Relaciones

Cómo prevenir la violencia intrafamiliar: 10 soluciones y consejos


La violencia familiar se caracteriza por golpes, gritos, insultos y la manipulación emocional. Las víctimas de este tipo de situaciones suelen tener dificultades para identificar este maltrato.

Explicaremos cómo prevenir la violencia intrafamiliar con 10 soluciones que te ayudarán a desarrollar una comunicación sana y una convivencia que promueva el bienestar de todos los miembros de la familia.

El maltrato psicológico es un tipo de violencia que muchas veces no es reconocida como tal, simplemente porque sus efectos no son tan evidentes como los de la violencia física, por ejemplo.

Uno de los grandes fantasmas al momento de luchar contra la violencia familiar, es el apego afectivo. Este hace que muchas veces se justifiquen comportamientos agresivos, o simplemente que se genere una dependencia “afectiva” en la que se normaliza cierto grado de violencia física o psicológica.

Haciendo una analogía con la salud, la violencia familiar es como una bacteria que va degradando tu cuerpo y tu mente.

Ese deterioro, muchas veces lento y silencioso, afecta tus relaciones extra-familiares, así como tu integridad. En ciertos casos, cuando te das cuenta de lo que estás viviendo, el daño puede llegar a ser irreparable.

Hay que mencionar que la violencia intrafamiliar puede ser ejercida por cualquier miembro de la familia: suelen denunciarse los casos cuando el hombre es el victimario, pero también la mujer puede serlo (aunque es verdad que en menor medida). En todo caso, cuando hay niños, estos son las víctimas más frecuentes.

Soluciones para prevenir la violencia intrafamiliar

Es uno de los tipos de violencia más frecuentes: cada día mueren en el mundo cientos de mujeres en manos de sus parejas. También los hombres son víctimas de violencia de género aunque en menor proporción.

Infórmate del tema

Al principio puede parecerte inútil, pero te sorprenderías de la cantidad de personas que desconocen aspectos cruciales sobre la violencia familiar.

Esa ignorancia puede transformarte en una víctima indefensa. Leer publicaciones en distintos sitios web, o hablar con profesionales puede ayudarte a identificar y prevenir situaciones de violencia.

Genera y fomenta un ámbito de respeto

Como integrante de la pareja y de una familia, siempre debes comunicarte con respeto. No hay razón ni circunstancia que justifique un maltrato físico o psicológico.

Ten presente que el respeto no solo implica hablar sin gritar, por ejemplo, también significa saber aceptar las diferencias; ser tolerante frente a lo que no nos gusta, sin que eso implique que lo aceptemos a cualquier precio.

No consientas la violencia física

Así sea una mera cachetada o un simple tirón de brazo, por ejemplo, nunca lo permitas. Si te ha ocurrido una vez, no permitas jamás que eso se repita.

La decisión de alejarte del agresor o incluso de presentar una denuncia por agresión física es tuya, y si deseas dar una segunda oportunidad también estás en tu derecho. Pero no confundas las situaciones, y lo más importante: no te confundas tú.

Está probado que cuando se acepta esta situación una vez, comienza un proceso de “normalización de la situación”.

¿Qué significa esto? Que comienzas a relativizar el daño y a pensar que tal vez no fue tan importante. Por no enfrentar otro tipo de problemas, comienzas a asumir este.

La violencia física también se aplica a los hijos, y a veces con total impunidad. Para enseñarles respeto a nuestros hijos no podemos golpearlos: así lo que les enseñamos es que la violencia es una respuesta normal.

Plantea claramente tus posiciones

La violencia física es la más evidente, pero la psicológica puede estar “camuflada” bajo diferentes formas, y es mucho más frecuente de lo que se cree.

Muchas veces puedes caer en el grupo de las mujeres que por temor a perder a su pareja, optan por callar, por ser completamente sumisas. O simplemente piensan: “no quiero generar más problemas”, “mejor le digo que sí y listo”.

Si piensas diferente, encuentra una forma de decirlo firmemente, con respeto y con claridad.

Construye un proyecto de dos personas

Toma una actitud según la cual la pareja sea un proyecto de ambos miembros.

Comunica cómo te gustaría que funcione la vida en pareja y llegar a acuerdos. Existen muchos problemas que se pueden evitar si conoces cómo actuar.

Esto fortalece un espíritu de unión entre ambos, en el que los dos se sienten apoyados y compañeros de ese gran proyecto. Además, los hijos serán más felices.

Consejos para prevenir la violencia con las personas de edad avanzada

Otras de las grandes víctimas de violencia familiar son las personas de la tercera edad.

El típico caso de padres mayores viviendo con sus hijos suele ser el escenario de violencia, especialmente psicológica.

Acéptalos

La vejez es un estado natural de la vida, con sus características propias. Si se equivocan o ya no pueden hacer bien ciertas cosas, ellos no lo eligen y ya se sienten mal por ello. No los hagas sentirse peor aún.

Sé muy paciente

Es fácil perder la paciencia frente a algunas conductas de las personas mayores.  Ante sus preguntas reiteradas, sus olvidos recurrentes, no les alces la voz ni los critiques. Intenta ser paciente y tomártelo con filosofía.

No los fuerces a hacer actividades físicas

A veces, y aunque no tengas la intención, puedes apretarle fuertemente un brazo para que tu padre o abuelo suba esa escalera más rápidamente. Recuerda que ya no tiene la agilidad que tenía antes. Cuando en la casa conviven generaciones distintas, los hábitos pasan a ser críticos.

Las actividades que a ti te agradan puede que no agraden a tus familiares mayores y viceversa. En definitiva, es necesario fomentar el valor de la tolerancia en el hogar.

Respeta sus horarios

El respeto es la base para evitar cualquier tipo de violencia.

En el caso de los ancianos, y dado que no tienen un horario de trabajo que cumplir, por ejemplo, puedes pensar que no tienen ninguna otra rutina por hacer.

No es así, ellos tienen sus horarios y merecen ser respetados. Si tú los has llevado a vivir contigo, eres responsable de esa decisión y nada justifica que tengas que “cobrarle” el favor.

Escucha a tus adultos mayores

Una forma clara de violencia, especialmente con los ancianos, es no escucharlos.

Lamentablemente, puedes ser de los que piensa que no tienen mucha cosa útil de la que hablar. Pero ellos necesitan expresarse y mucho más aún, sentir que son escuchados.

Piensa que lo más importante es que ellos sientan que sus cosas son de tu interés. La indiferencia es una cruel forma de violencia.

Fomentar un ambiente familiar de respeto y no tolerar situaciones de violencia de ningún tipo, informándote adecuadamente, son los tres aspectos clave para prevenir todo tipo de violencia familiar.

No dejes que la violencia se instale en tu hogar.