Definición de titanio
Titanio es el nombre del elemento químico que tiene el número atómico 22 y su símbolo es Ti. Se trata de un metal bastante copioso en la corteza de nuestro planeta, cuyo color es grisáceo.
El descubrimiento del titanio fue realizado por el científico británico William Gregor en 1790. Este elemento destaca por su resistencia ante la corrosión y por su dureza; por eso se lo suele comparar con el acero. Gracias a sus características, el titanio es un metal que emplea la ingeniería aeroespacial ya que logra tolerar las temperaturas extremas que se encuentran en el espacio exterior.
Su gran resistencia también hace que el titanio sea utilizado en el sector químico debido a su capacidad de resistir la acción diferentes clases de ácidos. La industria armamentística, la industria automovilística y la joyería también suelen emplear este metal.
Este elemento químico se encuentra en distintos minerales, en las rocas ígneas y en los organismos animales y vegetales. Por lo general se extrae del rutilo que está presente en las zonas costeras, refinándolo a través de diferentes procesos.
Se han detectado cinco isótopos naturales de buena estabilidad. Por otra parte, los científicos han reconocido más de una decena de radioisótopos, la mayoría de poca estabilidad
Cabe destacar que el titanio puede fundirse, forjarse y soldarse, además de ser sometido a otros procesos. Esto, sumado a su nivel reducido de toxicidad, lo vuelve apto para una amplia gama de aplicaciones. Australia, Sudáfrica y Canadá están entre los productores de óxido de titanio más importantes del mundo.
Algunas clínicas dentales escogen el titanio para sus implantes, debido a que posee un alto grado de biocompatibilidad, y esto se relaciona con las características de su óxido de superficie. Ya sea que se lo sumerga en agua o que se lo exponga al aire libre, siempre que se encuentre a temperatura ambiente, el titanio forma en poco tiempo óxido de un espesor que va desde los 3 a los 5 nm. Entre los muchos óxidos de diversa estequiometría (el cálculo de las relaciones de cantidad entre los productos y los reactivos a lo largo de una reacción química) que puede formar, el más usual es el TiO2.
Es importante señalar que en las interfases de un implante dental pueden tener lugar muchos procesos químicos, tales como la corrosión (o disolución) del óxido, el transporte iónico, la fragmentación y absorción de biomoléculas, la oxidación dirigida metabólicamente, la incorporación de iones minerales en óxido, los procesos catalíticos y la desnaturalización de proteínas. Justamente, sabiendo esto de antemano muchos optan por el titanio, porque saben que resulta menos invasivo para el organismo que otros materiales.
El titanio puede presentar tres estructuras de cristal, y además resiste el ataque químico como pocos materiales, algo que lo vuelve uno de los que mejor soportan la corrosión, especialmente en el ámbito de la ortodoncia y los implantes dentales. Otro factor que lo vuelve especialmente biocompatible es su alta constante dieléctrica; esta propiedad es única del titanio, y el valor puede encontrarse entre 50 y 170, según la estructura de cristal, y repercute positivamente en la unión de implantes osteointegrados (aquéllos que se fijan a la boca y carecen de movilidad).
Además de su gran resistencia, el titanio es un material especialmente ligero, más que la mayoría de los de construcción, y esto se debe a su baja densidad. Para aplicaciones biomédicas, se ha descubierto que el titanio puede alearse muy favorablemente con el tantalio, el circonio y el niobio, siempre que hablemos de materiales no tóxicos. Cabe mencionar que, por otro lado, dichas aleaciones no son bioactivas, o sea que no se unen fuertemente con los huesos, y por eso no son adecuadas para la fabricación de implantes osteointegrados.