre en torno al objeto temido.