Definición de química orgánica
El vocablo egipcio keme se convirtió en química, una ciencia orientada al análisis de la composición, las propiedades, la estructura y los cambios de la materia. Dicha ciencia está vinculada a la alquimia de la antigüedad.
Es posible reconocer diferentes clases de química de acuerdo a su objeto de estudio. La química orgánica se centra en las sustancias cuyas moléculas disponen de carbono. Esto quiere decir que la química orgánica estudia compuestos con enlaces covalentes carbono-hidrógeno, carbono-carbono o de otro tipo.
El desarrollo de la química orgánica se vincula a la creación de ciertas metodologías para analizar las sustancias de origen vegetal y animal. Con el uso de disolventes, los científicos empezaron a aislar y sintetizar diversas sustancias orgánicas.
La base de la química orgánica, en definitiva, es el carbono. Los átomos de este elemento químico disponen de una capa de valencia con cuatro electrones. Para completarla, debe formar cuatro enlaces con otros átomos, de acuerdo a la llamada regla del octeto. La formación de enlaces covalentes resulta sencilla para el carbono, que alcanza su estabilidad al crear enlaces con otros carbonos en cadenas cerradas o abiertas.
Los compuestos orgánicos pueden definirse de distintas maneras de acuerdo a la funcionalidad, el origen, etc. La química orgánica, en este sentido, habla de las proteínas, los lípidos, los carbohidratos, los alcoholes, los hidrocarburos y otros compuestos.
Dado que los seres vivos se componen de diversas moléculas orgánicas, esta rama de la química es muy importante para comprender la vida. La comida y los antibióticos, por ejemplo, están formados por carbono.
Historia de la química orgánica
El origen de la química orgánica data de la década de 1930. A medida que la ciencia desarrollaba métodos nuevos para analizar las sustancias de origen vegetal y animal, basados en el uso de disolventes como el alcohol o el éter, surgió la posibilidad de aislar un alto número de sustancias orgánicas que fueron denominadas principios inmediatos.
Por lo general, la concepción de la química orgánica está ligada al trabajo de Friedrich Wöhler, un químico alemán que en el año 1828 descubrió que el cianato de amonio (una sustancia inorgánica) podía transformarse en urea (una sustancia inorgánica presente en la orina de diversas especies animales). Previo a dicho hallazgo, los científicos estaban convencidos de que para llevar a cabo la síntesis de las sustancias orgánicas era necesario que interviniesen los organismos vivos, a los que denominaban la fuerza vital.
En otras palabras, el descubrimiento de Friedrich Wöhler demostró que las sustancias orgánicas no estaban tan alejadas de las inorgánicas, que no existía un muro indestructible entre ellas. Casi tres décadas más tarde, un químico británico llamado William Henry Perkin fabricó por accidente el primer colorante orgánico mientras se encontraba estudiando la quinina; su creación se conoce en la actualidad como malva de Perkin y colaboró positivamente en el interés que la industria mostraba por la química orgánica en general.
A menudo surgen dudas acerca de la diferencia entre química orgánica y biológica; en pocas palabras, la última se enfoca en las moléculas de ADN, las cuales acarrean con ellas su propia historia, y esto puede ser apreciado por los científicos cuando las estudian, mientras que las orgánicas ignoran el ayer, su evolución a lo largo de su historia, ya que sólo poseen información del presente.
Algunos de los antecedentes al descubrimiento de Wöhler que resultaron significativos para la química orgánica son los siguientes:
* en 1675 Lémerg realizó una clasificación de productos químicos según su origen (animal, vegetal o mineral);
* en 1784 Lavoisier probó que todo producto animal y vegetal tiene en su composición hidrógeno y carbono;
* en 1807 Berzelius propuso la clasificación de productos químicos en orgánicos e inorgánicos.