Verbigracia: origen, significado, sinónimos, antónimos
La palabra verbigracia viene del latín y significa “por ejemplo”, aunque también se usa para citar un suceso o texto que indique la certeza de un acierto. No es muy común su uso en el habla cotidiana ni tampoco es empleada frecuentemente en notas periodísticas, sino que es más probable que lo encontremos en textos literarios o académicos. Por ende, podemos decir que es un término culto, pero también versátil. Veamos.
Al consultar con la Real Academia Española encontramos que define a verbigracia como un adverbio y que quiere decir “ejemplo”, cuyo uso es formal; sin embargo también hay ocasiones en que es utilizada como un sustantivo masculino, algo que veremos más adelante.
Esta palabra viene del latín “verbi gratia”, compuesta por “verbi” que viene del sustantivo neutro “verbum” y que quiere decir “palabra”. Por su parte, la preposición “gratia” se puede entender como “gracia”. Así la traducción textual sería “por gracia de la palabra”, el cual se castellanizó a una sola palabra: verbigracia.
La primera vez que ingresa al Diccionario Usual de la RAE fue en el siglo XVIII, más precisamente en el año 1780. Desde entonces es posible encontrarla en textos científicos, jurídicos o de medicina, incluso en su expresión en latín, la cual también es aceptada para su uso. Además, en ellos es usual que también se la cite de manera abreviada (v.g o también v.gr.).
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Sinónimos y algunos ejemplos
Las principales acepciones son “por ejemplo”, “ejemplo” o “como tal”. Se la puede encontrar en libros políticos:
“¿Cuáles son las ideas obscuras? Son aquellas en las que concebimos la idea de manera, que al punto que se nos representa no la podemos conocer ni distinguir de las demás, verbigracia, la idea de un bulto cualquiera”.
También es observable en textos de derecho romano y claro, posterior:
“La teoría de las cargas probatorias dinámicas no pueden aplicarse con carácter general e indiscriminado (es residual), en tanto constituye un apartamento excepcional de las normas legales que establecen la distribución del onus probandi (verbigracia, artículos 377 del Código Procesal)”.
O directamente se puede señalar que “el siglo XX de América Latina estuvo marcado por sangrientas dictaduras militares, verbigracia las de Argentina, Brasil, Paraguay o Chile, entre otras”.
Cuando lo utilizamos como sustantivo, lo hacemos refiriéndonos a esta palabra como en el caso de este artículo que estás leyendo, aunque también podemos señalar que:
“La profesora de lengua no usó verbigracias claros”. En este caso nos referimos a la palabra en masculino, y es posible también el uso en plural.
En tanto, cuando utilizamos la forma abreviada del término, lo podemos hacer con las menciones “v.g.” o “v.gr.”. En ese caso siempre se lo hace con un punto al final de cada letra para indicar que pertenece a una palabra distinta a la que la sigue.
Su uso es igual que cuando abreviamos “ejemplo” con “ej.”. Entonces podemos indicar que “los artistas italianos de la música más relevantes de los últimos años surgieron en la década de 1990. V.g.: Eros Ramazzotti, Laura Pausini o Andre Bocelli”.
Por último, en el idioma inglés podemos encontrar al equivalente de verbigracia, el cual suena muy parecido al término original del latín, y que es “exempli gratia”.
Antónimos
La palabra verbigracia no tiene palabras que signifiquen directamente lo contrario, dado que a pesar de ser en algunos casos un sustantivo, no indica calidad alguna del mismo.
Referencias
- Marcelo Sebastián Midón (2018). “Derecho Probatorio. Parte General”. Recuperado de: books.google.bg
- Verbigracia (2019). Real Academia Española. Recuperado de: dle.rae.es
- Plotino Rhodakanaty. (2001). “Pensamiento Socialista del Siglo XIX”. Recuperado de: books.google.com
- Verbigracia (2019). “Diccionario Panhispánico de dudas de la RAE”. Recuperado de: lema.rae.es
- Fabio Garzón. “Historia del derecho romano”. Recuperado de: books.google.bg