Definición de tregua
Tregua es un concepto que hace referencia al cese de hostilidades por un tiempo determinado entre dos o más adversarios. La tregua no supone el final de la guerra o del conflicto, sino una suspensión momentánea.
La duración de la tregua es variable: puede ir desde unos pocos días hasta alcanzar varios años. La interrupción de una guerra puede darse de diversas formas, sin que siempre se hable de tregua. Cuando la suspensión de los combates se limita a un cierto lugar, se denomina armisticio, mientras que, cuando la pausa se produce para el cumplimiento de ciertas medidas indispensables, recibe el nombre de suspensión de armas.
La noción de tregua puede utilizarse en otros contextos, aunque siempre está vinculada a un conflicto o enfrentamiento. El término se suele usar en el habla cotidiana con un peso considerablemente menor al que tiene en un ámbito bélico, generalmente entre dos o más personas que tengan un vínculo afectivo que desean poner fin a una discusión.
La expresión “no dar tregua” está relacionada al hecho de perseguir a una persona u objetivo de manera continúa y sin descanso: “No voy a dar tregua a los delincuentes”, “El ministro aseguró que no dará tregua en la lucha contra la inflación”.
El escritor uruguayo Mario Benedetti es el autor de “La tregua”, una novela publicada en 1960 y considerada como una de las mejores obras de la literatura latinoamericana. El libro presenta la historia de Martín Santomé, un hombre viudo de 49 años de edad que comienza una relación sentimental con una mujer considerablemente más joven que él.
La novela de Benedetti tuvo varias versiones cinematográficas que también llevaron el título de “La tregua”; se pueden mencionar una película argentina de 1970 y otra mexicana estrenada en 2003.
Tregua de Navidad
Poco tiempo después del comienzo de la Primera Guerra Mundial, tuvo lugar un «alto el fuego» relativamente breve entre las tropas de Gran Bretaña y el Imperio Alemán, justo para la Navidad del año 1914. Dicha tregua tuvo comienzo el 24 de diciembre y fue un auténtico símbolo de cuán absurda es la guerra: los soldados alemanes decoraron sus trincheras y comenzaron a cantar villancicos, principalmente «Noche de paz«, a lo cual los británicos respondieron con sus propios cánticos.
Luego de tal celebración, ambos bandos intercambiaron saludos navideños y, más tarde, regalos tales como botellas de bebidas alcohólicas y tabaco. La tregua duró toda la noche, y esto dio lugar a la recuperación de los soldados que habían caído recientemente para darles su merecido entierro, en paz. Durante las ceremonias no existieron las barreras: todos lloraron juntos las pérdidas y se ofrecieron sus respetos mutuamente, incluso compartiendo la lectura de un fragmento de la Biblia.
La Tregua de Navidad trascendió los límites del contexto militar, dado que ambas naciones cesaron sus enfrentamientos en muchos ámbitos, siendo el deportivo uno de los más prominentes. La guerra continuó luego de la Noche Buena, pero en otros sectores la tregua se extendió hasta comienzos del año siguiente.
Cabe mencionar que la decisión de poner fin a los ataques durante la Navidad no contó con el apoyo de la totalidad de ambos ejércitos; de hecho, poco tiempo antes el papa Benedicto XV había expresado su deseo de una tregua y el mismo había sido denegado.
A partir del año siguiente y hasta el final de la guerra, se tomaron diversas medidas para asegurarse de que no volviera a tener lugar una tregua: se intensificaron los ataques en las fechas próximas a las fiestas y se impidió que los soldados se familiarizacen con sus «enemigos», a través de frecuentes rotaciones. A pesar de dichos intentos, la Navidad de 1914 no fue la última ocasión en la que las tropas demostraron su sensibilidad y sus deseos de vivir.