Definición de gasto público
Para poder conocer el significado del término gasto público se hace necesario, en primer lugar, descubrir el origen etimológico de las dos palabras que le dan forma:
-Gasto tenemos que establecer que deriva del latín, concretamente del verbo “vastare”, que puede traducirse como “devastar”.
-Público, por su parte, también procede del latín. En su caso, emana de “publicus” y esta palabra de “populicus”, que significa “lo perteneciente o relativo al pueblo”.
Se llama gasto al acto de gastar: utilizar dinero para algo. El término también puede aludir a la cantidad que se gasta. Público, por su parte, es aquello propio del Estado o que pertenece a todos.
La noción de gasto público, por lo tanto, alude al desembolso económico que realiza una Administración pública. El Estado destina dinero para la compra de bienes, la contratación y la prestación de servicios y la concesión de subsidios, por ejemplo. El dinero involucrado en estas transacciones forma parte del gasto público.
A nivel general, puede decirse que el gasto público se utiliza para satisfacer las necesidades de la sociedad y para permitir el funcionamiento del aparato estatal. Mientras que el Estado gasta el dinero con estos fines, a su vez lo recibe a través del cobro de impuestos y otras operaciones.
En concreto, podemos establecer que los objetivos más importantes del gasto público son los siguientes:
-Permitir el acceso de la ciudadanía a lo que es la educación.
-Distribuir la riqueza existente.
-Garantizar que todos los ciudadanos puedan disfrutar de una vida digna.
-Facilitar y mejorar lo que es el acceso de la población a la sanidad.
-Impulsar lo que es el crecimiento económico del país.
-Asegurar y consolidar lo que es la justicia existente.
-Tomar las medidas necesarias para proteger y cuidar lo que es el medio ambiente.
-Mejorar el empleo que hay en el país.
Cuando el gasto público supera a los ingresos públicos, se habla de déficit público o déficit fiscal. En estas situaciones, de las cuentas estatales sale más dinero del que entra, lo que puede suponer un problema. De todos modos, hay que tener en cuenta que, a diferencia de lo que ocurre con las empresas, la finalidad de un Estado no es obtener ganancias.
Los gastos de consumo o corrientes (el dinero que permite brindar servicios públicos, adquirir bienes y servicios y pagar los salarios de los funcionarios), los gastos de transferencia (el dinero que se otorga a familias y empresas que necesitan ayuda), los gastos de seguridad social (jubilaciones, pensiones, etc.) y los gastos de capital (infraestructura) componen el gasto público. El Poder Ejecutivo cuenta con un presupuesto que debe ser aprobado por el Poder Legislativo para hacer frente a estos gastos, y a su vez debe realizar una rendición de cuentas.
De la misma manera, tampoco podemos olvidarnos de lo que se conoce como gasto de inversión. Bajo esta denominación se encuentra la cantidad de dinero que el Estado destina a mejorar, aumentar, crear o sustituir lo que es el capital público que ya existe.
De la misma manera, no podemos olvidar que en España existe lo que se conoce como “Revista de Presupuesto y Gasto Público”, que tiene como objetivo que los profesionales del sector económico puedan estar al día de la mencionada economía del gasto público.