Historia

Perestroika: causas, objetivos, reformas, consecuencias


La perestroika (en ruso «reestructuración») fue un proceso de reformas emprendidas en la Unión Soviética a partir de 1985, cuando Mijaíl Gorbachov asumió el poder. En el sentido más estricto, el término se aplicó a las transformaciones económicas que se llevaron a cabo, pero sus efectos afectaron a todos los ámbitos, incluidos el político y el social.

La intención de Mijaíl Gorbachov y de la nueva generación de líderes soviéticos era reorganizar el sistema socialista para poder conservarlo. En esos momentos, la URSS se encontraba inmersa en una importante crisis económica y la perestroika debía mejorar esa situación sin cambiar el sistema por completo.

Al mismo tiempo que desarrollaba la perestroika, Gorbachov emprendió otras reformas que buscaban implantar la libertad de expresión y abrir la vida política a nuevos actores. Estas reformas, que recibieron el nombre de glasnost (“transparencia”), son consideradas por algunos analistas como parte de la perestroika.

Los resultados del programa de reformas emprendido por Gorbachov fueron un fracaso si se considera su intención inicial. La economía sufrió por la inflación generada y por el gran aumento de la desigualdad y la aparición de movimientos nacionalistas en varias repúblicas y la propia dinámica política interna acabaron provocando la disgregación de la URSS.

Índice del artículo

Inicio y causas

Las reformas que recibieron el nombre de perestroika ya habían sido diseñadas cuando, en 1985, Mijaíl Gorbachov se convirtió en el máximo dirigente soviético. El Partido Comunista había analizado la situación del país y había decidido que era necesario reestructurar el sistema.

Esa reestructuración, para los dirigentes soviéticos, debía alcanzar todas las esferas de la vida para que cumpliera con el objetivo de acelerar el desarrollo social y económico del país. Se trataba, como repitieron en numerosas ocasiones, de implantar un nuevo pensamiento político.

En abril de 1985, el Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética acordó implantar el programa de reformas de manera inmediata. Sin embargo, no fue hasta junio de 1987 cuando Gorbachov presentó las bases de la perestroika.

Mala situación económica

Aunque la economía soviética tenía otros muchos problemas, lo que acabó por empeorar la situación fueron los gastos militares. La Guerra Fría había obligado a mantener una carrera armamentística con occidente y a gastar buena parte de sus recursos en ella.

Otro factor que contribuyó a esa mala situación fue la caída de los precios del petróleo. La URSS había basado parte de su economía en la extracción petrolera y el desplome de su precio, en 1985 y 1986, había provocado un enorme descenso de ingresos. En algunos momentos, ni siquiera había recursos para comprar el grano necesario.

Gorbachov y una nueva generación de líderes

A partir de 1969 había aparecido en la Unión Soviética una nueva generación de líderes comunistas. Con ellos empezó a hablarse de la necesidad de realizar unas reformas que llevaban décadas paralizadas.

A la muerte de Konstantin Chernenko, secretario general del Partido Comunista, Mijaíl Gorbachov fue elegido para sustituirlo. Este nombramiento significó la llegada de la nueva generación al poder.

Objetivos

La perestroika tuvo dos lemas principales: uskorenie, que significa aceleración y se aplicaba a la economía; y glasnot, que hacía referencia a la apertura política y social.

Revitalización de la economía

El objetivo principal de la perestroika era conseguir que la economía del país saliera del anquilosamiento y el caos en el que se encontraba. Para ello, el gobierno decidió que era necesario introducir una mayor libertad empresarial y dejar que el mercado actuara.

Con las medidas aprobadas, Gorbachov pretendía descentralizar el sistema de gestión y adaptarlo al mercado moderno. Para conseguirlo, permitió que existiera una cierta autonomía local y se desarrolló un programa para modernizar la industria y los modelos de gestión económicos.

Junto con ese objetivo, la perestroika también pretendía mejorar el nivel de vida de la población, acabar con el creciente problema con la vivienda y aumentar la producción de alimentos.

Objetivos políticos

Gorbachov trató de descentralizar el sistema político y otorgó a los diferentes ministerios una mayor independencia.

Con la glasnost, que muchos consideran como la primera etapa de la perestroika y otros una serie de reformas independientes, la Unión Soviética permitió mayor libertad de información y prensa. Por primera vez, los medios de comunicación podían informar libremente e, incluso, criticar al gobierno.

Por otra parte, se liberaron presos políticos y la oposición comenzó a participar en la vida pública.

Otros objetivos

El gobierno soviético se propuso acabar con otras lacras que afectaban a la sociedad. Entre ellas se encontraban la corrupción, el absentismo laboral y el alcoholismo.

En este último aspecto, se realizaron varias campañas y se aprobaron medidas para disminuir la ingesta de alcohol. Para 1986, el consumo se había reducido en un 36%.

Reformas de la perestroika

Al comenzar la perestroika, sus ideólogos no intentaban cambiar el modelo socialista de la Unión Soviética. Su pretensión era acabar con la corrupción, modernizar la economía e introducir algunas las libertades democráticas.

Buena parte de las reformas que se implantaron fueron aprobadas en el 27º Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética, celebrado en febrero de 1986, en Moscú.

Glasnot y cambios políticos

La perestroika se complementó con la glasnost, una política de apertura social y política. Con las reformas introducidas, comenzó a permitirse la libertad de expresión y opinión, con lo que se aparecieron las críticas públicas al gobierno.

La transparencia informativa empezó a implantarse con la publicación de aspectos relativos a las propias reformas que se estaban implantando.

Por otra parte, Gorbachov impulsó cambios en el sistema político y en el orden constitucional. De esta forma, los soviets vieron modificado su papel y se aprobaron cambios en el sistema electoral. Por último, las funciones del Estado y del partido se delimitaron.

Estas reformas permitieron que, a finales de 1988, se conformara el Congreso de Diputados de la Unión Soviética.

Reformas económicas

A partir de 1987, el gobierno de Gorbachov creó nuevos organismos para controlar el rendimiento de las empresas estatales y sus actividades.

Aparte de esos instrumentos, en el marco del último plan quinquenal se aprobaron más medidas económicas. Las más importantes fueron las que legalizaron algunos servicios privados, como los restaurantes o taxis; la concesión a los koljoses para que comercializaran directamente toda su producción y la eliminación de parte de la burocracia.

Otras reformas posteriores abrieron las puertas a que se formaran empresas mixtas con compañías extranjeras, además de conceder más facultades a los directores de las empresas soviéticas.

Los trabajadores, por su parte, pudieron participar en mayor medida en las decisiones empresariales y se aprobó un nuevo sistema electoral para la elección de administradores, representantes obreros y directores.

Por último, se ofreció a los ciudadanos soviéticos la posibilidad de asociarse para abrir pequeños negocios privados.

Indisciplina laboral

Una de las obsesiones de Gorbachov era acabar con la indisciplina laboral y con la corrupción. A partir de 1985, las autoridades empezaron a perseguir estas prácticas y varios altos funcionarios fueron castigados con dureza.

Pluralidad política

El gobierno decidió durante la segunda mitad de 1986 que el desarrollo económico del país solo se conseguiría con un cambio en el sistema político. Así, se implementaron una serie de reformas que afectaron a aspectos fundamentales del sistema vigente hasta ese momento.

La decisión más importante fue el final del monopolio político del Partido Comunista de la Unión Soviética. A partir de 1989, el pluripartidismo llegó al país, con la aparición de los primeros partidos no socialistas, que pudieron participar en las elecciones parlamentarias de ese mismo año.

Consecuencias

Las elecciones de junio de 1988 significaron la aparición de un gran número de reformadores, incluido Boris Yeltsin. A finales de 1990, el Congreso contaba con 18 grupos políticos, aunque el Partido Comunista seguía siendo el más votado.

Para esos momentos, la perestroika de Gorbachov comenzó a recibir un gran número de críticas desde todos los sectores. Los reformistas protestaban por la lentitud en los cambios, mientras que muchos comunistas afirmaban que el sistema iba a ser destruido por completo.

Muchos analistas consideran que la perestroika y la glasnost fueron procesos voluntaristas desarrollados por Gorbachov y que no existía un plan sólido de cambio. Esto explicaría que las consecuencias de las reformas no fueran las deseadas por el líder soviético.

Fracaso económico

Las reformas aplicadas a la economía no tuvieron los efectos beneficiosos esperados por el gobierno soviético. En lugar de que el país prosperaba, la inversión se redujo, mientras que aumentaba la desigualdad y bajaba la calidad de vida.

La nueva legislación permitió que aparecieran los contratos individuales, un nuevo sistema bancario o la venta de empresas del estado.

En un intento de ayudar a la población, los dirigentes aprobaron incrementos de sueldo, lo que unido a la necesidad de subvenciones, provocaron que la inflación y la escasez se incrementaran.

Aunque lo anterior ya provocó una caída del erario público, quizás la medida que dio peores resultados fue la nueva Ley de Empresa. Con esta se anulaba el control sobre los recursos, lo que causó un descenso notable de la inversión.

Antes de que la URSS desapareciera, los reformistas no fueron capaces de ofrecer a la población una combinación equilibrada entre la seguridad y los elementos propios de la economía de mercado.

Después, con la independencia de las diferentes repúblicas, la situación aún se deterioró más. La liberalización de los precios de 1992 hizo que se redujera el nivel de vida y que los salarios fueran muy diferentes dependiendo de la región.

La crisis no afectó a todos por igual y surgió una nueva clase social cuyos altos ingresos procedían, en ocasiones, de actividades ilícitas. Mientras, según datos de 1993, un tercio de la población no contaba con los recursos necesarios para subsistir.

Fin de la Guerra Fría

Terminar con la Guerra Fría era, en gran parte, una necesidad económica. La Unión Soviética no podía permitirse mantener los enormes gastos que había dedicado a la carrera armamentística y, además, necesitaba ese dinero para desarrollar otros sectores.

Gorbachov dedicó parte de sus esfuerzos en negociar la reducción de armamentos y en tratar de reducir la tensión con Estados Unidos. Además de retirar sus tropas de Afganistán, invitó al presidente estadounidense Ronald Reagan a visitar Moscú.

Por otra parte, la situación interna y el final de la Guerra Fría hicieron que los soviéticos perdieran interés por los países socialistas del Tercer Mundo. En poco tiempo, el sistema global basado en el equilibrio entre las dos superpotencias que había comenzado tras la Segunda Guerra Mundial, desapareció.

Democratización

Las reformas introducidas por Gorbachov incluían aspectos como el sufragio universal y la libertad de prensa. La represión contra los opositores fue desapareciendo y se fomentó la autocrítica en el gobierno.

Con la llegada de nuevas libertades aparecieron nuevos movimientos políticos. Uno de los más importantes fue el encabezado por Boris Yeltsin, quien fue elegido como miembro del Congreso en las elecciones de 1988.

Tanto la perestroika como la glasnost encontraron resistencia en algunos sectores del Partido Comunista.

Nacionalismos y desintegración de la URSS

La legalización de nuevos movimientos políticos no se limitó al ámbito nacional. En algunas de las repúblicas que conformaban la URSS aparecieron grupos nacionalistas que buscaban la independencia.

Estos movimientos nacionalistas surgieron primero en las repúblicas bálticas, pero pronto llegaron a todas las partes del país, desde Transcaucasia a Asia Central, pasando por Ucrania.

Las autoridades soviéticas intentaron frenar el problema con un referéndum celebrado en 1990. En la votación, que tuvo lugar en todas las repúblicas, venció la opción de permanecer unidos como un solo país.

Algunos altos cargos del PCUS y de la KGB intentaron dar un golpe de Estado el 19 de agosto de 1991. Su objetivo era que no se aprobara el Nuevo Tratado de la Unión, que permitía el autogobierno de las repúblicas de la Unión Soviética.

La pasividad de gran parte del ejército, la falta de apoyo popular y la actitud de Boris Yeltsin fueron fundamentales para que el golpe fracasara.

A partir de ese momento, las repúblicas federales comenzaron a declarar la independencia. El 8 de diciembre de 1991, los presidentes de las repúblicas de Rusia, Ucrania y Bielorrusia firmaron el Tratado de Belavezha, que proclamaba la disolución de la URSS.

En su lugar, el tratado establecía la aparición de la Comunidad de Estados Independientes. Gorbachov fue informado por teléfono de la noticia y, el 25 de diciembre, presentó su dimisión como presidente de la Unión Soviética.

Referencias

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  7. Hays, Jeffrey. Perestroika, glasnost and Gorbachev reforms. Obtenido de factsanddetails.com
  8. Cummings, Laura. Gorbachev’s Perestroika and the Collapse of the Soviet Union. Recuperado de lagrange.edu