Definición de visagismo
Visagismo es un concepto que no forma parte del diccionario que elabora la Real Academia Española (RAE).
Podemos determinar que es un término que es fruto de la suma de dos elementos importantes: la palabra francesa “visage”, que significa “rostro”, y el sustantivo latino “ismo”, que es equivalente a “doctrina”. De ahí que, por tanto, pueda definirse como la doctrina o práctica del rostro.
El término se emplea en el ámbito de la estética para hacer referencia a una combinación de técnicas que busca exaltar la belleza del rostro a través del maquillaje y el peinado.
El creador del visagismo fue Claude Juillard, un estilista francés que decidió centrarse en el estudio de las líneas, el volumen y las formas del rostro. A partir de estos datos, el visagismo propone cómo maquillar y peinar a la persona de acuerdo a sus características físicas y sus deseos.
El visagismo apela a un espejo tridimensional para que la mujer pueda observar cómo el estilista va desarrollando su trabajo. De este modo, logra entender hacia dónde avanza su cambio de look e incluso puede sugerir modificaciones. De acuerdo a Juillard, el espejo tridimensional de su invención incrementa la satisfacción de las clientas de un estilista ya que brinda la posibilidad de observar los cambios a medida que se concretan.
Quienes desarrollan el visagismo, al momento de definir cómo realizarán su trabajo, prestan atención a tres factores: las características del rostro (forma, líneas y volúmenes), las tendencias vigentes y el pedido de la clienta.
Es importante destacar que el visagismo parte de ciertos preceptos que están asociados a las cualidades del rostro. Por ejemplo: en una persona con rostro alargado debe aplicarse color sobre el hueso del pómulo, de forma paralela a la ceja. En cambio, si la mujer tiene rostro ancho, lo mejor es que el maquillaje se concentre cerca de los ojos para que, a nivel visual, se produzca un alargamiento.
Además de todo lo expuesto, tenemos que señalar que, a la hora de poder conseguir que el visagismo ofrezca el resultado estético esperado, hay que tener en cuenta otra serie de aspectos importantes. En concreto, hay que lograr el equilibrio entre los rasgos faciales. De ahí que se tengan en consideración tanto las dimensiones de la nariz (longitud, forma, perfil…) como la distancia entre los ojos o lo que es la forma de las cejas.
Dentro del llamado visagismo hay que establecer que no únicamente se recurre al maquillaje y a la peluquería sino también a la colorimetría. Bajo este último término nos referimos a que para poder lograr la imagen que se desea hay que tener en consideración la tonalidad de la piel y también el color de ojos.
Donde cobra especial protagonismo el visagismo es dentro del ámbito del espectáculo, concretamente de la interpretación. Y es que los actores para poder interpretar a distintos personajes, con una personalidad distinta, se someten a sesiones de maquillaje, peluquería y colorimetría. Gracias a esas es como logran siendo la misma persona poder dar vida a figuras que nada tienen que ver entre sí ni por edad, ideología o formas de comportamiento.