Medicina

Transición epidemiológica: concepto, características y ejemplos


La transición epidemiológica se define como el conjunto de cambios a largo plazo que se da en los patrones de salud y enfermedad de las poblaciones humanas, así como en las interacciones entre estos patrones y sus causantes y consecuencias en términos económicos, demográficos y sociológicos.

La teoría de la transición epidemiológica fue formulada por primera vez en 1971, en un artículo publicado por el epidemiólogo egipcio-americano Abdel Omran. En esta publicación Omran propuso un modelo integrador para la epidemiología en relación con los cambios demográficos de las poblaciones humanas.

A través de los años, varios autores han realizado aportes significativos a esta teoría, con el fin de facilitar la descripción y/o comprensión de los cambios relacionados, no solo con los patrones de salud y enfermedad de las naciones, sino también con la transformación de los servicios sanitarios en función dichos cambios.

Índice del artículo

¿Por qué hablar de transición epidemiológica?

La teoría de la transición epidemiológica nació como una forma de explicar cómo es la relación que existe entre los patrones de salud y enfermedad de las poblaciones humanas y las dinámicas demográficas, sociales, económicas e incluso políticas y culturales.

En palabras un poco más sencillas, esta teoría explica cómo se relaciona la salud/enfermedad de los miembros de una población con las condiciones socioeconómicas y demográficas inherentes a la misma.

También explica cómo cambian en el tiempo una en función de la otra, bien sea en beneficio o detrimento de la población, es decir, hacia el aumento de la mortalidad o de la esperanza de vida.

Las primeras transiciones de la humanidad

En la historia de la humanidad, el hombre comenzó a experimentar las primeras transiciones epidemiológicas cuando las comunidades nómadas comenzaron a asentarse y organizarse en civilizaciones y sociedades más complejas.

Los primeros asentamientos humanos padecieron distintas enfermedades derivadas de la repentina cercanía con los animales que empleaban para transportarse y/o alimentarse (zoonosis).

Más adelante, el advenimiento del comercio e intercambio de rubros entre poblaciones aledañas contribuyó a la dispersión de otras enfermedades de diferentes orígenes (virales, bacterianas, parasitarias).

Otras enfermedades afectaron después a las civilizaciones cuando los hombres comenzaron a explorar y descubrir nuevos ambientes, y con la globalización posterior muchos males regionales se hicieron globales.

Características de la transición epidemiológica

Según la publicación original de Omran en 1971, la transición epidemiológica de una nación se relaciona directamente con su desarrollo social y económico.

Este autor divide el proceso “clásicamente” (para los países occidentales) en cuatro etapas, fases o eras sucesivas, las cuales probablemente han transcurrido a lo largo de los últimos 200 años:

  1. Elevada mortalidad: debida a los efectos negativos del hacinamiento y de la malnutrición o desnutrición; a distintas enfermedades contagiosas y a problemas perinatales, es decir, durante la gestación (embarazo), durante el parto o en tiempos muy cercanos al alumbramiento.
  2. Disminución de mortalidad, de las enfermedades infecciosas y las pandemias: que significa un aumento en la esperanza de vida de la población, así como de la fecundidad y de los sistemas de atención sanitaria.
  3. Desarrollo de enfermedades crónicas y degenerativas: principalmente provocadas por el hombre y su estilo de vida, entiéndase alimentación, conducta, relaciones sociales, adicciones, entre otras.
  4. Disminución de las patologías crónicas y aumento de otras: esta cuarta fase tiene que ver con la disminución de las patologías crónicas y degenerativas, pero con el aumento de las tasas de mortalidad provocadas por otras patologías “sociales” como accidentes y defunciones por causas relacionadas con la violencia.

Es importante establecer lo siguiente:

En una nación las transiciones epidemiológicas no son necesariamente irreversibles, así como también es cierto que una nación puede presentar grupos sociales con distintos perfiles epidemiológicos, muy relacionados con las diferencias socioeconómicas y demográficas existentes, lo que hace que el patrón de salud/enfermedad sea diferente dependiendo de dónde se estudie y a qué escala.

Otros modelos diferentes al “clásico”

Omran también estableció otros dos “modelos”:

El modelo acelerado: que experimentaron las regiones del este de Europa, los países de la antigua Unión Soviética y Japón. Es acelerado porque se dio en los últimos 50 años.

El modelo demorado o tardío: que caracteriza a los países del “tercer mundo”, donde aún existen altas tasas de natalidad (en la mayoría) y donde la mortalidad disminuyó con el advenimiento de nuevas tecnologías sanitarias y mayor atención gubernamental, especialmente después de la segunda guerra mundial.

Transición epidemiológica en México

México, como país de América Latina, se enmarca en un modelo de transición epidemiológica “tardío” o “intermedio” en relación con Europa y otros países desarrollados, pues la progresión de dicha transición ocurrió especialmente después de la Segunda Guerra Mundial, como sucedió con muchos otros países de la región y parece no haber llegado a su fin.

Entre el siglo XX y el siglo XXI, en este país disminuyeron las tasas de mortalidad y, en consecuencia, aumentó la esperanza de vida de 36 años (en las primeras dos décadas) a 75 años (durante la primera década del siglo XXI).

Para el año 1950 la mortalidad en México estaba muy relacionada con varias enfermedades infectocontagiosas, mientras que más cerca del siglo XXI, para la década del 90, se dio un aumento en las muertes por enfermedades crónico-degenerativas y diferentes clases de accidentes.

Esta transición “positiva” fue fruto de:

  • Campañas de prevención de la transmisión de enfermedades transmisibles.
  • Control y erradicación de ciertas enfermedades.
  • Aumento de la calidad de vida.
  • Mejoría de las condiciones culturales, económicas y sociales.

Si bien esto fue cierto para parte importante de la población mexicana, tanto en ese momento como en la actualidad, existen grupos y comunidades donde aún prevalecen malas condiciones sanitarias, pobreza y falta de educación sanitaria, por lo que persisten enfermedades infectocontagiosas de distintos tipos.

Transición epidemiológica en Colombia

Colombia tiene una situación muy similar a la de México, que autores como Marinho y colaboradores describen como una transición “reciente” (tardía), igual que la que ha ocurrido en muchos países de la región como Brasil, Costa Rica y Venezuela, caracterizada por la reciente aparición de enfermedades crónicas y la disminución de enfermedades infecciosas.

Sin embargo, para otros autores como Gómez (2001) este país se ajusta a un modelo de transición intermedia, con patrones de mortalidad y fecundidad entre los modelos “rápido” y “lento”.

No obstante, en este país siguen existiendo problemas de mala nutrición y muchas enfermedades transmisibles desatendidas, pero al mismo tiempo hay una rápida expansión de enfermedades crónicas y otras emergentes.

Transición epidemiológica en España

En España, así como en gran parte del continente europeo, se dice que la transición epidemiológica siguió el modelo “clásico” y concluyó más o menos alrededor de la década de 1950, momento en el cual disminuyeron considerablemente las altas tasas de mortalidad infantil debidas a enfermedades infecciosas.

En un estudio realizado en 1996, publicado por Pompeu y Bernabeu-Mestre, se describe un 70% de reducción de la mortalidad en adultos entre el periodo de 1900-1990, caso similar a la disminución de la mortalidad infantil de 204 muertes por cada 1.000 nacidos vivos a principios de 1900, a 7 por cada 1.000 nacidos vivos a finales de 1990.

Durante este periodo de tiempo, no obstante, hubo dos eventos que tuvieron gran significancia en relación con el aumento transitorio de las tasas de mortalidad: la epidemia de la gripe española, en 1918, y la guerra civil, entre 1936 y 1942.

La esperanza de vida en este país pasó de ser 35 en 1900 a 77 años en 1990, lo que se traduce en una “ganancia” de más de 40 años, un aumento superior al 100%.

Así mismo, otras causas de muerte como las enfermedades infecciosas y no infecciosas fueron muy influyentes durante las primeras décadas del siglo XX, aumentando para mitad del siglo la cifra de muertes por enfermedades no infecciosas y disminuyendo un 95% las muertes por enfermedades infecciosas para la década de 1990.

La transición epidemiológica en España estuvo acompañada, así como en la mayor parte de Europa, de una mejoría progresiva en la atención sanitaria, de la mano con un aumento en el número de profesionales sanitarios colegiados, número de camas hospitalarias y presupuesto destinado a la salud.

Otras mejorías incluyeron las relacionadas con el acceso a agua potable y a sistemas de agua corriente y de retrete que tuvieron lugar entre 1960 y 1970:

  • Para 1950 más del 60% de las viviendas en este país no contaban con agua corriente, pero esto disminuyó un 98% para 1991.
  • Así mismo, 48% de las viviendas carecía de retretes y para finales de 1990 este número se redujo a 3%.

Transición epidemiológica en Argentina

Curto y colaboradores, en su publicación del 2001, realizaron un análisis de la transición epidemiológica en Argentina dividiendo las causas de muerte en cuatro grupos:

  • Por enfermedades infecciosas y parasitarias: donde se incluyen la fiebre amarilla, el cólera, la viruela, etc.
  • Por enfermedades crónicas y degenerativas: donde se agrupan, entre otras, la diabetes y la cirrosis.
  • Por enfermedades de carencia: provocadas por deficiencias alimenticias y otras.
  • Por enfermedades sociopatógenas: incluyendo causas psiquiátricas y otras “externas”.

Mediante el análisis de los datos demográficos correspondientes a varios años y registros históricos hasta la fecha de la publicación, este grupo de investigadores buscó determinar a qué modelo de transición epidemiológica se ajustaba el país (de acuerdo con los tres enfoques planteados por Omran en 1971).

En sus resultados exponen que no cuentan con suficientes registros para determinar la fase 1 de la transición epidemiológica, es decir, no poseen información respecto a las causas de muerte y demás parámetros demográficos del siglo XIX.

Establecen que Argentina estuvo alrededor de 40 años en la “fase 2”, donde la mortalidad relativa a enfermedades crónicas y degenerativas aumentó hasta el 50% entre todas las causas de muertes entre 1916 y 1950, en la misma época donde las muertes por enfermedades infecciosas y parasitarias correspondieron al 8%.

La disminución de las pandemias durante esta fase fue posible gracias a la consolidación de modelos de salud pública que incluían vacunación, previsión, bienestar y seguridad social.

Delimitan una “fase 3” de más de 30 años a partir de 1956, donde las enfermedades crónicas representaron alrededor del 80% de todas las causas de muerte para 1982 y el porcentaje de las muertes por enfermedades infecciosas y parasitarias se mantiene relativamente constante en un 10%.

Asocian esta persistencia de las muertes por enfermedades crónicas y degenerativas debida a un aumento en la esperanza de vida y a la prevalencia del tabaquismo y el sedentarismo como factores de riesgo para distintas condiciones crónicas.

En el periodo comprendido entre 1982 y 1999 (fase 4) disminuyó a 72% el porcentaje de muertes por enfermedades crónicas y degenerativas, pero aumentaron de 4 (en 1916¨) a 7.5 los porcentajes de muertes por enfermedades o condiciones sociopatógenas.

Entre las enfermedades sociopatógenas se incluyen suicidios, deterioro de la calidad de vida por estrés y hacinamiento, muertes accidentales, homicidios, etc.

En base a estos resultados, los autores proponen que Argentina tuvo una transición epidemiológica muy similar a la del modelo clásico occidental propuesto por Omran, pero que puede presentar diferencias considerables si se evalúa respecto a las provincias y comunidades individuales.

Referencias

  1. Barrett, R., Kuzawa, C. W., McDade, T., & Armelagos, G. J. (1998). Emerging and re-emerging infectious diseases: the third epidemiologic transition. Annual review of anthropology, 27(1), 247-271.
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  7. Marinho, F. M., Soliz, P., Gawryszewski, V., & Gerger, A. (2013). Epidemiological transition in the Americas: changes and inequalities. The Lancet, 381, S89.