Revolución de Egipto (2011): causas, desarrollo, consecuencias
La Revolución de Egipto de 2011 consistió en una serie de protestas que se comenzaron el 25 de enero de 2011 y finalizaron el día 11 de febrero cuando el presidente del país, Hosni Mubarak, presentó la renuncia al cargo. Por las características de la mayoría de los manifestantes, también ha recibido el nombre de Revolución de los Jóvenes.
Egipto llevaba desde 1967 bajo una ley de emergencia que, prácticamente, eliminaba todos los derechos políticos e individuales de la población. La corrupción del régimen, los problemas económicos que sufrían especialmente los jóvenes y el ejemplo de las protestas que habían tenido lugar en Túnez fueron las causas principales del inicio de la revolución.
La primera de las manifestaciones tuvo lugar el 25 de enero. Ese día, los jóvenes del país, utilizando las redes sociales, convocaron una gran protesta en varias ciudades. La principal se desarrolló en la capital, El Cairo. El centro de estas protestas fue la plaza de Tahrir, que se convirtió pronto en un símbolo de la revolución.
Las peticiones de los manifestantes iban desde la exigencia de que el presidente dimitiera hasta la democratización del país. Mubarak renunció en febrero y fue condenado a muerte en un juicio celebrado un año después.
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Antecedentes
Egipto llevaba décadas con un sistema de gobierno presidencialista con tintes autoritarios. A pesar de la popularidad de la que gozó el presidente Gamal Abdel Nasser, quien dirigió el país entre 1954 y 1970, lo cierto es que no existían libertades políticas.
Durante esa época, además, ya existía la amenaza de los Hermanos Musulmanes, una organización islamista con una rama radical. De hecho, intentaron asesinar a Nasser en un atentado fracasado.
Esa amenaza fue uno de los motivos por los que se promulgó, en 1969, una Ley de Emergencia que, básicamente, abolía cualquier derecho político de los ciudadanos.
Anwar el-Sadat
El sucesor de Nasser fue Anwar el-Sadat, quien se estrenó en el cargo encarcelando a varios antiguos altos cargos del gobierno anterior. Esto supuso un giro en la política egipcia, ya que pasó de ser cercana al socialismo y la URSS a reforzar las relaciones con los Estados Unidos.
Sadat tomó una serie de medidas para limitar el papel del Estado y promover la llegada de inversión extranjera. Estas políticas beneficiaron a la clase alta del país, pero incrementó la desigualdad. Más del 40% de sus habitantes vivían en la pobreza más absoluta.
Por otra parte, el gobierno endeudó al país hasta que la deuda fue impagable. Siguiendo las directrices del FMI, Sadat eliminó todas las ayudas a los productos más básicos, lo que llevó a que estallaran graves protestas a comienzos de 1977. El ejército se encargó de reprimir los disturbios, causando numerosas víctimas mortales.
En el ámbito político, el gobierno de Sadat persiguió a los opositores liberales y a los islamistas, encarcelando a muchos de los miembros de ambas corrientes.
Finalmente, en octubre de 1981, un grupo de militares pertenecientes a la Yihad Islámica acabó con su vida durante un desfile militar. Entre los heridos se encontraba el que sería su sustituto, Hosni Mubarak.
Hosni Mubarak
Hosni Mubarak asumió el gobierno después del asesinato de su predecesor. Su estilo de gobierno fue igual de autoritario que el anterior, aunque las acusaciones de corrupción fueron mucho más numerosas.
No obstante, Mubarak consiguió el apoyo de occidente debido a su acercamiento a Israel. Esto le llevó a que, anualmente, el país recibiera sustanciosa ayuda económia de los Estados Unidos. Este país, además, ganó una gran influencia en el seno del ejército egipcio.
La relación de Mubarak con Israel más su política represiva contra los islamistas hicieron que occidente no reaccionara ante las claras violaciones de los derechos humanos cometidas por su gobierno.
Por otra parte, a pesar de la ayuda económica recibida, la situación de la población seguía siendo muy precaria. La alta demografía agravó ese problema, especialmente entre los jóvenes, con un índice de desempleo altísimo.
Causas
Dos acontecimientos fueron los que hicieron que los jóvenes egipcios salieran a la calle a principios de 2011. El primero había tenido lugar el año anterior, cuando los también jóvenes tunecinos habían protagonizado una serie de protestas que habían logrado acabar con el gobierno de Ben Ali.
Esta revolución tunecina había comenzado cuando un vendedor ambulante, Mohamed Bouazizi, se autoinmoló en protesta por la actuación de la policía y las autoridades, quienes le habían confiscado su pequeño puesto de frutas.
Precisamente, el segundo de los acontecimientos que encendieron la mecha de las protestas en Egipto fue similar. En este caso, un joven residente en Alejandría fue apaleado hasta la muerte por la policía.
Su caso fue recogido por una página web, desde la que se convocaron las primeras manifestaciones ante el temor de que Mubarak intentara desconectar internet.
Además de ambos sucesos, la también llamada Revolución Blanca tuvo otras causas más profundas.
Falta de libertades
La ya mencionada Ley de Emergencia aprobada en 1967 suspendía los derechos recogidos en la Constitución. De acuerdo a esa legislación, la policía contaba con facultades especiales y se establecía la censura de los medios de comunicación.
En el ámbito político, la ley permitía al gobierno prohibir las actividades que considerara contrarias a sus actuaciones, así como cualquier tipo de manifestación en su contra.
Las denuncias presentadas por los defensores de los derechos humanos señalaban que se produjeron entre 5000 y 10000 detenciones arbitrarias solo en 2010
Por otra parte, a pesar de haber renunciado a la violencia, el grupo político más numeroso del país, los Hermanos Musulmanes, fue ilegalizado, aunque las autoridades no dudaron en tener contactos con ellos cuando les convenía.
Corrupción
La etapa de Mubarak al frente del país se caracterizó por los episodios de corrupción en todos los niveles de la administración. Para empezar, la propia policía y los funcionarios del Ministerio del Interior fueron acusados de admitir sobornos.
Por otra parte, el gobierno favoreció que muchos grandes empresarios, simpatizantes de Mubarak, alcanzaran puestos de poder. Desde esas posiciones realizaron maniobras para controlar la economía. Mientras gran parte del pueblo pasaba necesidades, estos empresarios continuaron enriqueciéndose aprovechando su posición.
El propio Hosni Mubarak fue acusado de enriquecimiento ilícito. Según las organizaciones opositoras, su fortuna se estimaba en 70 millardos de dólares.
Todos estos hechos se vieron reflejados en la posición que el país ocupaba en la lista que Transparencia Internacional realizaba sobre la Percepción de Corrupción. En 2010, el país norteafricano se encontraba en el puesto 98.
Problemas económicos
Desde la etapa de gobierno de Anwar el-Sadat, la desigualdad se había incrementado en la sociedad egipcia. Sus medidas de liberalización del mercado solo favorecieron a los grandes empresarios, quienes, además, aprovecharon su cercanía con el poder. Mientras, amplias capas de la población vivía en la miseria y las clases medias pasaban dificultades.
Todo esto se agravó con la crisis del turismo provocada por varios atentados terroristas en los 90. La principal fuente de divisas casi desapareció, sin que el gobierno encontrara una manera de sustituirla.
Los niveles de desempleo, especialmente entre los jóvenes, eran altísimos, había carencia de viviendas y la inflación se disparó en ciertos momentos. En general, las generaciones más jóvenes, que protagonizaron la revolución, no tenían ninguna esperanza en el futuro.
Sucesión de Mubarak
Cuando estalló la revolución en Egipto, Hosni Mubarak acumulaba ya tres décadas en el poder. Desde un tiempo antes se escuchaban rumores en el país sobre sus problemas de salud, por lo que se comenzó a debatir quién podía sustituirlo.
La posibilidad de que cediera el poder a su hijo Gamal y que el régimen se perpetuara provocó la indignación de los jóvenes egipcios.
Cambio generacional
Otro de los factores que causaron la revolución fue el gran cambio generacional que vivió Egipto. La población había aumentado desde los años 50 hasta alcanzar, en 2009, los 83 millones. De estos, el 60% eran jóvenes.
Con grandes índices de desempleo y sin apenas libertades públicas, estos jóvenes fueron los que comenzaron a exigir cambios en el sistema de gobierno. Las redes sociales, con una gran presencia en el país, sirvieron para organizar las manifestaciones.
Desarrollo
La Revolución de Egipto no fue planificada. Unos meses antes, se había creado en internet una página llamada Todos somos Khaled Said, en homenaje a un joven que había sido asesinado por la policía. En poco tiempo, la web contaba con 100.000 seguidores.
Aparte, otros muchos internautas también comenzaron a difundir por las redes sociales llamadas a acudir a la manifestación que, cada año, se celebraba el 25 de enero. Se trataba del Día de la Policía, fecha usada por los manifestantes para protestar por las malas prácticas de este cuerpo.
De acuerdo a las declaraciones recogidas por los medios de comunicación, nadie podía imaginarse la magnitud que ese año iba a adquirir la protesta. Mucho menos, sus repercusiones posteriores.
Día de la Ira
La manifestación convocada para el 25 de enero de 2011, martes, fue bautizada como el Día de la Ira. No solo tuvieron lugar en El Cairo, sino también en otras ciudades del país. En la capital se concentraron unas 15000 personas en la Plaza Tahrir, mientras que en Alejandría la cifra ascendió a 20000.
En conjunto, se convirtió en la protesta más multitudinaria desde las ocurridas en 1977. Aunque fueron de carácter pacífico, se anunció la muerte de un policía en El Cario, así como la de dos jóvenes manifestantes en Suez.
Las fuerzas de seguridad reaccionaron lanzando gases lacrimógenos y algunos manifestantes respondieron arrojando piedras. La policía acabó retirándose de la plaza.
El gobierno, por su parte, decretó el cierre de Twitter, una de las redes sociales más seguidas del país. Al comprobar el alcance de las protestas, también cortó el acceso a otras páginas de la red y estableció la censura en los medios de comunicación.
Igualmente, como había sido habitual cada vez que se producía alguna protesta, culpó a los Hermanos Musulmanes de ser los convocantes.
Miércoles 26 de enero
Al contrario de lo que había ocurrido en otras ocasiones, las manifestaciones del día 25 tuvieron continuidad al día siguiente.
El día 26 también acudieron miles de personas a protestar contra el gobierno. La violencia empezó a crecer, tanto por parte de la policía como por la de los que protestaban. Se registraron dos fallecidos, uno por cada bando.
Más grave fue la situación en Suez, donde algunos hicieron uso de armas y se incendiaron algunos edificios gubernamentales. El ejército reemplazó a la policía para tratar de apaciguar a los manifestantes.
Uno de los acontecimientos más importantes entre los que ocurrieron ese día fue la huída de Gamal Mubarak, hijo del presidente. Junto con su familia, el presunto heredero puso rumbo a Londres.
Día de transición
El día 27, jueves, fue algo más tranquilo en El Cairo. Se había convocado una nueva manifestación masiva para el día siguiente, por lo que muchos decidieron descansar. Los Hermanos Musulmanes, que no habían expresado su opinión, se unieron a la convocatoria del viernes
Por su parte, Mohamed el-Baradei, un político egipcio que había sido Director General de la Agencia Internacional de Energía Atómica de la ONU y que era considerado como uno de los posibles líderes de la oposición a Mubarak, anunció que pensaba regresar a país si el presidente dimitía.
Viernes de la Ira
Las manifestaciones convocadas para el viernes 28, bautizado como el Día de la Ira, fueron un completo éxito.
A los manifestantes habituales, jóvenes en su mayor parte, se unieron otras miles de personas tras la oración de ese día. En poco tiempo, cientos de miles de personas ocupaban las calles de El Cairo.
Mohammed el-Baradei eligió ese día para regresar al país. El político no se dirigió a Tahrir, sino que intentó participar en las protestas que se desarrollaban en Giza. La policía lo detuvo durante esa jornada.
El gobierno continuó con su estrategia de bloquear internet. Lo mismo hizo con los teléfonos móviles. Ese día se produjeron varias cargas policiales y el lanzamiento de gases lacrimógenos. Los enfrentamientos entre ambos bandos crecieron en intensidad.
En Suez, por su parte, los manifestantes asaltaron varias comisarias de policía y dejaron en libertad a varios de los detenidos durante las jornadas anteriores.
En un intento de calmar la situación, Mubarak prometió cambios en los componentes de su gobierno y una serie de reformas legislativas. El día concluyó con 29 fallecidos.
Sábado 29 de enero
A pesar de llevar ya varios días de protestas, los manifestantes no daban muestras de flaquear. El éxito del Día de la Ira provocó que, el 29 de enero, de nuevo salieran a la calle. En esta ocasión, el grito que más se escuchó fue el de “abajo Mubarak”.
En un intento de detener las protestas se declaró el toque de queda en las ciudades más importantes del país. Este debía comenzar por la tarde y prolongarse durante toda la noche, pero los manifestantes hicieron caso omiso del mismo.
El ejército comienza a cambiar de bando
Como se ha señalado, el toque de queda nocturno fue ignorado por los ciudadanos de El Cairo. A la mañana siguiente, domingo 29, la plaza Tahrir volvió a ser el centro de las manifestaciones. Los allí reunidos exigían la elección de un nuevo gobierno y la redacción de una constitución.
En esos momentos se produjo el punto de inflexión en los acontecimientos. El gobierno ordenó a los soldados presentes que dispararan a los manifestantes, pero los militares rehusaron hacerlo.
Además, ese mismo día, los jueces se presentaron en la plaza para unirse a los que protestaban. De igual forma, acudió el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, lo que fue considerado como una muestra de que el ejército estaba abandonando a Mubarak.
La Marcha del Millón de Personas
Desde las redes sociales se convocó una nueva marcha para el día 1 de febrero. La intención era reunir a un millón de personas para reclamar la renuncia de Mubarak.
Aunque la cifra de manifestante varía según las fuentes, desde los dos millones señalados por Al Jazzera a los cien mil según la Agencia EFE, lo cierto es que la marcha fue multitudinaria.
Durante la misma, Mohamed el-Baradei realizó las siguientes declaraciones: “Mubarak debe dejar el país ahora para evitar un baño de sangre. Estamos discutiendo las diferentes alternativas a la era post Mubarak”
Partidarios de Mubarak en Tahrir
El último movimiento de Mubarak para evitar la caída de su gobierno, una vez que el ejército estaba dejando de apoyarlo, fue recurrir a sus partidarios. Así, el día 2, se produjeron violentos enfrentamientos entre grupos pro-gubernamentales y los manifestantes. El resultado de la jornada fue de 500 heridos.
Viernes 4 de febrero
Otra gran convocatoria se preparó para el viernes 4 de febrero. Los contrarios a Mubarak llamaron a esta marcha el Día de la Despedida, ya que pretendían dar el último empujón al gobierno.
Por su parte, los partidarios del presidente también se organizaron. Estos llamaron a estar presentes en las calles, bautizando ese día como el de la lealtad.
El ejército adoptó una posición ambigua. Los tanques se movilizaron, pero sin actuar contra los manifestantes.
El Día de la Despedida volvió a reunir a cerca de un millón de personas en El Cairo,. En Alejandría, por su parte, se manifestó otro medio millón de personas. Además, anunciaron que si se trataba de reprimir a sus compañeros cairotas con violencia, ellos viajarían a la capital para apoyarlos.
El presidente Mubarak concedió una interesante entrevista a la ABC ese mismo día. En ella afirmó que estaba cansado de permanecer en el cargo. Sus palabras finales fueron: «Me iría ahora mismo, pero si me voy habrá caos», añadió.
Renuncia de Mubarak
El día 10 de febrero, Hosni Mubarak pronunció un discurso por televisión. Durante el mismo anunció que delegaba sus funciones en Omar Suleiman, el vicepresidente. Igualmente, señaló que convocaría elecciones en septiembre tras las que abandonaría el cargo definitivamente.
Sin embargo, los manifestantes consideraron insuficientes esas medidas. Al día siguiente, viernes 11 de febrero, las protestas continuaron en todo el país.
Al mediodía, una cadena de televisión informó de que Mubarak había abandonado el país. Poco después, el principal periódico egipcio, desmintió esa noticia. Por último, Europa Press señaló que el presidente se encontraba en Sharm el Sheij, una conocida localidad turística egipcia. Los rumores se sucedían y nadie sabía muy bien que estaba ocurriendo.
Finalmente, ya durante la tarde, un comunicado oficial emitido por el vicepresidente Suleiman anunció la renuncia de Hosni Mubarak.
Las Fuerzas Armadas se hicieron cargo del poder, algo que no acabó de convencer a los manifestantes.
Consecuencias
Los manifestantes consiguieron su principal objetivo: la renuncia de Mubarak y su gobierno. Sin embargo, la toma del poder por parte de los militares fue recibida con bastante división de opiniones.
En principio, la junta de gobierno militar solo debía preparar elecciones. En realidad, su principal propósito era mantener los privilegios que siempre había tenido, comenzando por la ayuda estadounidense, que sumaba 1,3 millardo de dólares anual.
Nuevas manifestaciones
La propuesta de los manifestantes de que El-Baradei presidiera un gobierno provisional civil hasta la nuevas elecciones fue descartada por los militares.
La desconfianza hacia las intenciones del ejército llevó a los manifestantes a salir de nuevo a la calle. En julio de 2011, se reprodujeron las protestas en la Plaza Tahrir.
El Jefe del Ejército, Mohamed Tantawi, cedió y convocó elecciones para elegir a un nuevo gobierno.
Elecciones democráticas
Las votaciones tuvieron lugar el 21 de julio de 2011. El vencedor, contra lo que esperaban los jóvenes que organizaron las manifestaciones meses antes, fue Mohamed Morsi, candidato de los Hermanos Musulmanes.
De esta forma, los islamistas, cuyo papel en las protestas no había sido protagonista, lograron alcanzar el poder en el país. Se abrió, entonces, una etapa de incertidumbre.
Golpe de Estado
La presidencia de Morsi solo duró poco más de un año. Ya en noviembre de 2012 se convocaron varias manifestaciones en contra del proyecto de ley que daba a la figura presidencial mayores poderes.
Más adelante, a finales de junio del año siguiente, las protestas se intensificaron en El Cairo. En esta ocasión, se pedía directamente la dimisión de Morsi.
Tras varios días de tensión, el día 3 de julio, el ejercito, encabezado por el jefe de las Fuerzas Armadas, Fatah al-Sisi, dio un golpe de Estado que derrocó al presidente. Desde entonces Al Sisi, que cuenta con el apoyo de los Estados Unidos, se ha mantenido al frente del país.
Durante los meses siguientes se sucedieron en el país atentados terroristas de origen islamista, aunque no fueron cometidos por los Hermanos Musulmanes. La economía egipcia se vio muy perjudicada por la inestabilidad.
Por otra parte, las libertades políticas y civiles continúan casi igual de limitadas que durante el gobierno de Mubarak.
Juicio a Mubarak
El presidente depuesto por la revolución fue juzgado por la represión que se llevó a cabo contra los manifestantes. A principios de mayo de 2012, Mubarak fue condenado, aunque se libró de los cargos de corrupción y malversación al considerar los jueces que habían prescrito.
Igualmente, los hijos del expresidente y otros altos cargos de su gobierno resultaron absueltos en el juicio.
En enero de 2013, un juez ordenó repetir el juicio. En esta ocasión, Mubarak fue declarado inocente y liberado sin cargos en 2017.
Personajes principales
La Revolución Blanca no tuvo líderes destacados. Fue más bien un levantamiento popular organizado por internet, sin que ninguna organización cobrara protagonismo.
Hosni Mubarak
Este político llegó a la presidencia de Egipto tras el asesinato de Anwar el-Sadat, en octubre de 1981. Desde un primer momento, su mandato tuvo un estilo autoritario y toda la oposición era reprimida.
Mubarak conservó el poder durante casi treinta años. En ese periodo se convocaron varias elecciones, pero, excepto en un caso, él fue el único candidato.
La Revolución Blanca de enero y febrero de 2011 provocó que el mandatario tuviera que abandonar la presidencia, presionado por las multitudinarios manifestaciones en su contra.
Hosni Mubarak fue arrestado y juzgado por la represión violenta de las protestas de 2011. En un primer momento resultó condenado, pero, dos años después, el juicio tuvo que repetirse y el antiguo presidente fue liberado.
Mohamed el-Baradei
En 2010, el político fundó la Asociación Nacional para el Cambio, que pretendía convertirse en una alternativa al gobierno de Mubarak. Cuando estallaron las manifestaciones, El-Baradei regresó al país para participar en ellas.
Muchos lo consideraban como el candidato mejor colocado para dirigir una transición hacia la democracia en Egipto, pero retiró su candidatura en las elecciones de 2011 al no confiar en los militares que las estaban organizando.
Después del golpe de Estado contra el presidente Morsi, el-Baradei asumió el cargo de vicepresidente interino. Un mes más tarde, en agosto de 2013, dimitió y abandonó el país después de mostrar su desacuerdo con el rumbo que estaba tomando la junta militar gobernante.
Wael Ghonim
Aunque menos conocido que los anteriores, el papel de Wael Ghonim en la Revolución fue muy relevante. Este joven egipcio había sido el responsable del perfil en redes sociales de el-Baradei en 2010.
La muerte en manos de la policía de un joven comerciante de Alejandría, Khaled Said, hizo que Ghomin creara una página en Facebook para recordarlo. En poco tiempo, la página tenía más de medio millón de seguidores. Desde ella se convocaron varias de las manifestaciones que tuvieron lugar durante la Revolución.
Ghonim, quien se encontraba en Dubai, llegó a El Cairo justo parta tomar parte de la primera de las protestas, el día 25 de enero. El servicio secreto egipcio lo arrestó solo dos días después.
El joven informático fue liberado el 7 de febrero, por lo que pudo vivir la caída del régimen en libertad.
Movimiento 6 de abril
El 6 de abril de 2008 apareció un perfil en Facebook que convocaba a los trabajadores textiles de Mahalla a una huelga.
Los creadores eran un grupo de jóvenes que bautizaron su organización como el Movimiento 6 de Abril. Pronto, la policía de Mubarak intentó acabar con el grupo. Algunos de los fundadores fueron arrestados.
Tres años después, el Movimiento 6 de Abril seguía en activo. Junto con Ghonim y muchos otros jóvenes alentaron que todos los egipcios participaran en las protestas contra Mubarak. Igualmente, se encargaron de coordinar y convocar algunas de las manifestaciones.
Referencias
- Pérez Colomé, Jordi. Egipto: el largo camino de la revolución. Obtenido de letraslibres.com
- El País. Los 18 días que han revolucionado Egipto, Obtenido de elpais.com
- Niebergall, Nina. ¿Qué fue de la revolución egipcia?. Obtenido de dw.com
- The Editors of Encyclopaedia Britannica. Egypt Uprising of 2011. Obtenido de britannica.com
- Kanalley, Craig. Egypt Revolution 2011: A Complete Guide To The Unrest. Obtenido de huffpost.com
- Alex dot Jay. The role of social media in the 2011 Egyptian revolution. Obtenido de mystudentvoices.com
- Green, Duncan. What caused the revolution in Egypt?. Obtenido de theguardian.com
- Amnesty International. Egypt after the 2011 revolution. Obtenido de amnesty.org.uk