Homo rhodesiensis: qué es, descubrimiento, características, cráneo
¿Qué es el Homo rhodesiensis?
El Homo rhodesiensis, u hombre de Rhodesia, adoptó su nombre gracias a los restos hallados en lo que era anteriormente Broken Hill, Rhodesia del Norte (hoy Kabwe, Zambia), a unos 241 km al norte del río Kafue. Posteriormente, al estudiar los fósiles encontrados se determinó que se trataba de una nueva especie del género humano.
Esto sucedió en 1921, cuando un minero encontró un cráneo que parecía humano. El paleontólogo encargado de su estudio y posterior clasificación fue Arthur Smith Woodward (1864-1944), quien dictaminó que este nuevo hallazgo no se podía enmarcar dentro de las especies conocidas hasta el momento.
Sin embargo, desde aquellos días la polémica persiste, ya que muchos científicos desestiman a Woodward e insisten en que este espécimen fácilmente puede ser parte de especies ya conocidas, como lo son el Neanderthal y/o el Homo heidelbergensis.
Se calcula que el hombre de Rhodesia existió hace 600.000 a 120.000 años en el Pleistoceno medio, y solo en África. Siendo así, estuvo compartiendo en el mismo tiempo histórico con el que se piensa que es su descendiente directo y actual especie humana: el Homo sapiens.
No hay certeza de las causas de su extinción, pero se cree que pudo ser una plaga o enfermedad que aniquiló a los miembros de esta especie.
Descubrimiento del Homo rhodesiensis
Fue un minero suizo llamado Tom Zwiglaar quien el 17 de junio de 1921, mientras trabajaba en una cueva (una mina de hierro y zinc), dio con unos restos que parecían humanos.
Eran fragmentos de varios restos de huesos, pero lo más desconcertante era que el cráneo estaba casi completo, con rasgos bastante primitivos, que parecía tener mucha antigüedad.
Fue entonces cuando las autoridades contactaron al profesor Arthur Smith Woodward, del departamento de Geología del Museo Británico, quien a finales de ese mismo año publicó el resultado de su estudio.
Algunas personas ligadas al medio científico ponen en duda la veracidad de su trabajo, alegando que Woodward solo anhelaba notoriedad ante sus pares.
Fraude pasado
De hecho, la duda resultó razonable dado que el profesor Woodward estuvo implicado en un conocido fraude paleontológico que fue descubierto públicamente en 1953.
Este episodio se conoció como el caso del hombre de Piltdown, en el cual a través de pruebas falsas, se pretendió haber hallado una suerte de eslabón perdido.
A través de los años otros especialistas han hecho observaciones muy bien argumentadas, en donde concluyen que en realidad las trazas evolutivas que presentan los restos hallados —apartando la mala reputación que pueda tener Woodward— no ameritan su clasificación como una especie aparte.
Características del Homo rhodesiensis
El hallazgo en Broken Hill básicamente se limitó, además del cráneo, a una mandíbula superior de otro individuo, un sacro, una tibia y dos fragmentos de fémur.
También en el lugar se encontraban algunos huesos muy fragmentados que luego se determinó que podían ser de restos de algunos animales que probablemente este homínido depredaba.
Cráneo
Por esto, su estudio se circunscribe básicamente al cráneo en cuestión y a describir e intentar clasificar sus características morfológicas buscando los rasgos evolutivos más relevantes. Lo que salta a la vista en primera instancia es el tamaño del mismo y su capacidad.
También son notables el arco del maxilar y la mandíbula, así como la forma y tamaño de la dentadura. Las fosas oculares son particularmente protuberantes, lo que inclina la balanza hacia los que opinan que debe considerarse simplemente como un Homo neanderthalensis.
El tamaño del cráneo proyecta a un individuo robusto con cara y nariz anchas y su datación es también algo controversial, ya que el sitio del hallazgo no pudo ser conservado, por lo que es imposible aplicar la metodología de la datación geológica.
En cambio, se ha aplicado la racemización de ácido aspártico, que arrojó como resultado que este fósil tiene una antigüedad que oscila entre 300.000 y 125.000 años.
Capacidad craneal
La capacidad craneal del hombre de Rhodesia se asemeja a la del Homo sapiens, siendo calculada en 1.280 cc y se complementa la pieza craneal con una frente ancha pero inclinada, con órbitas oculares prominentes.
Presenta también lo que parecen ser ciertas deformaciones que algunos especialistas diagnostican como posible acromegalia.
El tamaño del cráneo de este espécimen lo acerca en la línea evolutiva al humano actual, y aunque los estudios concluyen que no tenía capacidad de desarrollar un lenguaje elaborado, sí era capaz de emitir sonidos que, acompañados de señas, seguramente facilitaban la comunicación.
Alimentación del Homo rhodesiensis
De lo más destacable del hombre de Rodesia se tiene que la dentadura superior presenta 10 cavidades que conforman los dientes con caries con más antigüedad de los que se tenga noticia.
De hecho, se especula que una fuerte infección pudo ser motivo de la muerte del individuo, bien sea en la dentadura o en el aparato auditivo.
De esto se desprende que probablemente su dieta se basaba en proteína animal, cuyos restos en las piezas dentales son de mayor incidencia en la generación de caries, abscesos y en general daños dentales, que el consumo de solo alimentos vegetales.
Algunos autores aseveran que, en colaboración con otros individuos, también era capaz de lograr piezas de caza de mayores tamaños que compartía con el clan. Para ello se valía de algunas armas rudimentarias hechas de piedra que usaba para atacar a sus presas.
Hábitat del Homo rhodesiensis
El hallazgo del Homo rodhesiensis deja claro que esta especie habitaba en cuevas y que las usaba como refugio en donde resguardaba restos de pequeños animales que cazaba y luego consumía.
De esta especie debió desprenderse el linaje que dio origen al Homo sapiens, que probablemente se esparció luego por Galilea, según restos similares hallados posteriormente.
Otro asunto polémico alrededor del hallazgo de estos restos es que el cráneo presenta unos orificios sospechosamente redondeados y aún no está nada claro qué los originó. El caso es que el lateral derecho del mismo es atravesado por esta abertura de unos 8 mm, de circunferencia perfectamente redondeada.
Las hipótesis son variadas, pero algunas apuntan a daños muy recientes hechas posteriormente a los restos con armas mucho más modernas a las que existían antes de su extinción.
Referencias
- Smith Woodward, A. (1921). “A New Cave Man from Rhodesia, South Africa”. Recuperado en 30 de agosto de Nature International Journal of Science: nature.com
- De Jorge, J. (2018). “¿Inventó el lenguaje el Homo erectus hace 1,9 millones de años?”. Recuperado en 30 de agosto de ABC de España: abc.es
- “Rhodesian Man”. Recuperado en 30 de agosto de Science Daily: sciencedaily.com
- “What does it mean to be human” (2016). Recuperado en 30 de agosto de Smithsonian National Museum of Natural History: humanorigins.si.edu
- “Homo rhodesiensis”. Recuperado en 30 de agosto de Wikipedia: wikipedia.org