Definición de lectura crítica
Lo primero que hay que hacer para entender el significado del término lectura crítica, es descubrir el origen etimológico de las dos palabras que le dan forma:
• Lectura, en primer lugar, se trata de un vocablo que emana del latín, más exactamente del verbo “legere”, que puede traducirse como “leer”.
• Crítica, en segundo lugar, es una palabra de orígenes griegos. Así lo demuestra el hecho de que procede del verbo “krienin”, que es sinónimo de “decidir o separar”.
El proceso de aprehensión de información que está almacenada en un soporte y que es transmitida a través de ciertos códigos recibe el nombre de lectura. Dicho código puede ser visual, auditivo o táctil.
Lo que habitualmente entendemos por leer es un proceso que implica varios pasos, como la visualización (la mirada sobre las palabras), la fonación (la articulación oral, ya sea conciente o inconsciente), la audición (la información que pasa al oído) y la cerebración (se concreta la comprensión).
La crítica, por su parte, es un juicio o examen que se realiza sobre algo. Las personas que se especializan en realizar juicios sobre obras de arte, espectáculos y libros reciben el nombre de críticos.
El concepto de lectura crítica hace referencia a la técnica o el proceso que permite descubrir las ideas y la información que subyacen dentro de un texto escrito. Esto requiere de una lectura analítica, reflexiva y activa.
La lectura crítica se considera que es una acción que requiere un correspondiente aprendizaje y que merece la pena dominar. ¿Por qué? Porque gracias a aquella se puede conseguir beneficiarse de las siguientes ventajas, entre otras muchas más:
• Se convertirá en una herramienta estupenda para hacer resúmenes de textos así como para acometer la creación de guías o sumarios.
• Es una buena manera de poder tomar decisiones y establecer unas ideas que tienen unas bases sólidas.
La lectura crítica, por lo tanto, es el paso previo al desarrollo de un pensamiento crítico. Sólo al comprender un texto en su totalidad, desentramando el mensaje implícito del contenido más allá de lo literal, es posible evaluar sus aseveraciones y formarse un juicio con fundamento.
El único texto que puede criticarse es aquel que se ha entendido. Por eso la lectura crítica está asociada a una comprensión cabal de la información. Cuando se logra dicho grado de comprensión, el lector puede aceptar o rechazar la idea del autor con responsabilidad sobre su decisión. Para fomentar el pensamiento crítico, pues, primero deben brindarse las competencias necesarias en lectura crítica.
Tal es el valor que posee la citada lectura crítica que, en muchos rincones del mundo, se desarrollan cursos sobre ella, con el claro propósito de que los alumnos aprendan a analizar en profundidad cualquier texto, a valorarlo en base a los recursos verbales existentes y a establecer relaciones de aquel con otros documentos.
Por todo ello, lo habitual es que esas propuestas formativas se centren en desarrollar aspectos tales como la diferencia entre crítica periodística y crítica académica, el estilo narrativo, la integración de los elementos que dan forma a un texto, la ambientación, los personajes o el punto de vista.