Definición de secta
Una secta es un grupo de personas que comparten una ideología o una creencia. El concepto surgió para nombrar a aquella comunidad cuyos integrantes disponían de afinidades en común, que les permitían diferenciarse de otros conjuntos de individuos.
Con el tiempo, la idea de secta empezó a aplicarse al grupo minoritario que se escinde de otro más grande o que sigue una doctrina diferente a la de la mayoría de las personas. La noción también alude a ciertos comportamientos, conductas y actitudes que tienen los líderes de estos grupos y que resultan dañinos para sus seguidores o incluso para la sociedad en su conjunto.
En la actualidad, se califica como sectas a aquellos grupos religiosos que suponen un potencial peligro para la comunidad. Se trata de agrupaciones cerradas, que suelen instalarse en lugares apartados y que no permiten que el resto de la sociedad conozca sus prácticas en detalle.
Es importante conocer la existencia de lo que se ha dado en llamar sectas destructivas. Con este término se ha intentado hacer referencia a los grupos de personas que pertenecen a un movimiento, ya sea ideológico o de carácter religioso, que pueden provocar graves consecuencias en sus miembros. En concreto, porque están asociados a elementos tales como la violencia, en toda su extensión. Esto significa que tengan, por ejemplo, marcados tintes suicidas o genocidas.
Entre las características que poseen las mencionadas sectas destructivas se encuentran las siguientes:
-No disponen en absoluto de ningún tipo de democracia en su seno, su organización tiene una marcada forma piramidal. Tanto es así que existe un líder o varios dirigentes que son los que toman todas y cada una de las decisiones.
-Toda la información que llega al grupo es revisada y controlada de manera previa.
-Se aísla a sus miembros por completo de sus familias y de su entorno de amistades.
-Es frecuente que tengan lugar “atentados” contra la integridad física.
Las sectas pueden captar a sus adherentes a través de diferentes métodos. Por lo general desarrollan tareas de persuasión y convencimiento sobre personas que tienen diferentes problemas (familiares, económicos, sociales, etc.), prometiéndoles una vida mejor si se unen al grupo. En muchos casos, esta intención de sumar gente a la secta obedece a una razón comercial, ya que la secta puede resultar un gran negocio para su líder.
Cuando desde el Estado se pretende desarticular una secta (ya que se la considera como violenta, dañina o ilegal), suele entrar en conflicto la libertad de culto con la intención estatal. Las autoridades deben demostrar que las prácticas de estas personas realmente constituyen un delito o son peligrosas.
En los últimos años ha surgido un gran debate, por ejemplo, en torno a la Cienciología, famosa porque es seguida y defendida a ultranza por figuras de Hollywood como los actores Tom Cruise o John Travolta. Para algunos, sus defensores, es una nueva religión mientras que para otros, sus detractores, es una auténtica secta. Quienes la critican destacan, entre otras muchas cosas, el hecho de que quienes desean formar parte de la misma deben pagar unas cuantiosas sumas de dinero para poder acceder a determinadas claves que les “darán” la felicidad.