Anatomía y fisiología

Cavidad glenoidea: características, función, patologías, trastornos


La cavidad glenoidea es una concavidad del omóplato u escápula. En ella encaja perfectamente la cabeza del húmero, conformando la articulación glenohumeral o también llamada escapulohumeral. Esta articulación también es conocida como primera articulación del hombro.

Esta articulación es muy inestable y, por ello, el músculo deltoides tiene como función elevar la cabeza humeral hacia el acromion, en tanto que el músculo supraespinoso no permite que la cabeza del húmero se salga de la cavidad glenoidea.

A su vez, en los arcos medios de movimiento del hombro, el manguito rotador actúa como un estabilizador dinámico, el cual se encarga de empujar la cabeza humeral contra la cavidad glenoidea.

De igual manera, los movimientos del hombro por encima de los 60° y en la rotación, la articulación es estabilizada por el complejo glenohumeral inferior. Este complejo está formado por la cápsula articular en conjunto con el ligamento glenohumeral inferior.

Entre las patologías que involucran a la cavidad glenoidea se encuentran: la inestabilidad del hombro cuya causa es multifactorial, la artrosis de la articulación glenohumeral, fractura de la cavidad glenoidea y la lesión de Bankart, entre otras.

Índice del artículo

Características

La cavidad glenoidea es una concavidad poca profunda, tiene forma de pera, siendo más larga que ancha, con una base más amplia.

Según Romero y colaboradores, la medida promedio de la cavidad glenoidea en la zona cefalo-caudal es de 3,70 cms y el diámetro antero-posterior es de aproximadamente 2,71 cms.

Estos datos coinciden con los obtenidos por Kose et al en el 2018, quienes evaluaron 100 pacientes, cuyo promedio de la zona cefalo-caudal fue de 38,15 mm para el lado dominante y 37,87 mm para el lado no dominante, en tanto que el diámetro antero-posterior fue de 28,60 mm para el lado dominante y 28,00 mm para el lado no dominante.

Esto quiere decir que ambas cavidades glenoideas no son iguales, existiendo diferencias significativas entre ellas.

Esta información puede resultar muy útil en los reemplazos protésicos totales de hombro, especialmente para corregir los problemas actuales de aflojamiento del dispositivo protésico glenoideo y la respectiva inestabilidad glenohumeral consecuente.

Por otra parte, la cavidad glenoidea posee un anillo de tejido fibrocartilaginoso denominado labrum o rodete glenoideo. El labrum, en conjunto con la cápsula articular y los ligamentos glenohumerales, se denomina complejo capsulolabral. Permite que la concavidad sea un poco más profunda, por tanto, le brinda estabilidad a la articulación glenohumeral.

La poca profundidad de la cavidad glenoidea le brinda una ventaja con respecto al resto de las articulaciones, ya que permite que el hombro tenga un rango de movimiento bastante amplio, siendo la articulación que posee mayor capacidad de movimiento. Sin embargo, esta misma característica le proporciona una desventaja, ya que la hace más vulnerable a sufrir luxaciones.

Función

Su principal función es la de recibir y acoger permanentemente la cabeza del húmero, ofreciéndole la capacidad de moverse. Por tanto, no es una relación estática, sino al contrario, es muy dinámica.

También sirve para punto de inserción de ciertos músculos, tales como: la cabeza larga del bíceps se fija en el borde superior de la cavidad glenoidea y la cabeza larga del tríceps que se apoya en el borde inferior de la misma cavidad.

Patología o trastorno relacionado

– Inestabilidad de la articulación glenohumeral

La inestabilidad de la articulación glenohumeral se pueden dar por: lesión en el complejo capsulolabral, excesiva anteversión glena o hiperlaxitud capsular. Por otra parte, hay estudios que demuestran que existen factores anatómicos que pueden influir para aumentar la predisposición de tener un hombro inestable.

Los parámetros anatómicos que en este sentido son relevantes son: el índice glenohumeral horizontal, la inclinación glenoidea y ángulo de anteversión de la escápula.

La inestabilidad de la articulación glenohumeral puede comenzar con una subluxación y terminar con una luxación completa. Esta afectación es muy frecuente, representa el 95% del total de luxaciones, siendo más común en hombres que en mujeres.

Cabe destacar que un hombro inestable causa dolor, limitando ciertos movimientos.

Tratamiento

El tratamiento para la inestabilidad de la cavidad glenoidea 100% quirúrgica, siempre y cuando el número de luxaciones esté por encima de tres episodios.

Las opciones son, la colocación de prótesis especiales o la osteosíntesis o reconstrucción de las fracturas de la cavidad glenoidea.

Exploración física

Para detectar inestabilidad de la articulación glenohumeral se pueden realizar varios tests al paciente:

Test de aprehensión

Es un test bastante incómodo para el paciente. Se intenta colocar el brazo en abducción a 90°, mientras se induce la rotación externa en retropulsión.

La sensación del paciente bajo esta acción es que se le va a provocar la luxación del hombro, es decir, siente que la cabeza del húmero se va a salir de la cavidad glenoidea y por supuesto se resiste a ese movimiento.

Test de recolocación

Con el paciente acostado boca arriba, dejando el hombro a examinar fuera de la camilla, se coloca el brazo del paciente en rotación externa y abducción de 90°. Desde esta posición colocamos la mano detrás del hombro del paciente y, a medida que se aumenta la rotación, se empuja el hombro hacia adelante.

En el momento en que el paciente se queje de dolor se empuja el hombro lo contrario, es decir, hacia atrás. Si esta acción hace que el dolor sea minimizado o desaparezca se considera una prueba positiva de inestabilidad glenohumeral.

Cajón ant/post

Este test evalúa laxitud anteroposterior. Con el paciente sentado, se le pide que extienda completamente el brazo al lado del cuerpo, luego se estabiliza el hombro y, con mucho cuidado, se trata de mover la cabeza del húmero hacia atrás y posteriormente hacia adelante.

El profesional que realiza el examen será capaz de detectar si el movimiento del hombro es normal o anormal.

Sulcust test

Evalúa inestabilidad inferior de la articulación glenohumeral. Para este test el paciente debe estar sentado. Se le pide que extienda el brazo al lado de cuerpo y luego que flexione el codo.

Iniciando desde esta posición, se realiza una tracción hacia abajo. Si es posible detectar una depresión debajo del acromion es signo de que existe una lesión del intervalo de los rotadores, y en este caso la prueba se considera positiva.

Exploración por Imagenología

Todos los estudios de imagen son valiosos y cada uno aporta información útil, es decir, son complementarios.

En este sentido, la radiología y la Tomografía Axial Computarizada (TAC) o artro TAC, ofrecen información precisa sobre las lesiones óseas y orientan hacia el tipo de tratamiento quirúrgico a seguir.

En tanto que, la resonancia magnética es útil para estudiar las partes blandas, como por ejemplo en el caso de desgarre del tejido fibrocartilaginoso (labrum).

– Artrosis de la articulación glenohumeral

Por lo general es consecuencia de una fractura. Se inicia con un tratamiento no quirúrgico y si no se resuelve se debe ir a cirugía. Entre estas opciones prequirúrgicas sen encuentran la artrodesis o prótesis total o invertida.

– Fractura de la cavidad glenoidea

Son originadas por traumatismos. Este tipo de fractura necesita intervención quirúrgica, dada su complejidad. Idelberg clasifica a las fracturas del glenoide en seis categorías de acuerdo a las características que presente la lesión, como extensión de la fractura, estructuras involucradas u orientación de la fractura, entre otras.

– Lesión de Bankart

La lesión de Bankart se caracteriza por un daño en el tejido conectivo que rodea la cavidad glenoidea que, como ya citamos anteriormente, es denominada labrum o rodete glenoideo.

Por lo general se produce después de un traumatismo, como por ejemplo la luxación del hombro. También es posible que se desgarre por realizar movimientos repetitivos durante la ejecución de un deporte. El desgarre del rodete glenoideo produce inestabilidad en la articulación.

En esta situación, el paciente siente que el hombro se le va a salir de su lugar, de hecho, es posible que ocurra. Además, el paciente siente dolor al mover el hombro. En estos casos, la resonancia magnética es ideal para realizar el diagnóstico.

En lesiones leves es posible tratar con fisioterapia, pero en casos más severos es necesaria la cirugía.

Referencias

  1. «Cavidad glenoidea (escápula)». Wikipedia, La enciclopedia libre. 23 sep 2017, 16:19 UTC. 6 oct 2019, 22:52
  2. Romero R, Alliegro E, Bautista D. Morfometría de la cavidad glenoidea de la escápula. Gac Méd Caracas 2015; 123 (4):287-291. Disponible en: researchgate.net
  3. García-Mata S, Hidalgo Ovejero A. Osteometría-escapulometría glenohumeral en las inestabilidades anteriores recidivantes de hombro: Estudio etiopatogénico de uno de los estabilizadores estáticos mediante tomografía computarizada. Anales Sis San Navarra 2011; 34 (2): 175-191. Disponible en: scielo.isciii.es
  4. Zamorano C, Muñoz S, Paolinelli P. Inestabilidad glenohumeral: lo que el radiólogo debe saber. Rev. chil. radiol; 15 (3): 128-140. Disponible en: scielo.conicyt.cl
  5. Kose O, Canbora K, Koseoglu H, Kilicoglu G, Turan A, Yuksel Y et al. Can We Use the Contralateral Glenoid Cavity as a Reference for the Measurement of Glenoid Cavity Bone Loss in Anterior Shoulder Instability?. A Comparative Analysis of 3D CT Measurements in Healthy Subjects. Int. J. Morphol. 2018; 36 (4):1202-1205. Disponible en: scielo.conicyt.