Historia

Batallón de San Blas: historia, batalla de Chapultepec y bandera


El Batallón de San Blas fue un cuerpo de infantería creado en 1823 en el puerto de San Blas, ubicado en Nayarit, México. Representa el orgullo patriota de los soldados que lucharon hasta la muerte por la independencia de México en la invasión estadounidense de 1847.

Su bandera, que posa los colores invertidos en orden rojo, blanco y verde, se convirtió en el emblema oficial del Museo Nacional de Historia, ubicado en el Castillo de Chapultepec, mismo lugar donde se libró la batalla decisiva contra las tropas de los Estados Unidos.

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Historia

Fue fundado con el nombre de Batallón Activo Guardacostas de San Blas el 20 de agosto de 1823 en el puerto de San Blas, conformado por tropas de soldados preparados para marcar la diferencia.

Sus primeras luchas armadas se remontan a 1825, cuando ejercían como un equipo de guardacostas del puerto de Mazatlán. Al comenzar la invasión estadounidense en 1846, ya eran uno de los cuerpos de infantería más experimentados y mejor preparados.

Dicho reconocimiento se debió a su participación en los enfrentamientos desatados durante los principios de México como nación independiente, en la etapa de transición más avanzada de la Nueva España.

Entre las calamidades y errores históricos de inteligencia militar que amañaron a México en sus luchas independentistas, el batallón de San Blas fue la excepción, haciendo honor a su reputación de grupo eficiente en el campo de batalla.

Esto pese a contar con varias derrotas, como la sufrida en Cerro Gordo el 18 de abril de 1847, a pocos kilómetros de Xalapa, donde se intensificó el dominio de Estados Unidos y logró avanzar en su camino a la capital.

El Batallón de San Blas pasó por varias transformaciones durante su trayectoria. Incluso había sido disuelto por contar con integrantes ya muy veteranos, pasando a ser figura de regimiento de infantería.

Sin embargo, esto cambió el 1 de julio de 1847, cuando el presidente y comandante en jefe del ejército de México, Antonio López Santa Anna, lo restableció en decreto nacional. A partir de entonces retomó su estructura inicial.

La batalla de Chapultepec

Antecedentes

Hacia principios de septiembre de 1847, en plena invasión estadounidense, las fuerzas militares del país planeaban con cautela las vías para atacar Ciudad de México y ganar la guerra entre ambas naciones que comenzó por la disputa del territorio de Texas, que pertenecía a México.

Una de las alternativas para dar el golpe final era tomar el castillo de Chapultepec, zona que le abriría el camino directo hasta la capital y los acercaría en gran medida a alcanzar la victoria apoderándose de muchas más regiones de las que proyectaban en principio.

Así fue como la invasión tomó otra dimensión. Al ver la fragilidad del ejército mexicano, los estadounidenses llegaron más allá de Texas y la Alta California, aprovechándose de la debilidad del cuerpo militar de sus vecinos. El poderío armamentístico de los estadounidenses o cómo se aprovecharon de los pelotones desprevenidos, fueron otros factores claves.

El Castillo de Chapultepec no fue la excepción a otras zonas mexicanas. Estaba precariamente resguardado por el general Nicolás Bravo, un veterano condecorado de las primeras luchas independentistas. 

Pero, pese a su palmarés de guerra, el general no disponía de recursos ni hombres suficientes para resistir un bombardeo del calibre de los estadounidenses. Apenas contaba con 10 piezas de artillería y unos cuantos soldados que le acompañaban en la sede del Colegio Militar, ubicada en el mismo castillo.

Ofensiva estadounidense

La ofensiva del ejército de los Estados Unidos comenzó entre los días 10 y 11 de septiembre de 1847. Las tropas mexicanas que resguardaban los puntos de San Antonio de Abad y Niño Perdido fueron sorprendidas y rápidamente eliminadas.

Los dirigidos por el general Winfield Scott arremetieron triunfales en su primer movimiento para hacerse con el castillo de Chapultepec. Luego de concentrar la cantidad de efectivos suficiente junto con la artillería pesada, dieron inicio al enfrentamiento armado el día 12 a primera hora de la mañana.

El fuego no cesó durante las primeras 24 horas. Bravo se encontraba sitiado y pidió refuerzos para mantener en pie la defensa del castillo, que para la mañana del 13 de septiembre, después de un día de batalla, estaba casi destruido por completo.

Santa Anna, quien en principio también estaba al borde de la derrota e incluso consideró tomar algunos de los pocos soldados que defendían Chapultepec, desistió de ese movimiento y accedió al pedido del general Bravo. Envió a 400 hombres del Batallón Activo de San Blas a defender el castillo, comandados por el teniente coronel Felipe Santiago Xicoténcatl.

Sin embargo, los soldados no tuvieron tiempo de llegar a la edificación. Las fuerzas estadounidenses abrieron fuego contra ellos en la pendiente del cerro del Chapulín, antes que pudieran arribar a la cima y plantarse en el castillo.

Los historiadores refieren registros lapidarios: eran 400 soldados mexicanos del batallón de San Blas contra más de 1000 efectivos de los Estados Unidos liderados por el general Gideon Pillow.

Pero más allá de la evidente desventaja numérica y de artillería –las tropas mexicanas reutilizaban armamento usado que compraban a Gran Bretaña- el legendario batallón de San Blas logró reprimir las fuerzas de Pillow en algún momento, obligándolo a pedir refuerzos.

Los valientes soldados del escuadrón se mantuvieron firmes en pie de lucha hasta la muerte, librando una batalla aguerrida que los inmortalizó como los últimos bastiones de resistencia en el Castillo de Chapultepec, inspirando las venideras luchas por la independencia de México a pesar de la derrota inminente y la gran pérdida de territorio a favor de los Estados Unidos.

Bandera

La proeza heroica del Batallón Activo de San Blas alcanzó el clímax en pleno enfrentamiento, cuando su comandante en jefe Felipe Santiago Xicoténcatl se impuso al frente de las líneas enemigas para recuperar la bandera de su escuadrón, que se había perdido tras la violenta arremetida del ejército de los Estados Unidos en la ladera del cerro del Chapulín.

Xocoténcatl regresó unos metros, recogió el preciado objeto fabricado en tela y mientras lo recogía del suelo, una ráfaga de disparos lo hirió de muerte, recibiendo más de 14 impactos de bala.

Se dice que, entre la balacera se mantuvo siempre firme, alentando a sus hombres a resistir la lucha armada hasta el fin, mientras caía sobre la bandera del batallón que quedaría manchada con su sangre y significaría luego un símbolo nacional de lucha y patriotismo de México.

Desde 1947, la bandera es el emblema oficial del Museo Nacional de Historia, Castillo de Chapultepec, en la que aún se aprecian los vestigios de la sangre del apreciado Xocoténcatl.

La batalla de Chapultepec se sigue conmemorando como acontecimiento heroico, ejemplo de excelencia militar y amor por la patria.

Referencias

  1. La bandera nacional, testimonios de la construcción de la identidad mexicana. Ministerio de Cultura de México. cultura.gob.mx
  2. La bandera del batallón de San Blas, artículo del diario Zócalo, publicado el 23 de septiembre de 2013.
  3. Xicoténcatl, un héroe máximo de la intervención americana, Juan Manuel Torrea, imprenta El Progreso, 1929.
  4. El Batallón de San Blas, 1825-1855: breve crónica de una heroica tropa, Miguel A Sánchez Lamego, 1964.
  5. La batalla de Chapultepec y la cartografía mexicana, sitio web oficial del gobierno de México, gob.mx