Terapia cognitivo conductual: qué es, características, técnicas, ventajas
¿Qué es la terapia cognitivo conductual?
La terapia cognitivo conductual es un tratamiento que se focaliza en modificar comportamientos y pensamientos y resolver mediante la psicoterapia el problema psicológico.
Se puede utilizar en niños y adultos y en trastornos como la depresión, trastornos de ansiedad, trastorno bipolar, trastornos de personalidad, mejora de habilidades sociales, ataques de pánico, fobia social, trastorno de estrés postratumático, entre otros.
Se trata de una terapia que se focaliza en el presente y en el funcionamiento actual de la persona, de manera que se trabaja de forma directa sobre el estado cognitivo y comportamental.
Características de la terapia cognitivo conductual
Si alguna vez has ido al psicólogo, o conoces a alguien que haya ido, probablemente hayas oído hablar sobre la terapia cognitivo conductual (TCC), pero quizá todavía no sabes con exactitud de qué se trata.
Pues bien, es un tipo de intervención psicológica, que cuenta con mucha evidencia científica, y que se ha convertido en los últimos años en una de las más utilizadas en el ámbito de la psicología.
Se centra en la persona
Su objetivo es nutrir al individuo de las habilidades necesarias para superar sus dificultades psicológicas.
Así pues, la terapia cognitivo conductual se centra en el sujeto, sus características y sus habilidades, y se distancia de las terapias psicodinámicas que se focalizan en los pensamientos inconscientes.
Deriva de la psicología cognitiva y conductual
Tal y como su nombre indica, surge como derivado natural de los hallazgos de la psicología cognitiva y la psicología conductual.
La psicología conductual fue de previa aparición a la TCC. No obstante, la superficialidad de la que se tachó a esta escuela, ya que se centraban únicamente en el comportamiento, omitiendo por completo la cognición y el pensamiento, puso de manifiesto la necesidad de incorporar otros aspectos para aplicar en la psicoterapia.
Es en ese momento cuando surge la psicología cognitiva, centrándose en estudiar los pensamientos y la cognición humana. Tras el surgimiento de esta escuela psicológica, muy pronto los investigadores clínicos vieron la aplicabilidad de estos principios a la psicoterapia.
Así pues, a través de la conjunción de estas dos escuelas psicológicas nació la terapia cognitivo conductual, la cual adoptó como puntos de intervención la cognición y el comportamiento humano:
- Se adopta de la terapia conductista el método científico y las evidencias verificables a través del comportamiento, concediendo un indiscutible valor terapéutico de la modificación del comportamiento en los problemas psicológicos.
- Se reconoce el valor del pensamiento y la cognición como fuente principal de las alteraciones psicológicas y se convierte en el área básica de intervención.
- Se pone de manifiesto la importancia de la relación entre el pensamiento y el comportamiento para explicar el funcionamiento humano y la salud mental.
¿Cómo funciona la TCC?
Hemos dicho que la TCC se centra en la cognición y el comportamiento humano, ahora bien, ¿cómo funciona esto exactamente? Según la terapia racional de Ellis, el funcionamiento se puede dividir en tres partes: A, B y C.
- A: Hace referencia a la situación o estímulo proveniente del mundo exterior con el que se ve involucrado el individuo.
- B: Se trata de pensamiento/pensamientos que presenta el individuo sobre la situación ambiental (sobre A).
- C: Explica las consecuencias provocadas por el pensamiento. Estas consecuencias incluyen tanto las respuestas emocionales (y sentimientos) como las conductuales.
Según este modelo de TCC, las 3 partes (A, B y C), están en constante retroalimentación. La situación (A) produce el pensamiento (B) y el pensamiento (B) produce unos comportamientos y unas emociones determinadas (C). Al mismo tiempo, las emociones y comportamientos (C) retroalimentan el pensamiento (B), haciéndolo más fuerte.
Presentamos un ejemplo para aclarar mejor el concepto.
- A: En la empresa hacen una reducción de plantilla y me dan la carta de despido.
- B: Pienso que es un contratiempo importante, se me ha complicado la vida, estoy preocupado, etc.
- C: Siento disgusto, decepción y nerviosismo. Me quedo en casa abatido.
En este caso, el despido (A), ha producido mis pensamientos de preocupación (B), los cuales han causado unas emociones y conductas de disgusto y abatimiento (C).
Al mismo tiempo, el hecho de estar abatido y disgustado en casa (C), aumentan los pensamientos de preocupación (B). Al tener un mayor número de pensamientos (B), cambiar la situación C se va complicando.
Según los principios de la terapia cognitivo conductual, el objetivo de tratamiento sería:
Por un lado, el pensamiento: si realizo intervenciones capaces de reemplazar los pensamientos actuales por otros más optimistas, como por ejemplo: “puedo buscar otro trabajo mejor o ahora tendré más tiempo para mi familia”, las emociones y comportamientos también se modificarán: estaré más motivado y optimista, buscaré trabajo y estaré activo.
Por otro lado, el comportamiento: si a pesar de estar preocupado y abatido, consigo cambiar mi conducta, estar más activo, buscar trabajo, realizar actividades que me aporten satisfacción, etc., mis pensamientos negativos disminuirán, y tendré una mayor capacidad para cambiar mi estado de humor y seguir haciendo las cosas que me benefician.
¿Qué procedimiento se sigue?
La terapia cognitivo conductual consta de 3 grandes etapas.
Evaluación psicológica
Esta primera etapa tiene como objetivo principal conocer al paciente en su globalidad. Indagar sobre la personalidad del individuo, sus habilidades y destrezas, y los problemas o dificultades psicológicas que pueda presentar.
¡Pero ojo! Esta primera fase no es una simple evaluación psicológica donde el terapeuta te proporciona unos tests para que los vayas rellenando… El objetivo de esta primera evaluación es mucho más que eso. El propósito es comenzar la relación profesional que os acompañará durante el resto de la intervención.
Así pues, esta fase de la intervención es probablemente la más importante de todas, ya que es en la que se forja la alianza terapéutica entre el profesional y el paciente, se recoge información acerca de este último y el problema psicológico subyacente, y se acuerdan los objetivos terapéuticos.
Intervención terapéutica
La segunda fase de la terapia es la más larga, y consiste en la intervención psicológica en sí misma.
Es en esta fase, cuando terapeuta y paciente ya han establecido una adecuada relación terapéutica basada en la confianza y el compromiso, cuando se empiezan a aplicar las técnicas psicológicas dirigidas a lograr los objetivos y los cambios previamente acordados.
Seguimiento
Esta etapa se inicia cuando el sujeto ha alcanzado un estado de mejoría significativo, y ya no requiere de la terapia para realizar los cambios que hasta la fecha había ido realizando en la consulta.
La frecuencia de las sesiones se va espaciando, y el objetivo es mantener las mejorías y evitar las recaídas.
Técnicas de la terapia cognitivo-conductual
La terapia cognitivo conductual contiene una gran cantidad de técnicas, las cuales se utilizan en función de la problemática que se quiera resolver. Veamos las más utilizadas:
Técnicas operantes
Son técnicas que tienen como objetivo la modificación de la conducta. Consisten en proporcionar estímulos de una forma ordenada al paciente, con el objetivo de que esos estímulos faciliten la modificación de la conducta problemática.
- Técnicas operantes para el incremento y el mantenimiento de conductas.
- Técnicas operantes para la adquisición de nuevas conductas.
- Técnicas operantes para la reducción o eliminación de conductas.
Técnicas de exposición
Consisten en aproximar (exponer) al sujeto de forma sistemática y adaptada a esos estímulos que teme y que le generan ansiedad, para que de este modo, pueda ir afrontando y superando sus miedos.
- Exposición en vivo.
- Exposición en imaginación.
- Exposición simbólica.
Relajación y desensibilización sistemática
Son procedimientos que ayudan al individuo a reducir su tensión física y/o mental, reducir el estrés y la ansiedad, y encontrar un estado de calma.
- Relajación progresiva.
- Relajación autógena.
- Técnicas de respiración.
Técnicas de habilidades sociales y de afrontamiento
Las habilidades sociales son comportamientos aprendidos que pueden modificarse y mejorarse a través de técnicas de aprendizaje como las siguientes:
- Entrenamiento en autoinstrucciones.
- Inoculación de estrés.
- Resolución de problemas.
Técnicas cognitivas
Estas técnicas pretenden modificar el pensamiento y las interpretaciones que se realizan de los sucesos que puedan provocar malestar y/o conductas perjudiciales.
- Reestructuración cognitiva.
- Detención del pensamiento.
- Distracción
Ventajas de la TCC
Tiene base científica
Quizá haya gente que no da mucha importancia a las evidencias científicas cuando acude a un psicólogo, ya que se piensa que los beneficios de la psicoterapia están más en el terapeuta que en la terapia en sí misma.
¿Pero qué pensarías si para tratarte un cáncer te propusieran un tipo de intervención con nula evidencia científica?
Pues en la psicología pasa lo mismo. Por muy bueno que sea un terapeuta, si no utiliza métodos que hayan contrastado su eficacia, probablemente no te pueda ofrecer la mejor intervención para tu problema.
Así pues, con la TCC tendrás este punto a favor, ya que en todos los estudios realizados se ha demostrado su potencial terapéutico para una gran diversidad de problemas.
Es eficaz para problemas serios
Como hemos dicho, la terapia cognitivo conductual tiene una amplia evidencia científica, y además la tiene para trastornos mentales graves, no solo para problemas psicológicos simples.
Así pues, trastornos como la depresión mayor, el trastorno por estrés post traumático, los ataques de pánico, la fobia social o el abuso de sustancias, entre muchos otros, pueden ser tratados de forma eficaz con la terapia cognitivo conductual.
Examina los orígenes de los problemas
A diferencia del psicoanálisis u otras intervenciones psicológicas, la TCC no basa sus sesiones en hablar del pasado, de la infancia o posibles traumas con los progenitores.
No obstante, esta terapia enfatiza en el modelo de la formación de los esquemas mentales durante la infancia y la adolescencia.
Se intenta deducir cómo se han creado tus esquemas mentales actuales, tus creencias y tus pensamientos, y qué técnicas serán más eficaces en la actualidad para que los modifiques.
Así, aunque la TCC se centre en el presente y no en el pasado, no deja de lado los orígenes de los problemas, y trata de examinar los que sean útiles para extraer conclusiones acerca del tratamiento actual.
Referencias
- El modelo de la terapia cognitivo conductual Por DR. Roberto Mainieri Caropresso.
- Introducción a la terapia cognitivo conductual (TCC). Dra. Cristina Ruiz Coloma. Centre Médic Teknon. Barcelona
- M.A., Angela Fang, M.A. Boston University, Boston, MA.