Cultura general

¿Cómo es el Organigrama de una Empresa Pequeña?


El organigrama de una empresa pequeña puede estructurarse de diferentes formas. De hecho, es habitual que el organigrama de una empresa vaya sufriendo modificaciones a medida que ésta crece y se transforma.

Cuando la producción aumenta, cuando se incluyen o se eliminan líneas de productos o servicios o cuando se sufre algún cambio importante en la empresa, es probable que el organigrama tenga que cambiar para adaptarse a las nuevas circunstancias.

En esencia, la función de una estructura organizativa consiste en crear una jerarquía entre las diferentes funciones de una empresa.

Esto con el objetivo de aumentar la eficiencia y la efectividad de las operaciones comerciales.

Para determinar la organización de una empresa pequeña, existen diferentes tipos de estructura organizacional que se pueden emplear: lineal, funcional, por proyectos, por matrices y por holocracia.

Tipos de organigramas para empresas pequeñas

Organigrama lineal

La estructura organizativa lineal consiste en una jerarquía basada en las funciones que desempeñan los trabajadores dentro de la empresa. Por lo tanto, este tipo de organigrama permite agrupar a los empleados de acuerdo con sus funciones y su jerarquía.

En estos casos, existe un director ejecutivo en la parte superior del organigrama, seguido por subdirectores o jefes de área.

Estos últimos, son los responsables de que cada grupo de empleados desempeñe sus funciones y de que se cumplan las órdenes que vienen de la dirección ejecutiva.

Por ejemplo, en una empresa puede existir un área de investigación, un área de producción y un área de mercadeo.

Cada una de estas áreas tiene un funcionamiento independiente y sólo la dirección tiene el conocimiento sobre el funcionamiento general y la manera como las diferentes áreas se complementan.

Este tipo de estructura es muy rígida y existe en ella un limitado intercambio de información y colaboración entre las diferentes áreas.

En este tipo de empresas, los empleados tienen labores muy específicas y una participación nula sobre las decisiones de la organización.

Por este motivo cada vez tiene menor uso. Especialmente entre las empresas pequeñas que buscan estructuras más orgánicas, donde se pueda aprovechar al máximo el potencial de todos los empleados.

Organigrama funcional

La estructura organizativa funcional se basa en una jerarquía al igual que la estructura lineal. Sin embargo, en este caso, la comunicación entre las diferentes áreas es abierta y un mismo empleado puede tener que responder a diferentes directores.

Este modelo es útil cuando se desea que las decisiones no sean tomadas exclusivamente por el director ejecutivo. Pero además, son una estrategia para evitar la especialización excesiva de los trabajadores y su desconexión con el funcionamiento general de la empresa.

Sin embargo,  puede tener algunas desventajas. Por una parte, puede presentarse confusión en torno a qué líderes debe seguir un trabajador dentro del proceso y también puede generar desorden en la asignación de tareas y la comunicación de resultados.

Por eso es necesario tener en cuenta que demanda un gran esfuerzo en la comunicación interna para que pueda funcionar de forma eficiente.

No obstante, este tipo de organigrama ha tomado cada vez mayor vigencia entre las pequeñas empresas por sus ventajas para la gestión del conocimiento.

Organigrama por proyectos

La estructura por proyectos es aquella donde los roles de los empleados están organizados por grupos responsables de productos o proyectos específicos.

Por lo tanto, cada trabajador tiene que relacionarse con un director de proyecto y con un equipo que varía en función del proyecto que deben desarrollar.

En este caso, la empresa tendrá tantos directores como proyectos y cada uno de ellos podrá funcionar de forma independiente para cumplir con sus objetivos.

Esta estructura organizacional es ideal cuando se requiere trabajar con base en actividades específicas que requieran de un límite de tiempo determinado.

Además, permite aprovechar al máximo el potencial de los empleados según las necesidades que se vayan planteando para la empresa.

Organigrama de matriz

Las estructuras organizativas tipo matriz, son aquellas que combinan las características de las estructuras funcionales y por proyectos. En estos casos, los trabajadores están organizados por proyectos pero dentro de un sistema jerárquico.

Por ejemplo, cada proyecto puede tener su propio coordinador de presupuesto, quien a su vez rendirá informes al director de presupuestos de la empresa.

De esta forma, se logra que exista independencia y flexibilidad, a la vez que se conserva una autoridad y un norte común.

Este tipo de estructura brinda grandes ventajas para las empresas pequeñas porque permite una mayor descentralización. Por otra parte, es de gran utilidad cuando se trata de empresas que tienen operaciones en diferentes países o regiones geográficas.

Holocracia

La estructura “holocrática” es un nuevo modelo de trabajo que se ha venido desarrollando durante los últimos años. Se trata de una estructura  organizacional “sin jefe” que algunas empresas han comenzado a implementar.

El objetivo de este modelo organizacional es permitir que las decisiones se tomen de forma distribuida entre los miembros de la empresa.

Además, está orientada a que todos tengan la oportunidad de trabajar en aquella labor que desempeñan mejor.

En la holocracia, la información es abiertamente accesible y las diferentes decisiones se toman de forma colectiva.

Si bien esta estructura es ideal para las empresas pequeñas porque permite brindar una participación equitativa a todos los empleados, también encuentra críticas en el medio empresarial.

La principal de esas críticas es lo radical de la propuesta dentro de un entorno que funciona de manera afín a las estructuras tradicionales.

Esto implica todo un esfuerzo extra en reinventar y evaluar la estructura constantemente, descuidando el propósito central de la empresa.

Transformaciones en el organigrama

Para todas las organizaciones, grandes o pequeñas, la flexibilidad es fundamental. En términos generales, el organigrama de una empresa no debe concebirse como un producto estático que se mantiene igual a través de los años, sino como un proceso cambiante.

Sin embargo, en el caso de las empresas pequeñas esto es aún más importante. Cuando una empresa tiene menos empleados y menos líneas productivas, su estructura puede ser aún más flexible.

Esta característica bien aprovechada puede ser sumamente importante para la supervivencia de la empresa.

Esto se debe a que facilitará su capacidad para adaptarse a nuevas situaciones e inclusive a reponerse de sus propios errores.

Referencias

  1. Lorette, K. (S.F.). Typical Organizational Structure of a Small Business. Recuperado de: smallbusiness.chron.com.
  2. Morgan, J. (2015). The 5 Types Of Organizational Structures: Part 5, Holacratic Organizations. Recuperado de: forbes.com.
  3. O’Donell, E. (2014). Who’s In Charge Here? Creating an Organizational Structure for Your Small Business. Recuperado de: smallbusinessonlinecommunity.bankofamerica.com.
  4. Stevens, G. (2017). Following In Zappos Footsteps: Is it Time to Shift to the Holacratic Workplace? Recuperado de: business.com.
  5. Veyrat, P. (2017). Organizational Structures: But which to use? Recuperado de: heflo.com.