Historia

Voltaire: quién fue, biografía, pensamiento, obras y aportes


Voltaire, de nombre real François-Marie Arouet (1694-1778), fue un filósofo y escritor francés de la Ilustración, defensor de la libertad de expresión, de la separación de la iglesia y el Estado, y crítico de la Iglesia católica, del cristianismo, del islam y del judaismo. Escribió poesía, obras de teatro y trabajos filosóficos e históricos.

Las contribuciones de Voltaire al pensamiento y al arte fueron diversas y de gran importancia para varias disciplinas, desde la filosofía y la política, hasta la religión e incluso la ciencia. Las obras de Voltaire siempre fueron fuente de controversia por sus referencias y sus posiciones frente a la política y la religión.

En su momento, todas sus obras estuvieron en el Index librorum prohibitorum, un índice de libros prohibidos que la iglesia mantenía de todos aquellos autores que consideraba heréticos o abiertamente contrarios a la religión cristiana.

Por su tono satírico, es difícil saber cuándo Voltaire expresaba sus ideas seriamente y cuándo no, hecho que ha generado desacuerdos entre quienes lo estudian. Actualmente su figura no es tan polémica, a diferencia de los odios y amores extremos que generó en su época.

Fue vegetariano y defensor de los derechos de los animales, opinando de los hinduistas (los practicantes del hinduismo) que “son gente inocente y pacífica, incapaz de hacer daño a otros o de defenderse a ellos mismos”.

Biografía de Voltaire

El nombre de nacimiento de Voltaire fue François-Marie Arouet. Nació el 21 de noviembre de 1694 en París, Francia, y fue determinante en la época de la Ilustración.

Registros históricos indican que el pensamiento de Voltaire influyó notablemente en la generación de la Revolución francesa, movimiento que marcó un punto de inflexión en el contexto que se vivía.

Estudios

La familia de Voltaire era adinerada, lo que le permitió a él obtener una educación de buena calidad.

En 1704 ingresó en el colegio jesuita Louis le-Grand, en donde obtuvo su primera formación. Estuvo allí hasta 1711 y sus estudios en esa institución le brindaron un amplio conocimiento del griego y del latín.

El colegio Louis le-Grand resultó un espacio muy apreciado por Voltaire, y varios amigos que hizo en este escenario se mantuvieron presentes en el transcurso de su vida; además, muchos de estos se convirtieron posteriormente en personajes influyentes en la esfera pública.

Por ejemplo, uno de estos amigos fue Agustín de Ferriol, quien fue conde D’Argental, ministro plenipotenciario y consejero del Parlamento de la época.

También por estos años el padrino de Voltaire, que era el abate de Châteauneuf, lo invitó a participar en encuentros de la llamada Sociedad del Temple.

Esta era una agrupación que compartía sesiones de literatura y en donde, en general, se tenía una actitud no favorable hacia la religión. Estas reuniones influyeron mucho en Voltaire y enmarcaron en gran medida su pensamiento posterior.

Su padrino también lo puso en contacto con una cortesana famosa en la época, llamada Ninon de Lenclos. La impresión que dejó Voltaire en esta mujer fue tal que, al morir, decidió dejarle dos mil francos para que pudiese costearse más libros.

Intervención del padre

La intención de Voltaire era vivir una vida despreocupada, llena de reuniones con lo más selecto de la sociedad y con una situación económica acomodada. Su padre se preocupó por esta forma desenfadada de ver la vida, y le hizo inscribirse en la carrera de Derecho.

Voltaire no estaba interesado en el Derecho, así que pasó buena parte de su época de formación dedicado a escribir odas y otras formas literarias, en nada vinculadas con lo que estaba estudiando.

Al ver este resultado, el padre de Voltaire le llevó a vivir un tiempo en Caen, ciudad ubicada al oeste de Francia; sin embargo, tampoco influyó positivamente en el objetivo de centrar a su hijo.

Entonces, el padre de Voltaire lo envió a La Haya para que trabajara como secretario del marqués de Châteauneuf, quien era el nuevo embajador de La Haya, además de hermano de su padrino, el abate de Châteauneuf.

Olympe

En este escenario Voltaire conoció a Olympe, una joven de la cual se enamoró y que resultó ser hija de madame Dunoyer, quien había huido de Francia y tenía profundas ideas protestantes y críticas dirigidas a la monarquía del país. Estas ideas se plasmaban en una publicación periódica llamada La Quintessence, escrita por ella.

Madame Dunoyer consideraba a Voltaire un don nadie, y el padre de Voltaire no toleraba que su hijo se relacionara con la hija de una mujer que había tenido una actuación tan polémica. Por esto, ninguno de los dos tutores aprobó la unión de Voltaire y Olympe, y este fue enviado de regreso a París.

Una vez en París, Voltaire trató por todos los medios de reunirse de nuevo con Olympe, pero finalmente su padre lo convenció de lo contrario, haciéndole ver que podía llegar incluso a ordenar su destierro si no le hacía caso.

Vuelta al Derecho

Voltaire comenzó a trabajar en el cargo de escribiente dentro de una notaría, pero esta labor seguía sin interesarle. En cambio, disfrutaba mucho de publicar poemas burlones que hablaban del contexto social y político de la época, y que tenían la capacidad de perturbar a las clases más pudientes del París de entonces.

Tomando en cuenta este nuevo contexto, el padre decidió actuar de nuevo y le hizo viajar a Saint-Ange, en donde Voltaire volvió a su formación en Derecho. A pesar de esto, siguió escribiendo y publicando, lo que hizo que su fama fuera creciendo en ciertos círculos franceses.

Cárcel

En 1716 Voltaire fue enviado a la cárcel por haber publicado unos versos, en los cuales criticaba al duque de Orleans.

Como consecuencia de este hecho se le asignó una pena de encarcelamiento en el castillo de Sully-sur-Loire, pero esta pena agravó cuando, en 1717, Voltaire publicó un nuevo poema llamado Puero regnante, en el que se burlaba de forma aún más agria del mencionado duque.

Entonces Voltaire fue llevado a la Bastilla, y estuvo encarcelado allí durante once meses. Mientras estuvo en la cárcel, escribió su obra emblemática Edipo, que tras su publicación en 1719 fue un éxito.

En la cárcel comenzó a ser conocido como Voltaire; de hecho, su obra Edipo es la primera que firma con este seudónimo.

No hay claridad en cuanto a cuál fue el origen de este sobrenombre; algunos afirman que es una construcción basada en su mismo nombre, y otros indican que viene de una transformación de la forma en la cual su madre le llamaba de pequeño (“petit volontaire”, que significa “pequeño testarudo”).

Luego de Edipo publicó “La Henriada” en 1723, un poema en honor a Enrique VI; ambas obras lo hicieron ser considerado como un gran escritor de su tiempo.

Destierro

No pasó mucho tiempo más antes de que Voltaire tuviera nuevamente un encuentro con la ley. Esta vez fue a consecuencia de una serie de discusiones que mantuvo con el noble Guy Auguste de Rohan-Chabot.

Todo comenzó en una reunión social, en la que Rohan-Chabot preguntó a Voltaire sobre su verdadero apellido. Este último respondió con un desaire sarcástico, y Rohan-Chabot se ofendió de tal forma que organizó una emboscada en la que varios hombres golpearon a Voltaire.

Voltaire pidió ayuda a sus amigos nobles para denunciar a Rohan-Chabot, pero ninguno quiso actuar en contra de otro noble, así que decidió tomar venganza por sus propios medios y comenzó a entrenarse en el arte de la esgrima.

En cuanto Rohan-Chabot supo de sus intenciones, pidió una orden de encarcelamiento en su contra y Voltaire fue llevado a la Bastilla, siendo posteriormente desterrado a Inglaterra, con una prohibición de no acercarse a menos de 50 leguas de París. Voltaire llegó a Inglaterra en mayo de 1726.

Al final, el destierro en Inglaterra fue beneficioso para Voltaire, puesto que logró estar en contacto con personajes influyentes de la época, como Isaac Newton y John Locke.

Regreso a París

En 1729 volvió a París, teniendo todo un bagaje de nuevo conocimiento obtenido en Inglaterra. Durante los años siguientes se dedicó a publicar distintas obras de corte crítico y con énfasis en el valor y en la promoción de la libertad.

Otro momento determinante en la vida de Voltaire fue cuando publicó sus Cartas filosóficas, también llamadas Cartas inglesas, en las que criticaba el nepotismo francés y hablaba de lo positivo de ser tolerante en los ámbitos religiosos, así como del fomento de la libertad de pensamiento.

Esto escandalizó a las autoridades de la época, quienes tomaron los ejemplares de esta obra y los quemaron en público. En este punto, Voltaire se vio en la necesidad de escapar hacia el castillo de la marquesa Émilie du Châtelet, que estaba ubicado en Cirey.

Allí estuvo hasta que la marquesa murió, en 1739, año en el que retomó relaciones con la administración de Luis XV, para quien trabajó como historiógrafo.

Otros destinos y fallecimiento

Más de una década después, en 1750, Voltaire fue llamado por el rey Federico II de Prusia, en cuya corte fue nombrado historiógrafo, académico y caballero de la cámara real. En el seno de esta corte publicó varias de sus obras más emblemáticas, como El siglo de Luis XIV, publicada en 1751.

Un tiempo después Voltaire tuvo una discusión con el rey Federico II, que le obligó a abandonar Prusia. De allí viajó a Ginebra, en donde estuvo hasta 1758 y en donde sus publicaciones no fueron del todo bien recibidas.

Finalmente, en 1759 se trasladó a Ferney, Francia, en donde obtuvo una propiedad en la cual vivió durante 18 años. Voltaire falleció en 1778; un tiempo antes recibió un gran homenaje en París, en donde se quedó hasta su muerte.

Pensamiento

Se dice que gran parte de las ideas que conformaron el pensamiento de Voltaire fueron concebidas en la época en la que vivió en Ferney, hacia el final de su vida, a partir de 1760.

Religión

El primer aspecto relevante del pensamiento de Voltaire era que consideraba que la religión era más bien una actividad llena de fanatismo y supersticiones.

Vale acotar que Voltaire no era ateo, sí creía en Dios, pero criticaba fuertemente las acciones del clero. Para él las personas creyentes en Dios eran naturalmente honradas.

Era un defensor acérrimo de la libertad de culto y de la tolerancia, especialmente en el ámbito religioso. Para este pensador, las guerras basadas en elementos religiosos generaban un escenario absurdo.

Su crítica hacia el fanatismo religioso incluía tanto a los católicos como a los protestantes, esto enmarcado en el hecho de que favorecía la libertad de culto.

Tolerancia

La tolerancia por la que abogaba Voltaire incluía el ámbito religioso, pero no se limitaba a este. Según Voltaire, la tolerancia es fundamental en todos los escenarios.

En este ámbito Voltaire sentencia con una frase hoy bastante difundida: “No hagas a los demás lo que no quisieses que te hicieran a ti”.

Para Voltaire, el basamento del derecho natural era fundamental para evidenciar que cualquier tipo de acción intolerante estaba fuera de lugar, e incluso podía ser considerada como un acto de barbarie. Estas ideas sobre la tolerancia siguen vigentes en la actualidad.

Política

La concepción de Voltaire en el ámbito político era claramente cónsona con el sistema británico, al que tuvo acceso durante su destierro.

Para Voltaire lo más importante era el mantenimiento de las libertades individuales, y creía en sistemas que fomentaran dichas libertades. Por esto, Voltaire no era necesariamente adverso a las monarquías, siempre que respetaran las libertades de los individuos.

Además, Voltaire estaba en contra de las actitudes arbitrarias de los monarcas; para evitar esto, proponía la existencia de un consejo de ministros empapado en las ideas de la Ilustración, que impidieran acciones egoístas y otras actividades despóticas.

Economía y sociedad

En el ámbito económico y social, Voltaire se mostró siempre a favor de la propiedad privada. Como se ha visto, fue un hombre muy atraído por las riquezas y la vida acomodada de la aristocracia.

Este pensador no creía en la igualdad; no lo consideraba un derecho natural, sino más bien un concepto utópico. De hecho, registros históricos más bien revelan que Voltaire no realizó ninguna acción en beneficio de las clases más desfavorecidas de la época; carecía de sensibilidad social.

Tenía una visión corta del común de las personas, indicando que no era posible que estos pudiesen razonar. Tampoco veía con buenos ojos a los nobles; solo estaban en un escenario favorable para él cuando se encontraba en medio de la alta burguesía.

Parte de los factores por los cuales abogó durante su vida fue tener un sistema judicial eficiente, sin nepotismo, con mayor capacidad de brindar justicia real.

Obras de Voltaire

Voltaire publicó una gran cantidad de obras, entre las que hubo ensayos, obras de teatro, poemas y odas, entre otros géneros literarios. A continuación mencionaremos algunas de las más trascendentes:

Tratado sobre la tolerancia

Esta obra fue escrita en el marco de lo ocurrido con Jean Calas, un comerciante protestante a quien se condenó a pena de muerte en 1762 por haber sido acusado de matar a su propio hijo tras convertirse a la religión católica.

Esto resultó falso y años después se reconoció su inocencia, pero Voltaire se inspiró en este hecho para criticar muy fuertemente al clero.

El fanatismo o Mahoma el profeta

Esta obra se centra en el fanatismo como un elemento muy dañino y desfavorable para cualquier sociedad. En este caso, el fanatismo está enfocado en el ámbito religioso.

El siglo de Luis XIV

Se trató de una obra laudatoria hacia Luis XIV, en la que reconoce el impacto que tuvo este monarca, quien estuvo rodeado de asesores muy capaces. Esta fue una de sus obras de corte historiográfico más importantes.

Diccionario filosófico de bolsillo

En este libro, publicado en 1764, Voltaire analiza aspectos de la política y de la economía, aunque se centra sobre todo en el ámbito religioso. Es en este diccionario en donde este pensador habla de la igualdad como una quimera, no asociada a ningún derecho natural.

Cándido o el optimismo

Este es un relato filosófico en donde, una vez más, critica el pensamiento y la creencia providencialista religiosa. Siguiendo su línea intelectual, finaliza este libro con una frase que recoge sus ideas: “Cultivar el propio jardín”, en alusión clara a que el ser humano debe valerse por sí mismo, sin esperar nada de ningún dios.

Aportes de Voltaire

Religión y filosofía

Los escritos de Voltaire sobre religión fueron diversos. Entre ellos se encuentran cartas que escribió a dirigentes invitándolos a comprometerse con excluir la religión del orden social.

Voltaire era un deísta y a pesar de sus ataques al cristianismo, siempre defendió desde su obra la práctica de las diferentes religiones, dejando claro el sentido de libertad.

Entre sus aportes en religión y filosofía, Voltaire escribió sobre Jesús como un entendedor de la “religión natural” y defendió el sistema religioso de recompensas y castigos por sus fines prácticos. 

Influencia política y social

Los aportes de Voltaire en lo político y lo social tuvieron un gran impacto en la sociedad de su época. Sus ensayos, panfletos y obras diseminaron su pensamiento en este sentido.

Por su visión liberal, basada en el derecho de los hombres a la libertad, se considera a Voltaire como uno de los principales pensadores de la Ilustración francesa.

Poesía

La obra poética de Voltaire también es considerada uno de los grandes aportes de este francés.

Voltaire presentó la poesía como una manifestación de la obra de arte que tiene por objeto la producción de belleza.

A partir de su visión de la poesía y las artes, Voltaire definió la distinción entre las artes liberales que buscan la belleza, y la técnica que busca el saber especializado.

Su más famoso trabajo poético fue “La Henriada”. Es un largo poema épico de 10 cantos que publicó en 1723.

Prosa y otros escritos artísticos

La obra artística de Voltaire no se limitó a la poesía. Voltaire también dio a la humanidad grandes escritos en prosa, incluyendo sátiras, novelas y obras de teatro. Mucha de la fama que obtuvo Voltaire se debió a lo ligero y claro de su prosa.

Entre los textos más famosos de Voltaire se encuentran la obra de teatroEdipo y las novelas Zadig o el destino, Cándido y Micromegas. 

Aportes a la ciencia y la historia

Voltaire también aportó varios escritos en temas de ciencia e historia.

En ciencia, Voltaire escribió algunos libros sobre los hallazgos de Newton y su filosofía. Voltaire ganó fama en la ciencia no tanto por sus descubrimientos, sino por su gran curiosidad en diversos campos científicos y su capacidad para interpretar la parte esencial de los trabajos investigativos.

Sus trabajos de historia son considerados de gran importancia. Entre los temas históricos sobre los que escribió Voltaire están textos en contra de las guerras y las iglesias, y textos sobre personajes como Carlos XII de Suiza y Luis XV.

Referencias

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