Nutrición

Alimentos reguladores: función, beneficios y ejemplos


Los alimentos reguladores son aquellos alimentos de origen natural cuya función principal es regular y mantener el buen funcionamiento del cuerpo humano. En su mayoría, los alimentos reguladores son de origen vegetal, es decir, frutas, verduras, cereales y hortalizas que aportan vitaminas y minerales esenciales para un cuerpo saludable. Sin embargo, muchos alimentos de origen animal también están incluidos en este grupo.

Al ingerir estos alimentos, el organismo absorbe de ellos los nutrientes necesarios y los introduce a su sistema a través de diferentes mecanismos, aportando además agua y fibra, indispensables para su correcto funcionamiento.

Esta clase de alimentos son los más recomendados en dietas o planes de alimentación naturista y por aquellos que consideran que en la naturaleza se encuentran todas las herramientas para tener un cuerpo sano.

Función de los alimentos reguladores

Los alimentos reguladores actúan directamente en el control de las funciones de órganos muy importantes, por lo que también se les conoce como alimentos protectores.

Pertenecen a una de las tantas clasificaciones que tienen los alimentos según su composición, función u origen. Dentro de esta clasificación se encuentran también los alimentos constructores (reparadores o plásticos) y los alimentos energéticos.

Con la ingesta de los alimentos reguladores se garantiza el equilibrio del cuerpo, preparándolo para obtener todos los beneficios de los otros dos grupos de alimentos.

Los alimentos reguladores tienen como función principal regular el metabolismo y suplir las falencias vitamínicas que el cuerpo necesita y que muchas veces no es capaz de producir por sí solo en las cantidades requeridas.

Dependiendo de las deficiencias que el cuerpo tenga, éstas pueden suplirse fácilmente aumentando y/o disminuyendo la ingesta de los alimentos reguladores, pudiendo alcanzar un equilibrio sin necesidad de recurrir a medicamentos ni químicos.

Beneficios

Al ser fundamentales en la regulación del metabolismo, los alimentos reguladores aportan los siguientes beneficios:

* Favorecen la visión.

* Fortalecen tejidos.

* Colaboran en la salud de la piel.

* Fortalecen huesos y dientes.

* Permiten la buena digestión de los alimentos.

* Previenen el estreñimiento.

* Intervienen en la formación de hormonas y células sanguíneas.

* Colaboran con la correcta formación del material genético y de las sustancias químicas del sistema nervioso.

La ingesta de alimentos reguladores también es imprescindible para el buen desarrollo del feto durante el embarazo y promueve una mejor calidad de vida durante la vejez.

Como su consumo redunda en la buena apariencia de la piel, el cabello y las uñas y por tener una función equilibradora, la persona se ve y se siente más vital, saludable y con mejor humor.

Aporte vitamínico y ejemplos de alimentos reguladores

Estos alimentos, aportan principalmente vitaminas y minerales que ayudan al correcto funcionamiento de los órganos del cuerpo humano, tales como:

1- Vitamina A – retinol

Importante para el desarrollo de huesos sanos y una piel firme. También ayuda a una buena visión e interviene en el buen funcionamiento reproductivo.

Se encuentra en zanahorias, huevos y en el hígado de res, aceite de hígado de bacalao y pescados en general.

También en la leche, mantequilla, quesos y todos los vegetales verdes como espinacas, acelgas, berros, brócoli, coles y espárragos.

2- Vitamina B – beta caroteno

Interviene en la regulación de casi todos los sistemas del cuerpo humano: nervioso, digestivo, circulatorio e inmunológico.

La vitamina B3 (Niacina) interviene en el sistema nervioso; la vitamina B6 (Piridoxina) facilita el metabolismo y la producción de los glóbulos rojos de la sangre; la Vitamina B9 (Ácido Fólico) es imprescindible en la formación del ADN y el crecimiento de los tejidos y células, por lo que es de gran importancia para el desarrollo del feto.

La Vitamina B en general se encuentra en las vísceras animales (res, pollo, cerdo), en los huevos y en cereales integrales (es decir, con su cáscara) como el trigo, la avena y el arroz.

También las legumbres son buenas aportantes de vitamina B: lentejas, arvejas y soja, así como en nueces, maní y otros frutos secos. Son vegetales ricos en vitamina B todos los verdes, además de la zanahoria y la calabaza.

3- Vitamina C – ácido ascórbico

Es el principal defensor del cuerpo ante virus y enfermedades como la gripe y el resfriado común y es responsable de la buena cicatrización (tejidos sanos) y huesos fuertes.

Se encuentra en las frutas cítricas (naranjas, pomelos, mandarinas, limas y limones) también en el kiwi y la fresa (frutilla) y en vegetales como el pimiento y la coliflor.

4- Vitamina D

Fija el calcio en los huesos y dientes. Se encuentra presente en los lácteos, pescados, mariscos y en todo tipo de hongos.

5- Vitamina E

Es importante en la formación de tejidos, fortalecimiento de músculos y de un equilibrado torrente sanguíneo. Se encuentra presente en los aceites de maíz y de girasol y en los frutos secos.

6- Hierro

Transportador del oxígeno celular, propicia la buena calidad de la sangre. Se encuentra en las carnes rojas y legumbres.

7- Calcio

Fortalece huesos y dientes y se obtiene de pescados y lácteos en general.

8- Fósforo

También interviene en el fortalecimiento de huesos y dientes y en la buena actividad muscular. Se encuentra en pescados y carnes, cereales y frutos secos.

9- Zinc y cobre

Necesarios para los tejidos del cuerpo. Se encuentran en vísceras animales, mariscos y frutos secos.

Es muy importante incluir los alimentos reguladores dentro de la ingesta diaria en todas las etapas de la vida, pero es fundamental en el crecimiento de los niños desde que están en el vientre materno.

Un déficit de este tipo de alimentos puede derivar en graves enfermedades y falencias a cualquier edad.