Richard Ramírez: biografía, víctimas, perfil psicológico
Richard Ramírez (1960-2013) fue un asesino en serie y violador estadounidense, responsable de la muerte de más de una docena de personas. Fue apodado como el acosador nocturno o merodeador nocturno, ya que solía atacar a sus víctimas en la noche, específicamente en sus casas.
Cometió sus crímenes entre los años de 1984 y 1985 casi todos en la ciudad de Los Ángeles, California. No tuvo un método específico para asesinar; en líneas generales el modus operandi consistía en violar a sus víctimas para luego asesinarlas salvajemente.
Aunque fue condenado por el asesinato de 13 personas, el número de víctimas se sitúa en más de 25. A muchas de ellas solo las violó y golpeó. Fue con el paso del tiempo que se fue deteriorando hasta llegar al asesinato.
Índice del artículo
- 1 Nacimiento y vida familiar
- 2 El inicio de su carrera criminal
- 3 Víctimas
- 4 Arresto y condena
- 5 Perfil psicológico de Ramírez
Nacimiento y vida familiar
Richard Ramírez, cuyo nombre de pila es Ricardo Leyva Muñoz Ramírez, nació en El Paso, en el estado de Texas el 29 de febrero de 1960. Era el hijo menor de Mercedes Muñoz y Julián Ramírez, ambos inmigrantes mexicanos.
La pareja tenía un matrimonio conflictivo y disfuncional. El padre era un trabajador ferroviario bastante violento que constantemente golpeaba a su esposa y a sus hijos.
Tal como la mayoría de los asesinos seriales, Ramírez tuvo una infancia marcada por la violencia y golpes. De hecho, cuando aún era muy pequeño tuvo un accidente con un columpio que lo dejó inconsciente.
Recibió un golpe en la cabeza mientras jugaba en el parque y fue suturado con al menos 30 puntos. Este trauma le causó convulsiones y fue diagnosticado con epilepsia hasta la pubertad.
Problemas en la niñez y malas influencias
Conocido como Richard o Ricky, tuvo una infancia problemática, como era de esperarse y fue fuertemente influenciado por su primo mayor Miguel Ramírez, conocido como Mike. Se trataba de un Boina Verde que había regresado de la Guerra de Vietnam.
Mike solía contar historias a Ramírez sobre cómo había torturado y mutilado mujeres vietnamitas, unas anécdotas que además corroboraba con fotografías horribles.
Mike fue quizás la peor influencia que pudo tener Ramírez. El veterano no solo mostraba con orgullo las imágenes en las que aparecía violando, torturando y asesinando personas sino que le “enseñaba” a Ramírez las técnicas para matar que había aprendido en el ejército. Se reunían constantemente a fumar marihuana y a hablar sobre satanismo.
Por otro lado, Richard solía ver las palizas que Mike le daba a su esposa. Aparentemente a este le gustaba tenerlo de espectador. Fue quizá esta exposición constante a la violencia lo que hizo que se fuera insensibilizando.
Con tan solo 13 años, Ramírez fue testigo de un asesinato; tras una violenta discusión con su esposa, su primo Mike tomó una escopeta y le disparó a su mujer en el rostro. Fue a la cárcel pero increíblemente salió libre tras alegar que se encontraba drogado.
El inicio de su carrera criminal
Con la influencia de su primo siendo aún un niño, su carrera como criminal empezó desde temprano. Solía drogarse junto a Mike y como es común en los adictos, salían a robar para mantener su vicio. Con este historial era lógico que terminase encerrado pronto.
En 1977, con apenas 17 años, fue internado en una correccional juvenil acusado de una serie de delitos menores. Cinco años después, en 1982 fue arrestado y juzgado por posesión de marihuana. Sin embargo, pudo salir en libertad condicional con cargos.
Posteriormente se mudó a San Francisco y luego a Los Ángeles. Para ese momento ya era adicto a la cocaína, y además de seguir robando comenzó a aficionarse a las armas y al satanismo.
En 1983 regresó a la cárcel por un cargo de robo de automóvil. Salió de prisión al año siguiente, pero debido al estilo de vida que había estado llevando, era una persona realmente deteriorada. Reformarse nunca fue una opción. Sus años fumando marihuana y comiendo comida chatarra lo dañaron físicamente.
Un detalle curioso es que se dice que la canción favorita de Ramírez era una llamada “Night Prowler” de la banda AC/DC. Este solía escucharla al momento de cazar a sus víctimas.
El tema cuenta la historia del miedo que siente una persona al estar sola en casa en la noche porque aparentemente alguien se acerca. Esto le daría entonces su famoso apodo de El merodeador nocturno.
Víctimas
Primer asesinato
Faltaba poco tiempo para que Ramírez progresara y pasara del robo a la violencia. Su primer asesinato conocido ocurrió el 28 de junio de 1984. Tras consumir cocaína, salió de la casa y tomó el auto. Se detuvo afuera de una vivienda ubicada en la calle Glassell Park.
Allí vivía una anciana de 79 años llamada Jennie Vincow. El asesino entró por una ventana y atacó a la mujer. La agredió sexualmente y la apuñaló en múltiples ocasiones.
Segundo asesinato
Sus siguientes víctimas llegaron el 17 de marzo de 1985. Ramírez se dirigió a la casa de una joven de 22 años llamada María Hernández. La chica vivía con una compañera de nombre Dayle Okazaki.
Atacó a Hernández en la cochera pero al dispararle la chica instintivamente colocó su mano y la bala rebotó en las llaves. La víctima cayó al suelo y fingió estar muerta. En un descuido del asesino logró escapar.
Sin embargo, su compañera no tuvo tanta suerte. Al escuchar el disparo Okazaki se escondió. Pero en un momento se asomó de su escondite, el asesino la vio y acabó con su vida.
Para aquel momento ya había despertado completamente el monstruo que habitaba dentro de él. No satisfecho con aquel ataque, esa misma noche asesinó de un disparo a Tsai Lian Yu.
Asesinato del matrimonio Zazzara
Tan solo 10 días después de aquel ataque, el 27 de marzo Ramírez asesinó al matrimonio Zazzara. Se trataba de Vincent Zazzara, un inmigrante italiano de 64 años, dueño de una pizzería, y su esposa Maxine de 44 años. Tal como solía hacerlo, el hombre fue asesinado primero de un disparo.
Luego se tomó su tiempo con la mujer. Primero la atacó sexualmente y posteriormente la apuñaló hasta la muerte. Pero no solo se conformó con eso. Ramírez la torturó sacándole los ojos. Años después aseguraría con desdén que la víctima se encontraba viva cuando lo hizo.
Para ese momento las autoridades ya habían puesto en marcha una operación policial a gran escala. Sin embargo, la investigación no dio frutos.
El problema estaba en que el asesino realmente no tenía un patrón establecido. A veces robaba a sus víctimas, otras veces no. Algunas veces les disparaba y otras veces las apuñalaba. El móvil nunca estuvo claro y esto dificultaba el trabajo policíaco.
Asesinatos de William y Lillie Doi
En abril de 1985, volvió a atacar. Esta vez sus víctimas fueron William y Lillie Doi, una pareja de ancianos de 66 y 63 años respectivamente.
Ramírez irrumpió en la casa y le disparó al hombre. Enseguida subió a la habitación donde se encontraba la esposa gritando, la amenazó y la golpeó.
La llevó hasta donde se encontraba el marido agonizando para que lo viera y posteriormente la obligó a que le entregara el dinero y las joyas. La llevó nuevamente a la habitación donde la desvistió salvajemente y la violó. Gravemente herido, William Doi pudo llamar al 911 aunque no pudo decirles nada.
Aun así el servicio de emergencia fue capaz de rastrear la llamada. Al cabo de un rato llegó la policía y una ambulancia, pero para ese entonces el asesino había escapado. El hombre no sobrevivió pero sí su mujer, quien pudo dar la descripción del atacante.
Otras víctimas
La comunidad de Los Ángeles estaba completamente alarmada. Había una especie de histeria colectiva, propiciada en parte por lo que se difundía en la prensa.
Un mes después del ataque a los esposos Doi, el 26 de mayo Ramírez ingresó a la casa de Malvia Keller, de 83 años, y Wolfe Blanche, de 80 años. Atacó salvajemente a Marlvia con un martillo mientras dormía. Hizo lo mismo con Wolfe, a quien además de golpear también violó. Fueron encontradas un par de días después. Solo una logró sobrevivir.
Un día después, Ramírez encontró a otra víctima. Se trataba de Ruth Wilson, una mujer de 41 años que tenía un hijo de 12. El asesino rompió una ventana de su casa para entrar, esposó al niño y lo encerró en un armario. La mujer, creyendo que se trataba de un asalto, rápidamente procedió a darle al criminal todas las joyas y el dinero que tenía.
Sin embargo, después de recibir el botín, el hombre la amarró, le quitó la ropa y la violó. Afortunadamente para Wilson, Ramírez la dejó con vida. Este fue quizá el principio del fin del asesino ya que con la descripción de la mujer, se logró hacer el primer retrato del criminal.
Durante los siguientes meses, el número de víctimas aumentó. Había entonces una docena de personas que habían sido robadas, atacadas física y sexualmente, con indicios además de la práctica de rituales satánicos.
Pero la constante presión mediática y policial, ayudada por las descripciones fotográficas de sus las víctimas que habían sobrevivido, obligó a Ramírez a abandonar Los Ángeles en agosto. Se mudó a San Francisco y allí provocó nuevas víctimas.
Arresto y condena
El fin para Ramírez llegaría con su siguiente ataque. El 24 de agosto de 1985 atacó a William Carns y a su novia. Al hombre lo hirió gravemente de un disparo y luego buscó a la chica. Tras desnudarla, comenzó a violarla. Posteriormente, aunque la amenazó con el arma, decidió no matarla y la joven llamó al 911.
Un vecino que había visto el vehículo del asesino, le pareció sospechoso y anotó el número de matrícula. Al día siguiente le dio los datos la policía. Las autoridades ubicaron el vehículo, pero no al criminal.
Al analizar las huellas, finalmente pudieron darle rostro y nombre a el merodeador nocturno. Al buscar en su base de datos descubrieron a Richard Ramírez, informaron a los medios de comunicación y se difundió la fotografía del asesino.
Regreso a Los Angeles y detención
El 31 de agosto de 1985 el criminal decidió regresar a Los Ángeles en autobús. No tenía idea de que había sido identificado por la policía, así que estaba completamente desprevenido.
Aunque la estación de autobuses estaba llena de policías pudo salir, pero en la calle pronto fue reconocido por las personas. Enseguida entendió que había sido descubierto y al sentirse acorralado intentó robar un auto pero no lo logró. Fue casi linchado en plena calle pero la policía intervino.
Tras su detención, Ramírez aseguró que no era el asesino e hizo todo lo posible para retrasar el juicio. Inicialmente fue acusado de 14 asesinatos y 31 delitos asociados a su matanza.
Sin embargo, debido a que cambió de abogado en varias ocasiones y al hecho de que sus crímenes habían sido en varios lugares, lo que trajo algunos problemas de jurisdicción, algunos de los cargos fueron rechazados para acelerar el proceso.
Sentencia
Casi tres años después de su detención, el 22 de julio de 1988 comenzó el proceso para seleccionar el jurado. El caso tomó un año completo debido a la cantidad de testigos y evidencia que había.
Finalmente fue sentenciado a 19 penas de muerte el 7 de noviembre de 1989. Fue recluido en la prisión de San Quentin, en California. Pero el asesino no murió por su condena. Falleció a causa de una insuficiencia hepática el 7 de junio de 2013 a los 53 años de edad. Habían pasado 23 años desde que fue condenado a muerte.
Perfil psicológico de Ramírez
Durante su juicio, la defensa trató de que se considerara a Ramírez como una persona mentalmente perturbada. Sin embargo, esto no sirvió para evitar su condena. Los psicólogos indicaron que el criminal no encajaba en el grupo de los asesinos normales.
Y es que si bien había tenido una niñez y adolescencia problemática, nunca pareció tener un móvil para sus asesinatos. No seguía un patrón específico. Sus víctimas eran de ambos sexos, de diferentes razas y edades.
Las armas que utilizaba también eran variadas. Aunque el cuchillo fue uno de sus preferidos, también utilizó bates de béisbol, martillos y varios tipos de pistolas.