Definición de latencia
Latencia es una palabra que se emplea para describir un asunto u objeto que se encuentra en estado latente. Este adjetivo, por su parte, sirve para describir el estado de algo que se encuentra oculto, no está a la vista o que, en apariencia, no está activo.
La idea de latencia está presente en el campo de la biología para nombrar el tiempo que pasa a partir de lanzado un estímulo y la aparición de una respuesta frente a él. El concepto se usa en especial para hacer foco en el periodo que abarca desde contraída una enfermedad y la manifestación de las primeras señales o síntomas.
Para el psicoanálisis, en cambio, la latencia es una fase que indica un cierto momento en la evolución libidinal de los niños. Sigmund Freud distinguía entre dos periodos en el desarrollo sexual: uno que comienza al nacer y llega hasta el denominado complejo de Edipo y otro que se inicia en la pubertad y se prolonga hasta la madurez sexual. El periodo de latencia sería entonces el momento intermedio entre ambas etapas.
Los sucesos más importantes que tienen lugar en esta etapa de transición son el entierro del Complejo de Edipo, la formación del Superyó y el desarrollo de sentimientos de pudor y asco, y de barreras dentro del Yo, relacionadas con la ética y la estética. La latencia dura hasta que comienzan los cambios propios de la pubertad, momento en el que los niños de ambos géneros son sorprendidos por las alteraciones de sus cuerpos, además de pulsaciones que desconocían, que despiertan sus deseos sexuales, los cuales habían sido reprimidos durante un largo tiempo.
Cabe mencionar que la relación con la sexualidad no desaparece absolutamente durante este período, sino que las energías que hasta entonces estuvieran dedicadas al aspecto genital se canalizan a través de ganas de aprender cosas nuevas, del interés por conocer el entorno social y por conseguir la integración en algún grupo con el cual sentirse identificados. Es una etapa primordial en el desarrollo del ser humano, que a menudo se pasa por alto; es entonces cuando comenzamos a sentar las bases de nuestra moral, cuando empezamos a relacionarnos con otras personas, con familias que no son la nuestra, y aprendemos a empatizar con otros individuos. Además, el lenguaje es imprescindible para que los procesos y fenómenos recién mencionados se lleven a cabo con normalidad, lo cual indica uno de los puntos fundamentales de la formación previa a este período.
Cronológicamente, la latencia suele ubicarse entre los siete y los doce años de edad. Partiendo desde la metapsicología, durante esta etapa se transforma el aparato psíquico, ya que se incorpora el Superyó, una instancia que internaliza las figuras de los padres junto con los límites por ellos expuestos y las expectativas que han depositado en sus hijos; el encargado de satisfacer todas estas exigencias es el Yo. Es notable el aumento del pensamiento en contraste con la disminución de la impulsividad, ya que entran en juego conceptos como la honestidad, la compasión y la responsabilidad, hasta ese momento inexistentes.
La salud mental del padre y la madre, o bien de quien o quienes ocupen su lugar en el desarrollo de los niños es muy importante, ya que de ella dependerá el correcto rompimiento con el Complejo de Edipo y un sano acercamiento a la sexualidad. Por otro lado, la constante exposición a todo tipo de información que sufrimos en la actualidad, ciertamente amerita diversas revisiones y evaluaciones de los conceptos planteados por Freud.
En el sector de la informática, por otra parte, la latencia refiere a los retardos temporales que se registran en una red. Estos retardos se producen por la demora en la propagación y en la transmisión de los paquetes de datos. Al sumarse todos estos retardos, se obtiene la latencia de la red informática.